Capitulo XVII

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El sol había desaparecido por la mañana y durante la discusión en el patio no había mas que nubes grises en el cielo. Siguiendo su curso, a medida que el día pasaba, la lluvia comenzó a descender sobre el castillo y ahora a las siete y media de la tarde una gran tormenta se había desatado. Las gotas de lluvia golpeaban violentamente los cristales del salón de transfiguraciones y el exterior no era mas que oscuridad.

Estabas teniendo problemas al barrer el suelo, ya que se encontraba llenos de plumas por la clase de la tarde y al barrerlas, simplemente volaban delicadamente hacia otro lugar. Suspiraste observando a tu alrededor. Diez minutos habían pasado y Malfoy no había aparecido a ayudarte.

El rubio ascendió rápidamente las escaleras que abandonaban las mazmorras, corriendo hacia detención. Hacia ti.

Le había sido difícil sacarse a Astoria de encima, como siempre pasaba después de que tenían relaciones sexuales en su habitación no compartida de prefecto. La noche anterior se la había llevado a su cuarto cargándola en sus brazos, ya que las escaleras que llevaban a las habitaciones no detectaban a las chicas si no caminaban directamente sobre los escalones.

Astoria lo había pasado genial, mientras que Draco buscaba librarse de toda la frustración que traía arriba. Pero mientras entraba violentamente por entre las piernas de Astoria, solo podía imaginar a la fotocopia de Weasley haciéndole lo mismo a _____. Pronto los gemidos de Astoria fueron sofocados bajo los suyos y al terminar, no estaba mas relajado que antes.

Llego a paso acelerado a las puertas del salón y arreglo su cabello antes de entrar. Lo escuchaste entrar, pero no volteaste a observarlo, harías lo que pudieras para ignorarlo mas que nunca. Estabas cansada de seguirle los juegos, cansada de caer en su trampa cuando te molestaba buscando una respuesta de tu parte. Estabas cansada de satisfacerlo, porque si no te obligabas a estarlo ibas a terminar sintiendo mucho más que atracción por el chico. Y aquella era una situación que no te convendría.

-          Comenzaste sin mí. – dijo el rubio adentrándose en el salón a paso seguro, sin disculparse por llegar tarde.

-          No pienso perder más tiempo aquí de lo que ya hago. – respondiste cortante, aun perdida en la discusión de tus amigos de la mañana.

Aquella actitud tuya no le gustó. Había pasado toda la noche sin poder sacarte de su cabeza y ahora lo ignorabas como si fuera lo más fácil del mundo. Apretó los dientes y te observo pelear con las plumas del suelo. Al mirarte, todo lo que quería preguntar era si habías pasado tu noche con el pelirrojo, pero, no tenía ningún derecho de preguntar algo así y lo sabía. No tendría que siquiera querer saberlo. No era su problema. Tu no eras su problema.

Lo que si era su problema era el rumor que había comenzado sobre vos y el mugroso de Weasley, para ver si lo refutabas o lo confirmabas. No había necesidad de preguntarte directamente, los rumores que había comenzado sobre ti serian mas que suficientes para saber la respuesta.

-          Deja de mirarme y ponte a ayudarme. – tu voz se quebró al final.

La discusión de la mañana te había dejado sensible y nuevamente no podías sacarte a Cedric de la cabeza. Su muerte te dolía, tu incapacidad de protegerlo te daba rabia.

-          ¿Estas bien? – pregunto el rubio desde su lugar, poniendo sus manos en sus bolsillos. – Te vi discutir con las plagas que llamas amigos en la mañana.

Detuviste tus movimientos. - ¿Escuchaste?

Si el chico sabía de qué estaban hablando definitivamente se meterían en problemas. Umbridge estaba formando un grupo de estudiantes para que sean sus ojos y oídos, Draco definitivamente seria parte de eso.

Brave /Draco Malfoy/ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora