64 - Préstame Atensión

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Usualmente no solía hablar por el celular cuando estaba con mis amigos, pero cuando timbraba no podía ignorar a la persona que llamaba. Particularmente no me gustaba que me dejaran de lado por mucho tiempo cuando alguien tenía que responder su celular, por eso imaginaba que a ellos tampoco les gustaba ser dejados de lado. Cuando alguien me llamaba, solía responder brevemente y luego colgaba para prestarle atención a quien estaba conmigo.

Una tarde fue inevitable responder brevemente para después colgar el teléfono porque quien estaba al otro lado era mi novia Cristal. A Ella no podía responderle rápido para atender a la persona que me acompañaba en ese instante. De todas maneras, la persona que estaba a mi lado en ese momento era mi mejor amigo Max. Él era alguien especial, por eso no quería dejarlo de lado porque lo quería mucho, pero Cristal era mi enamorada.

No la culpaba, más bien me auto culpaba por las constantes llamadas de Cristal. Ella no solía jugar videojuegos, ya que prefería los juegos de mesa porque le encantaba hacer volar las fichas cuando perdía. "Este juego es bueno", le había dicho dándole el video juego a Cristal. Le dije que podía preguntarme lo que quisiera para ayudarle a pasar niveles. Ella no llamó para pedir consejos, pero sí para contarme cada una de sus victorias y hacerme notar su felicidad cuando habría niveles más difíciles durante el transcurso del juego que le recomendé. Su voz era muy risueña, muy alegre, llena de ánimo. No era capaz de detener su alegría a pesar que los segundos en el teléfono se volvían minutos mientras caminaba entre los jirones del centro comercial de libros donde me encontraba con mi mejor amigo Max.

Unas horas antes, mi mejor amigo Max me había pedido que saliéramos a comprar libros. Quedamos en salir a un centro comercial de libros de primera y segunda mano. Ese día salimos juntos de casa y tomamos un carro con recorrido al centro de Lima. Nos divertimos mucho conversando durante el viaje, pero al rato de habernos embarcado, Cristal Llamó. "¡Adivina, Caramel, pasé el primer nivel! ¡Felicítame!", me dijo eufórica colgando de inmediato. El tono de su voz indicó que el juego le había encantado, lo cual me hizo feliz porque era uno de mis favoritos. Su alegría permaneció en mí aún después de que me colgara.

El centro comercial estaba cruzando un puente donde podíamos ver el rio. Ambos caminábamos lento, muy entretenidos. No solíamos recorrer aquel lugar con frecuencia, por eso nos quedamos un rato mirando el caudal del río y los puestos de la feria que llamaban la atención de la gente que compraba los variados productos que ofrecían.

Disfrutaba la compañía de Max, pero también de las reiteradas llamadas de Cristal durante el recorrido por el centro comercial. Yo escuchaba la voz animosa de Cristal mientras mi amigo preguntaba por el libro que quería.

Cristal era mi novia, por eso se sentía bonito ser llamado por ella. Al principio me preocupé por Max, pero después de la segunda y tercera llamada de Cristal, imaginé que no tenía por qué surgir algún problema con mi amigo. Él también solía recibir llamadas frecuentes de sus noviecitas cuando salíamos, por eso él tenía que comprenderme como aprendí a hacerlo.

—No respondas —dijo cuándo mi celular volvió a timbrar en el momento que salíamos del centro comercial.

—Es Cristal —dije mirándolo.

Al otro lado del celular escuché la voz de mi novia cuando respondí, pero solo a penas, porque mi celular desapareció misteriosamente de mis manos. Max me lo había quitado.

—Qué haces, dámelo —le reproché.

— No. Si lo quieres solo tienes que quítamelo, pero no creas que dejaré que lo hagas.

Había mucha gente caminando a nuestro alrededor. Algunos se dieron cuenta de la situación, entre los cuales nos miraron disimuladamente y luego continuaban su camino. No me pareció gracioso imaginar a dos jóvenes quitándose un celular en un puente muy transcurrido.

AUN SIEMPRE SERAS TÚ |1RA PARTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora