el callejon del beso

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Miguel llevaba un poco más de media hora caminando. Sus pies le imploraban detenerse, su cabeza le decía que tenía que continuar, y su corazón... Presentía que volver a esa ciudad le traería dolorosos recuerdos...

...

Miguel alzó la vista al oír un espeluznante quejido de mujer.

- ¡Hay mamá!- gritó en respuesta y jalo a Leo junto con él a una esquina del cuarto para protegerse del espectro que estaba presenciando.

- ¡¡¡¡Aaaaaaaaaaaayyyy... no manches ¡¡¡¡Miguel Rivera!!!!- dijo la fantasma dirigiéndose al cantante.

- ¿Teodora?- Miguel volteó a ver a Leo completamente atemorizado.- ¿Ella es Teodora?

- Ahhh si, es ella. Creo que se me pasó mencionar el pequeño detallito de que está muerta...- Dijo Leo y seguido le dirigió una sonrisa fingida bastante nerviosa a su amigo.

- No no no no, ¡Ya!- Teodora chasqueo los dedos y de pronto se encontraba a lado del cantante, se dio la vuelta rápidamente para aplicarse un poco de labial y su siempre confiable perfumito.- Mi nombre...- comenzó a decir mientras se acercaba al chico.- Es Teodora Vicenta De La Purísima Concepción De La Inmaculada Trinidad Villavicencio, Duquesa de Oraverás, Marquesa del Jujuy y niña de la condesa... O simplemente puedes llamarme mi amor, puchungita, Caramelito... ¡Como prefieras!- dijo y ella le extendió la mano a la vez que le dedicaba una sonrisa de oreja a oreja.

Los sensores de Miguel se confundieron un poco, pero terminaron de procesar lo más importante: "chica"

- El placer es mío, soy Miguel Rivera, mucho gusto.- Miguel tomó su mano con miedo a que está lo atravesará, pero una vez confirmado que no pasaría depósito un beso en ella.

Teodora enloqueció y se hecho a gritar por toda la habitación mientras Leo miraba a Miguel con verdadero asombro.

- ¿Puedes tocarla?

- Ayyy Leo lo acabo de conocer~ AHHHHHHH!!!- Teodora volvió a enloquecer.

- S-Si. ¿Que pasa?

Leo se cruzó de brazos tratando de encontrar una explicación que Miguel pusiese comprender.

- Mm... Bueno, es que Teodora puede dejar que la veas, pero es imposible tocar a un fantasma a menos que hayas tenido contacto con lo paranormal antes.

A Miguel se le erizaron los bellos del cuerpo. Había jurado a la mismísima Catrina que jamás hablaría de eso con nadie. Pero los ojos de Leo lo veían con completa expectación, irradiaban chispa.

- Quizás... Cuando era más pequeño, amm... Viajé, a la tierra de los muertos...

Leo quedó estupefacto.

- ¿La tierra de los m-muertos dices?- El chico se tambaleó un poco y terminó por incarse frente a Miguel.

- ¡Leo! ¿Estás bien?- Preguntó su amigo al ver que el panadero se había quedado pálido.

Él pareció reaccionar luego de unas cuantas sacudidas.

- Ah, si. Es solo qué, esto cambia por completo el concepto que tenía del inframundo, ¿Como es que llegaste ahí?

El cantante le explicó todo lo que había pasado en su infancia. El rechazo de su familia por la música, su aventura con la Catrina y como después de obtener la bendición de mamá Imelda se enteró que su abuelo aún seguía con vida.

- ¿Será que tiene algo que ver con que haya ido en día de muertos?

- Tal vez... Pero creo que la razón a que nuestros encuentros con lo paranormal hayan sido tan diferentes es que, a ti... Te llamó ese lado y regresaste con el don de ver aquello que está oculto.

Charro Herrante: Las mil y una lunas de MielWhere stories live. Discover now