Navidades con los Miller

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Frank estaba más pensativo que de costumbre. Era ya medianoche y seguía despierto a pesar de que se fue a acostar relativamente temprano, pues estaba cansado por haber pasado todo el día adornando la casa. Ese tipo de actividades siempre lo dejaban exhausto, aunque no le molestaba adornar su casa, parecía que la presencia de tres personas había vuelto todo mucho más caótico.

Ahora solo quería dormir.

Sin embargo, en ese momento había algo que no dejaba de darle vueltas en la cabeza. Ryan se estaba portando bien, había ayudado con los adornos de navidad y a pesar de que debía estar cansado, se ofreció a lavar los trastes como excusa para permanecer más tiempo abajo.

Ryan lavando trastes, si como no.

Frank sabía del enamoramiento que tenía Ryan con su hermano mayor.

Toda esa historia se remontaba varios años atrás, cuando lo llevó a su casa en primavera y le dejó embaucado con sus hermanos menores. Muchas personas no sabían que Frank tenía hermanos, pero estos existían, aparte de Peter había un par de gemelas adorables que nunca se quedaban sin energía y un preparatoriano gótico que probablemente se llevaría bien con Sam si lo conociera (luego de superar su complejo de superioridad punk, claro estaba).

Esa vez los dejó solos alrededor de una semana mientras sus padres estaban de vacaciones y los chicos se encariñaron un montón con él. Durante ese tiempo Ryan escuchó hablar bastantes cosas buenas de Peter, quien se esforzaba por ser un buen ejemplo para los más pequeños.

Resulta que en todo ese tiempo la curiosidad de Ryan por Peter se volvió más y más fuerte. Quizás en ese momento no pensó que fuese a gustarle, pero vamos, seguramente dio por hecho que ningún hermano de Frank podía ser tan bueno, por lo que se obsesionó investigando aquella figura a la que todos llamaban "hermano mayor".

Él también era el primogénito de su familia, pero sólo eran dos hermanos y le parecía extraño tener una corte de niños que lo amaran y admiraran tanto como los pequeño Miller lo hacían con Peter. Por esta razón pasó todo ese tiempo mirando álbumes viejos de fotos o buscando en las redes sociales del susodicho.

Al parecer a Ryan le gustaban los nerds, tenía un tipo muy específico y Peter cumplía con todos los requerimientos. La fascinación física y la curiosidad despertada gracias a los hermanos menores, terminó rápidamente evolucionando a un interés real.

Frank fingía que no se daba cuenta, pero sabía que el muchacho tejía historias en su cabeza del estilo "Seguro que a Peter le gustaría esto" o "Peter apreciaría que yo hiciera aquello". Fue una época dura para Frank, porque llevaba mucho tiempo peleado con su hermano y Ryan no paraba de insistirle "disimuladamente" que le presentara con al chico.

Él incluso consiguió su número de teléfono, aunque nunca se atrevió a llamarle. La verdad a Frank comenzaba a darle miedo. Pero después de varios meses, su comportamiento se normalizó un poco.

El asunto es que Frank tenía la idea de que Ryan había superado ese problemita. En general, el chico mantuvo su distancia luego de que Peter le gritara por haberlo besado en la fiesta de navidad. Ryan se disculpó al día siguiente y la situación mutó hasta transformarse en una especie de chiste local.

Uy, Frank, regálame a tu hermano y no sé qué mierda más.

Sabía que a su amigo aun le gustaba Peter, pero pensaba que se había rendido con todo eso de conquistarlo ¿Qué habría cambiado?

—¿Tú qué piensas Sam? ¿Crees que haya oportunidad? —Frank se encontraba recostado en la cama mientras revisaba las últimas fotos de Peter.

El ermitaño ese ni siquiera se había molestado en quitar la relación con John o borrar las últimas fotos que se tomaron juntos durante las vacaciones. Aunque para ser justo, John tampoco lo había hecho.

—¿Ese es el ex de Pete? —preguntó Samuel asomándose sobre el cuello de Frank.

—Sí, es ese —dijo, acercándole la pantalla del teléfono. Sam ladeo la cabeza, pensativo. Frank nunca había podido descifrarlo cuando ponía aquella expresión, pero últimamente empezaba leer su lenguaje corporal mucho mejor.

—Si ese es su ex, definitivamente hay oportunidad —aseguró. Frank le miro con expresión interrogativa y este simplemente se rio—. Mi hermano está más bueno que él.

—Tienes razón —contestó haciendo una mueca de desagrado.

John podía irse al infierno a partir de ese momento.

Peter no era el tipo más guapo del mundo, normalito era lo que le describía más fielmente, pero Frank sabía que su hermano mayor se consideraba menos agraciado de lo que en realidad era. Estaba seguro de que su complejo de inferioridad fue lo que le llevó a aceptar a John, quien era relativamente atractivo.

Aunque según el gusto de Frank, la única cualidad de John era su pelo rojo.

—Entonces ¿Cuál es el plan? —preguntó Samuel.

—Fácil —Frank se rio, bloqueando la pantalla del teléfono—. Ambientación, alcohol, música y muérdago, mucho muérdago.