Capitulo XIII

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Lunes por la mañana, el frio infernal se colaba por las ventanas a pesar de los hechizos de protección contra el frio, ya era hora de que los renovaran.

Harry se encontraba distante, perdido en sus pensamientos y por más que quisiera ayudarlo, mis propios problemas me alejaban de hablar de los suyos.

Sosteniendo mi pelo en una coleta alta, entre al gran comedor con una energía diferente, bastante cargada a pesar de la noche sin dormir. El incesante sonido del reloj había ocupado mi mente toda la noche y aunque apenas había podido dormir un par de horas, lo único que lo demostraba era mis ojeras.

-Te ves cansada. – me dice Hermione ya tomando la mitad de su taza de café. Su cabello enrulado estaba controlado a pesar de la humedad en el aire.

- Buena forma de decir que me veo horrible. – respondí sarcásticamente.

-No me refería a eso... - se defendió.

La mañana corrió con una de las mas aburridas clases de transfiguraciones hasta la fecha y le siguió una entretenida clase de Adivinación. Ninguno de los chicos, Ron, Harry ni Hermione les parecía una materia fácil o llevadera. En cada clase inventaban historias trágicas que fingían ver en las hojas de té o tirando las cartas, que parecían convencer a la profesora Trelawney al menos lo suficiente para distraerla y saltar al próximo estudiante.

Yo por el otro lado me sentía inmensamente interesada en la clase y realmente intentaba ver mi futuro en las hojas de té. Sin embargo, apenas pude distinguir una imagen en el fondo de mi té, quise tirarla por la ventana. Suspire con frustración.

- ¿Qué ves, mi niña? – el cabello de la profesora quito mi atención de la taza y termine mirando sus ojos que parecían demasiado grandes para su cara por el aumento de los lentes.

-Yo... no estoy segura. -mentí. Sabia perfectamente la imagen que se presentaba.

- A ver, préstame. – estiro su mano en dirección a mi taza. Por unos segundos su mano se sostuvo en el aire, esperando que le diera la taza. – Dale niña.

Le pasaste la taza aun con duda en mi cabeza. El mohín de tu nariz expresaba tu desagrado que se lograba ver claramente.

- Es claramente un reloj, chiquita. – me dice con una mirada con la que claramente me reprende. - Algunos, por mas claro que sea la imagen que se nos presenta, no pueden hacerle un sentido. No te preocupes, no es para todos. – apoyó la taza sobre la pequeña mesa redonda que compartía con Hermione. – Se te acaba el tiempo. No debes dejar tus deberes para ultimo minuto. – me recomienda antes de seguir con la taza de Neville.

Ojalá fueran deberes. Pensé.

Observe con recelo mi reflejo en la bola de cristal que flotaba sobre el centro de la mesa, sintiéndome nuevamente observada. Tome el pequeño paño de tela negro de la mesa y lo lance sobre la bola, tapándola, buscando sentirme mas segura.

El domingo mientras me bañaba había optado en dejar la toalla dentro de la ducha donde no le diera el agua, para evitar salir de esta desnuda y sentirme observada nuevamente. Luego de haber tomado tanto trabajo en evitar mojarla, había decidido pedirle ayuda a Snape. Los libros de Legeremancia y oclumansia me ayudaban a entender lo que me estaba sucediendo, sin embargo, la practica estaba alejada de la teoría. No había forma alguna que yo sola pudiera hacerle frente a la situación. A mi hermano no quería preocuparlo, Hermione y Ron seguramente le contarían sin mi consentimiento y aparte de ellos, no sentía que los gemelos fueran aptos para el trabajo.

Luego de la clase, aproveche los minutos que me quedaban libres antes de detención para bajar a la Mazmorra cinco, para ver si el Profesor Snape se encontraba allí.

Brave /Draco Malfoy/ Where stories live. Discover now