c i n c o

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No son celos

A pesar de que el padre de Chan le había perdonado todo, debía mantener su autoridad castigandole por un tiempo, aunque fuese mínimo.

Claro que no podía tomarselo en serio cuando habia pasado horas hablando con el preguntando a cada de uno de sus propuestas a castigos "¿Es demasiado?" "¿Que te parece?". Así es como terminó sin televisión ni salidas después de las cuatro de la tarde sin supervisión de este.

No era mucho, pero lo sufrio igualmente. ¿Que diversión tendría si no? No tenía amigos en su ciudad por lo que no podría llamar ni mensajearse con nadie, en casa no habia mucho que hacer además de... limpiar, suponía, pero no haría eso ni en sus peores pesadillas.

Se vió vagando por cada rincón de la casa durante una semana entera, más sin salir en su horario permitido. Tenía demasiado pena como para cumplir con Byeongkwan e irlo a ver, no después de que escuchase como su padre le gritaba para que volviese a casa. El solo pensar en que había estado presente en aquella escena y les había oido (al igual que probablemente todo el vecindario) le hacía sonrojar de pies a cabeza.

—Moriré de aburrimiento... Y yo que quería hijos...

Con la indicación de recoger las cuentas en el buzón (escrito en un papel pegado en la puerta de su habitación, junto a otros recados) fue hacia afuera aún en su pijama, deteniendose en la entrada para respirar el aire fresco. Frio y fresco, chocando comtra su cuerpo causando escalofrios hasta cierto punto agradable. Arriesgandose a encontrar un resfriado, salió descalzo, por el camino de baldosas que simulaban ser piedras hasta el buzón, unas flores amenazando con morir pronto rodeaban el camino, no lo sorprendería que tambien fuesen falsas.

Con su madre habría tenido el miedo de pinchar sus pies con algo al estar descalzo, pero en aquel lugar el único miedo que podría haber, era el que estuviese tan limpio que lo ensuciase a su paso. A cada uno, se escuchaban las plantas de sus pies sobre el ruido del viento. Poco le gustaba el que fuera de eso, todo era ruido blanco.

No, aquel día no era solo ruido blanco, se escuchaban risas, emociones, alegría, algo además del aburrimiento y las quejas seniles de los abuelos que salían de casa a sacar la basura. Voces joviales que irradiaban una emoción contagiosa, desconocidas en su totalidad para el. Chan vió alrededor con el afán de encontrar a los emisores de la alegría, era lo que más necesitaba en aquel instante.

No le sorprendió que uno de ellos fuese su nuevo amigo, Byeongkwan, junto a otros dos chicos con el mismo aspecto divertido que daba el.

Uno de ellos podría pasar facilmente por un actor o modelo famoso, con facciones y una presencia que le hacían pensar "bueno, ahora soy gay". Quizá exageraba, más no decía nada que no fuera verdad. Llevaba el cabello ¿Rosa? No podía verlo muy bien, pero se le notaban raices negras que no quedaban nada mal.

Su atención pasó a otro chico a su lado, que llevaba ropa... Excentrica, por no decir rara. Sus pantalones caquis con dibujos echos a mano aparentemente, un sweater largo de un color oscuro y una camiseta negra a juego con su cabello bastante suelta que dejaba ver sus claviculas bien marcadas sobre su pálida piel.

—¡Channie!

En cuanto se dió cuenta, el pelirrojo había tomado de la mano a uno de los chicos, que a su vez tomó al otro para formar una cadena. Fueron hacia el con total normalidad, como amigos de toda la vida, con toda la amabilidad del mundo. ByeongKwan parecía  haber olvidado la escena de hace días y le veía como si no se hubiesen encontrado en años.

—Te extrañé estos días, tuve que buscar compañía en otros. — Señaló a ambos chicos a sus lados. Ahora se daba cuenta de que seguía tomado de la mano con uno de ellos. — Los voy a presentar, se que serán muy buenos amigos después, y mira que tengo buen ojo.

>> El es Jun, JunHee, Park JunHee —Señaló al de cabello rosado — Y el es SehYoon, Kim SehYoon, Sillón.

El de cabello negro, el quien tenía de la mano. A quien no podía dejar de ver por más que se esforzara, aunque ambos chicos parecían agradables...

Los había presentado muy a la ligera, no podían ser algo más, solo amigos. Solo conocidos. Vamos, quizá ni si quiera se conocían hace mucho, o tal vez Byeong era así de cariñoso con todos. Pero, ¿por que con el? Podría haber tomado de la mano al otro chico, o podría haberle soltado ya como habían echo los otros dos al llegar a su lado. Ninguno parecía incómodo en aquello, al contrario, mientras el pelirrojo hacia ademanes con sus manos al hablar, jalaba la del otro sin cuidado y aún así seguían. Eso no hacían los solo amigos.

Se le hacía feo pensar eso, extremadamente feo. Solo amigos. Era casi despreciar lo que eran. No había nada más hermoso que la amistad, no tenía nada de malo, pero decirlo así como así, "solo amigos", se sentía como desprestigiar esa condición. Casi como decir "no quiero que me conecten de ninguna manera con esa persona porque la odio y no se merece nada de mi, solo amigos", o como pensar que se conformaba en solo tener una amistad. Solo amigos. Eso no era algo con que conformarse, al contrario, era un gran puesto, algo de lo que estar satisfecho y no dejarlo en un "solo" tal cosa.

Quien sabe cuanto estuvo sumido en sus pensamientos, pero los demás habían estado hablando con el mientras respondía con monosilabos distraidamente. En algún momento se vió caminando en dirección a la puerta seguido de los demás.

—¿Entonces si? —Aún seguía bastante en su mundo, las palabras de BK parecían no tener mucho sentido para el.

—Claro.

Lo último que supo, es que sus tres ¿amigos? Entraron a su hogar con el afán de... no tenía idea.

¿Que diablos había aceptado?

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⏰ Last updated: Dec 15, 2019 ⏰

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