Vuelta al Cristóbal Colón

2.6K 107 5
                                    


Nota al final :)

---*---

¡Necesito más vacaciones!

En fin, estas tres semanas de mitad de año no han sido nada en comparación a todo lo que hemos qué tenido que vivir en ultimo grado. No puedo creer que ya tengamos que volver al colegio, no fue nada de tiempo. Parece como si en un abrir y cerrar de ojos todo pasó vertiginosamente, ¡Que injusticia! No descanse nada, a duras penas y fui a la playa, salí con mis mejores amigos y no pensé en el futuro. Pero, no hoy, ya hay que volver al colegio, "que dicha".

Echándome un rápido vistazo por el pequeño espejo de mi habitación, verifico que todos los pliegues del vestido con peto estén en su lugar. Que la corbata no esté chueca y la blusa blanca por nada del mundo este arrugada. Mamá siempre dice que una buena presentación es el 40% de un éxito y yo lo creo fielmente. Cuando siento que nada puede estar mejor me dispongo a salir como bala de la habitación que me percato que una media no está en su lugar, que desatenta. Soltando el bolso, me hinco para que ambas queden a la misma altura, garantizando que mi presentación sea formidable. Una vez me encargo de mis rebeldes medias, me encamino hacia la cocina rogando que mi perezoso hermano ya hall escapado de entre las fauces de las ninfas de los sueños y este bañado, con uniforme, y esperándome, o al menos terminando de desayunar. Sin embargo, ni su sombra hace presencia en el comedor, tan solo está mamá hecha un lío con sus apuntes del caso. Suspirando me acerco a la nevera para sacar un poco de fruta para llevar. Ella se remueve en su asiento de un lado a otro, sus resaltadores saltan por todo el mesón y entre los códigos se encuentra hundida. Esta tan concentrada que sería una calamidad interrumpirla, así que, sin dudarlo, cierro duro la nevera sobresaltándola. Ella suelta un chillido por lo bajo y se vuelve a verme con esa mirada de desaprobación, yo solo puedo reír.

—¿Todo listo? —me pregunta, dulcemente.

Suspiro, —Si. Pero, estaría todo mejor su ¡La nena de la casa moviera su trasero! —chille en voz alta para que Alex se apurará.

Maia Kelly menea su cabeza dándome su concepción negativa ante mi vocabulario tan impropio. Con los ojos entornados tenuemente se vuelve a verme y cruza sus brazos. Sin duda mi mamá es una de las personas más nobles que conozco, a ella no le importa si tiene que esperar media hora, prefiere saber si está bien, antes de quejarse. Supongo que por eso ella es tan ingenua, pero en las cortes, ella es toda una maquina asesina, no querría tener que enfrentarla, es como si un demonio la poseyera transformándola y sacando su pantera interior de los adentros. Creo que yo solo herede su parte oculta porque paciente y dócil no va conmigo. Soltando un suspiro, me vuelvo a ver mi reloj de pulso, faltan 45 minutos para que inicien las clases y Alexander Wright no se digna a permitirnos ver su cara. ¡Jesús! Así como vamos voy a llegar tarde y arruinaré mi asistencia perfecta, es que de casa a él Cristóbal Colón hay cuarenta minutos y de aquí a que subo hasta el laboratorio de biología en el cuarto puso se acaban los cinco minutos y llego tarde. Ash, ahora sí Alex se pasó. Que a él le guste vivir todo al extremo no significa que a mí también, somos mellizos, pero no exactos. Dios, no, llegaremos tarde, odio llegar tarde, me castigaran por llegar tarde y ahí mi día estará completamente arruinado ¡Gracias Alex!

—No te estreses, Al —mi mami acomoda un mechón tras de mi oreja—. Tu hermano ya vendrá, estoy segura de que no demora.

Resoplo, —¿Qué no tarde? Dios, mamá. Alex es todo un desastre si se trata de cumplir horarios. —le refuto, cruzándome de brazos.

Ella suspira.

—Te oí enana del mal —masculla Alex, entrando a la cocina mientras sigue luchando con el nudo de su corbata. Mis ojos quedan en blanco al ver su uniforme, trae la camisa arrugada y los zapatos opacos. Mamá ríe y le ayuda con su uniforme. Alex comienza a formar sus típicas charlas desviándose de lo importante. Sin soportarlo un segundo más, me despido de mamá y entornando mis ojos contra mi hermano, lo empujo para que se encamine fuera de casa. Él no arruinara mi día, no hoy.

Nuestro Secreto {Secretos #1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora