11. ¿Deber o amor?

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Jin no podía dormir, estaba pensando en las palabras del pequeño omega. Las palabras repetían en su mente una y otra vez. No había podido responderle al omega. Su respuesta tuvo que ser un rotundo no a tal sugestión, en vez se quedó callado. Él no podía dejar a la omega que amo por tantos años, la cual compartió hambres, y otras adversidades juntos. Ella no merecía esto, ella merecía mucho más de lo que le daba. Y aún así no pudo contestarle al omega.

Miró a su omega durmiendo al lado de él. Ella se miraba casi igual desde que la conoció, era la chica más linda que hacía conocido y le había encantado como cuidaba de su hermanito. Ella era una omega que sería una excelente madre, pensó en ese entonces y aún lo opina. Suspiro al recordar sus propios pensamientos y ilusiones de joven. ¿Quien diría que esa omega amorosa no le pudiera dar hijos? Nadie. Ellos estaban tan enamorados y planeaban un hogar amoroso. Al final, solo quedaron ellos y sus ilusiones hechas a pedazos hasta que llegó Jungkook a este hogar. Jin había pensado que esto sería algo positivo para ellos pero las cosas entre los dos estaban en el aire. No sabía que le traería sus días. Su omega podía estar de buenas o de malas con él. Cada día tenía cautela con su omega para no tener un ambiente tenso o incómodo. No la quería hacer enojar o entristecer, ella era alguien que amaba tanto, la única familia que tenía después de perder a sus padres.

¿Era obligación? ¿La costumbre? ¿La cuidaba por el amor que le tiene o tuvo? Él ya no sabía qué pensar. Unas semanas atrás él no fuera hecho tales preguntas.

Se sentó en la cama con cuidado de no despertar a su omega. No quería despertarla cuando ella trabajaba temprano mañana, y sabía que él no dormiría hoy. Su mente hecha un revoltijo por las palabras del omega, ¿que significan para él? Quisiera darle todo a los dos omegas, todo lo que se merecían y más. Él no se consideraba la persona adecuada para cuidar de ellos. Ya estaba fallándoles por su indecisión y su mente confusa no le permitía poner todo en orden. No podía hacer una decisión sin herirlos, y sin que se cuestionara el mismo si era lo correcto. Uno de ellos saldría muy herido por su decisión y él se sintiera como la peor persona del mundo. No podía hacer ni una cosa, ni la otra era imposible hacerlo sin remordimiento.

Se levantó de la cama y fue al escritorio que tenía Jennie ahí. Prendió la luz del escritorio y se sentó para mirar las fotos de su boda, eran tan felices durante esa época. Todo empezó a decaer cuando decidieron tener hijos, eso había tomado mucho de su relación. Las cosas eran tensas en sus mejores días, había días que Jennie ni le dirigía la palabra, y le daba la espalda cuando dormían. Le dolía la distancia entre ellos, esa indiferencia. Era peor que la ley de hielo porque sabía que esta vez no le hablaría fácilmente o si lo arreglaba, no había nada que arreglar, y no sabía qué hacer para mejorar las cosas. Se había sorprendido que Jennie se había dejado tocar cuando más la necesitaba, de lo contrario, hubiera tomado al pequeño omega en ese estado. Fue una sorpresa porque ella lo había evadido desde que les dieron las malas noticias sobre no poder tener hijos.

Pronto se percató de un aroma—olía al omega en la planta baja. Cerró el álbum de fotos y salió del cuarto en busca del omega, bajó al primer piso para ver qué hacía el omega despierto a estas altas horas de la noche. Lo encontró en la cocina tomando un vaso de leche, estaba sentado en la oscura cocina. Se debatía si en prender la luz asustaría a su pequeño pero pensó que era mejor dejarlo así, la luz natural de la noche entraba y iluminaba a Jungkook como si fuera un hermosos ángel. Se veía etéreo e inocente. Podía ver la ternura y el pequeño bulto que conllevaba el omega. Se puso a pensar qué pasaría si fuera su cachorro, si él fuera su omega, si las cosas no fueran tan complicadas, él estaría satisfecho con tales escenas. No le desagradó para nada pensar que fuera suyo; por lo contrario le gustó la idea.

–¿Piensa quedarse ahí?– el omega lo miró directamente a los ojos.

El alfa rodó entró a la cocina preguntándose si era bueno acercarse al omega. Los dos debían hablar del tema pero no pudo hacerlo, así que se sirvió un vaso de agua y se sentó al lado del omega para tomarlo. Le quería preguntar que hacía despierto, ¿tenía el mismo problema? Quizá los dos se han quedado inquietos por sus propias palabras o los deseos de algo más. Quería conversar con el omega pero mejor se callo y tomó su vaso de agua, era incómodo afrontar al omega. No quería tomarlo por sorpresa tampoco. Jin ya no sabía cómo actuar alrededor de él.

El omega pudo sentir lo incómodo que estaba su alfa. Jungkook prefirió no decir nada, era mejor huir después de terminar su leche rápidamente. Dejó su vaso en el lavado antes de despedirse del alfa. Se fue a su nuevo cuarto que su alfa le arregló y acomodó para él—el ático. El omega se sintió triste por tener lejos a su alfa de nuevo. Las prendas eran lo único que tenía de él pero no podía vivir de ellas, tomó las prendas de esta mañana y las puso en un cajón para olvidarse de ellas y lo ocurrido. Se sentó en la banca por su ventana, se acostó ahí y abrazó una almohada. La melancolía lo perseguía, se sentía cada vez más lejos de su alfa. Miro a la luna y deseo que las cosas no fueran así, que todo fuera más fácil y su alfa lo amara tanto como él lo hacía.

Quería estar con su alfa libre de culpa. Si hubiera tenido unos años demás quizá esto se no hubiera pasado pero no existe el hubiera. Las cosas nunca estuvieron a su favor desde un principio. Los dos eran muy diferentes en esa época por la diferencia de edad, el amor que Jin le tenía a su noona, y que solo lo viera como un dongsaeng. No creía poder sobrepasar eso a estas alturas. Ya era muy tarde para los dos.

Oyó la puerta abrirse y volteó a ver a su alfa. Ya lo podía detectar con facilidad, quizá no tanto como si fuera su compañero pero había ese cambio. Esto le iba a doler cuando ya no pudiera hacerlo con tanta facilidad cuando la marca desvaneciera. Con un dolor en el pecho se dio la vuelta para ver de nuevo el cielo.

–¿Kookie?– Jin decía con incertidumbre y pasó a estar frente al omega. Lo miro y supo entonces que el era su omega. Su lobo y la luna se lo decían, no podía ser más claro. Nunca antes había visto a Jennie deslumbrar tal como lo hacía su Kookie bajo la luz, la vista regocijaba a su lobo. Lo tenía tan cerca, sólo era cuestión de marcarlo y hacerlo suyo.

–Quiero que seas mi omega– lo dijo sin pensar y con convicción, eso era lo que deseaba. Jungkook volteó a verlo sorprendido y quizá no le creía pero era lo que más anhelaba en ese momento, era cuestión de hacerlo ahora y cómo lo iba hacer no sabía.

January 23, 2019
Thank you Luci2801 por tu ayuda 🥰
Y también a Jinista 🥰 quien me ayudo con los últimos párrafos

Situación Desastrosa Where stories live. Discover now