Capitulo XXVII

2.5K 78 27
                                    

Otra reunión secreta de DCAO estaba planeada para ser llevada a cabo en la mañana. La presión de Umbridge y los decretos del ministerio, cada vez tomando más poder en la escuela los empujaba a hacer reuniones más seguido, más intensas, por miedo de ser revocados de la oportunidad de practicar demasiado pronto.

Era relativamente temprano, dos horas antes del almuerzo. Seguíamos cambiando horarios para poder despistar a cualquiera que pensara que estábamos cumpliendo un patrón, hacíamos lo necesario para no seguir ninguno.

Nadie me seguía, me asegure de ello.

¿Segura? – la voz sonó en mi cabeza, ronroneando contra mis pensamientos.

Frene mis pasos en seco. Mi oído se agudizó, gracias a él y lo pude escuchar. Delicados pasos se detenían segundos después de los míos.

¿Qué te importa si me atrapan o no?

Creí que había dejado en claro que estábamos del mismo lado, pajarito.

Pestañe ante el nombre que me había dado, tan solo esta mañana me había referido a mí misma como un pájaro y el cómo la jaula, una jaula en mi propia mente. Jaula que no respetaba mi privacidad o los límites.

¿Has estado ahí todo el día?

No todo el día, tengo mis propias preocupaciones, pero escucho cuando piensas en mí. Lo podía sentir sonreír. Una mano invisible recorrió mi espina dorsal.

No hagas eso. Advertí, como si realmente pudiera lastimarlo.

Desvié mi atención hacia el corredor, ni siquiera los cuadros me estaban prestando atención, pero esa persona aún estaba allí. Podía sentirla. Seguí con mi camino, esta vez no en dirección de la reunión. Pase por uno de los bordes del castillo, pasillos abiertos al exterior. El viento era frio y el sol flotaba alto en el cielo. El viento soplo hacia mí y lo olí.

Menta y suavizante.

Esa maldita serpiente creía que podía engañarme, creía que lo llevaría directo a la reunión, para que luego el pudiera correr y decirle a Umbridge. Me subestima demasiado. Es frustrante, pero funciona para mis propósitos. Gire sobre una esquina, me pegue a la pared enseguida y esperé. Espere que el bastardo apareciera siguiendo mis pasos y cuando lo hizo mande su trasero directo al barro al empujarlo sobre una de las ventanas de piedra abiertas al patio. Solo que a quien empuje no era Draco y unos brazos me agarraron por la espalda, inmovilizándome.

La persona que se levantó del otro lado del marco era Theodore, quien me agarraba Zabinni y Draco no tardo de aparecer frente a mí.

- No eres tan estúpida como pensábamos. – la mirada de Draco era de puro entretenimiento.

- No son tan inteligentes como creen. - el agarre de Zabinni se apretó sobre mí haciendo que un quejido abandonara mi garganta.

- Mhm... música para mis oídos. – susurro Zabinni contra mi cabello, me pego más contra él, su pecho pegándose a mi espalda.

- Nos vas a llevar a su pequeña reunión y no tendremos problemas, Potter. – Draco apretó una sonrisa.

- ¿Qué reunión? – pregunte inocentemente confundida. La mirada intachable de Draco no flaqueo, su seriedad me penetraba de lado a lado.

- Dejémonos de juegos, niña. – Theodore salto por la ventana y no se preocupó por limpiar su uniforme antes de agarrarme por el cabello y acercarme violentamente hacia él. – Te vas a arrepentir.

- Si te tome desprevenido es tu culpa. – escupí, aun inmovilizada desde los brazos y ahora mi cabeza. Su agarre en mi pelo me mantenía dolorosamente erguida en contra de mi voluntad.

Brave /Draco Malfoy/ Where stories live. Discover now