– Tengo este anillo hace un año – Respondió restregándose la barba – ¿La conociste

– No – Negué con la cabeza sintiendo las lágrimas en mis ojos – ¿No vas a levantarte?

– Quiero saber si aceptas – Sonrió nuevamente
– Mirina... ¿Quieres....?

– Si, si quiero – Volví a interrumpir dando pequeños saltitos mientras él se ponía de pie.

– Es una réplica de un anillo vikingo encontrado en Finlandia hace unos años, este es hecho a mano, con hueso de ballena y piedra en bruto de amatista – Lo deslizó por mi dedo para levantarlo y dejarme observarlo, una calavera había sido labrada en el hueso blanco y sobre esta estaban las piedras.

– Es precioso. Déjame ver el tuyo.

– No me has dado uno.

– Ojalá hubiera pensado en pedirte lo mismo – Me incliné a hurgar en la mochila sacando una caja de terciopelo para dejarla en su mano.

– ¿De verdad?

– Es un simétrico de plata, no es tan elaborado pero cuando lo vi me recordó a ti – Expliqué mientras se acercaba besándome – Hagámoslo.

– ¿Aquí en la escalera?

– No idiota, fijar una fecha. Ahora.

– Bien, ¿cuando te parece?

– En este día el próximo mes, en Birmingham – Me observó sorprendido.

– ¿Por qué tan pronto?

– ¿Porque no? – Dejó sus manos en mis mejillas para besarme suavemente, empujándome hasta dejar mi espalda contra la pared.

– Arreglaremos lo de la niña – Me acarició el rostro.

Tres semanas después.
Birmingham.

Tomó mi mano entre la suya para acariciarla suavemente, su mirada permanecía fija en la mía con una sonrisa que no pude descifrar del todo, sus ojos se deslizaron por el blanco vestido de encaje e hilos de plata reluciente, estiró su mano libre a la mía para dejarla sobre su hombro, acercándome a él por la cintura, recosté el rostro sobre su pecho apenas comenzó a moverse bailando un vals mudo, apoyó la barbilla en mi cabeza moviéndose suavemente y estrechándome con cada vez más fuerza.

– Es un anillo muy original – Comentó aclarando su garganta cuando la voz le tembló, sonreí.

– ¿Ya me has dejado ir?

– Me temo que no podría hacerlo nunca – Respondió alejándome para hacerme girar, quedé de espaldas a él en un abrazo que dejó caer su respiración tibia en mi cuello – te hemos extrañado.

– Y yo a ustedes – Cerré los ojos al vernos en el reflejo del espejo que abarcaba toda la pared.

Thomas Shelby había hecho que cerraran la tienda de vestidos y Polly se había llevado a Linda, Ada e Ivannia, a otro de los salones con la excusa de buscar otro vestido.

– Yo más que todos – Volvió a girarme para dejarme ver sus azules ojos una vez más.

Lo que sentí era difícil de definir incluso para mí, me sentía tan segura junto a él que las armas adosadas a mis piernas me parecían innecesarias, Thomas me daba fuerza y su mirada azul me la quitaba, dejó su mano en mi mejilla izquierda para observar la marca que Changretta había dejado, había tomado un tono más claro y ya no era tan notoria como cuando él la vio, dos años atrás.

– Eres aún más hermosa de lo que recordaba.

– Tommy – Sonreí suspirando cuando el baile se detuvo dejó el dorso de sus dedos índice y medio sobre mi clavícula para agarrar la cadena que subió por mis pechos, sonrió nostálgico al ver el anillo pendiendo de ella – Después de todo lo que vivimos, siempre creí y esperé que nos quedaríamos juntos – Me observó de inmediato cómo si realmente no esperase que dijera aquello. – Lamento tanto que todo acabará así – Me encogí de hombros – Lamento haberte hablado así en Moscú.

– Lo sé – Soltó la cadena de plata acomodando mi cabello tras mi oreja – siempre imaginé que tú vestido sería así – Sonrió entristecido – tenía razón – tomé su mano apretándola con fuerza para llevarla a mi boca y besarla – Mirina – Suspiró acariciándome el rostro – mi dulce amor imposible ¿Lo amas?

– Le amo – Aseveré firmemente – te vendí a Changretta para que no lo mataran – Sonrió.

– Ideaste algo luego, así que creo que no cuenta como traición – Se negaba a soltar mi mano – soy feliz – Respondió adivinando mis pensamientos – sé que podría serlo más, pero estamos bien – Asentí, ambos acortamos distancia al mismo tiempo para apoyar nuestras frentes una sobre la otra – quisiera decir algo que haga que te arrepientas...

– Quisiera que lo dijeras, pero aún así no cambiaría de opinión acerca de Niko.

– Lo sé.

– Te amo, Tommy.

– Yo te amo a ti, Mirina. Bésame la última vez – Movió su cabeza para pegar su boca a la mía, se sintió diferente, alejado, viejo, dejé mi mano en su cuello para atraerlo más se sintió mejor, conocido, tibio y húmedo.

– Ve a casa – Asintió volviendo a besarme rápido, y se giró para alejarse deteniéndose en la puerta, bajé la mirada – No mires atrás, Tommy, solo vete – asintió y salió por la puerta apenas está se cerró por otra de las puertas entró Polly, junto a las otras tres mujeres, se paró en medio del salón cubriéndose la boca cuando me vio.

– Eres idéntica a tu madre, corazón – Habló dejando el vestido que traía sobre una de las poltronas, Ada se acercó a mi dejando un banquillo a mis espaldas para trenzar mi cabello mientras Linda acercaba una bandeja con diferentes flores.

– ¿Cuáles quieres? – Preguntó con una sonrisa.

– Las violetas – Se las estiró a Ada quien amarró la trenza como una corona sobre mi cabeza para comenzar a colocar las pequeñas flores, Linda soltó algunos mechones de cabello.

– Mi primo es un hombre afortunado – Habló Ivannia acercándose con un velo en cada mano
– ¿Cuál te gusta más?

– Ese – Señalé el velo simple, un largo pedazo de tela de tul sin nada más que un pequeño broche, se lo entregó a Ada, quien lo colocó sobre mi cabeza cubriéndome el rostro.

– Linda, las peonias – Dijo Polly señalando las flores en el ramo – Escogimos las flores en casa, el ramo será así ¿Te gusta? – Sonreí, las peonias en las flores favoritas de la madre de los Shelby, asentí girando para observarme en el espejo – ¿Te gusta? – Repitió Polly con una sonrisa gigante que apenas cabía en su rostro, a mi lado Ada contenía las lágrimas.

– Te ves hermosa, hermana – Dijo tomándome la mano con fuerza.

– ¿Puedes peinarme así ese día?

– ¡Claro!

– Si, Polly, este es – Aseveré moviendo la cabeza.

– ¿En qué lugar de la casa será la ceremonia? – Interrumpió Linda sonriendo.

– En el bosque – Respondí bajando la mirada – Polly va a unirnos por nuestra ley.

It was always about Thomas [{Completa}]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz