23

5K 279 35
                                    

Madeline

Corro tres cuadras cuando me doy cuenta que soy una estúpida. Una estúpida por salir corriendo y por darle importancia a lo que diga una persona que no conozco. Me freno en seco y limpio las pocas lágrimas que había dejado caer. No sé dónde estoy, hay mucha gente caminando y está lleno de tiendas. Podría dar vuelta y caminar las tres cuadras a la heladería pero no quiero. Mañana es el día de acción de gracias, el momento donde voy a conocer a la familia de Shawn, mentiria si dijera que no estoy nerviosa. Veo en una tienda un conjunto "Para pasar la mejor cena de acción de gracias" me deje llevar por el título y entro.

El vestido de hilo bordó se ajustaba a mi pecho hasta la cintura, la recorría un pequeño lazo del mismo material y caía suelto. Me enamoré a penas lo tuve puesto, era abrigado y cómodo. No dudé un segundo en ir a la caja, la ropa que había traído de casa no me terminaba de convencer.

Para que mentir, el comentario de la chica me había afectado. Y si, inconscientemente entre a una de las tiendas más caras de la cuadra y me compré un vestido. Salgo con la bolsa en mano y me quiero pegar. Yo no soy así. No me gusta gastar plata en ropa cara que es igual a la ropa de un precio accesible, el vestido es hermoso y me encanta pero no tenía porque gastar parte de mis ahorros en eso.

Veo el auto de Shawn frenarse junto a mi, baja el vidrio y Brian me hace seña de que suba. Entro con la cabeza gacha de la vergüenza.

—Gracias por intentar defenderme.— Le doy un apretón en el hombro a Brian, veo como Shawn aprieta las manos sobre el volante hasta que sus nudillos están blancos, entiendo que éste enojado con sus fans.

Nos comenzamos a alejar del centro de la ciudad, las casas de familia se podían apreciar mejor en vez de los altos edificios. Era una sona tranquila con poco tránsito y niños jugando en el césped de sus casas. Frenados en una casa de dos pisos blanca con piedra incrustada en las paredes. Al parecer era la casa de Brian, se despido con una sonrisa alegre y Shawn arranca apenas cierra la puerta.

Me siento en un taxi sentada atrás sola y en silencio. Suelto una carcajada por lo que voy a hacer, me siento toda una rebelde. Los ojos de Shawn me observan por el espejo retrovisor cuando paso una pierna entre los dos asientos, piso el tapizado con un poco de miedo a dejarlo manchado y me impulso para saltar hacia delante. Caigo de culo en el asiento y con una sonrisa de triunfo le subo el volumen a la radio.

No dice nada, tamborilea sus dedos al ritmo de las canciones.

—Tendría que haber dicho algo pero si lo hacía...

—Lo se, tu imagen. —Asiente en silencio con la mirada pegada a la carretera. No tardamos mucho en llegar a la su lujoso edificio.

Tira las llaves contra el recibidor con violencia, va hacia la heladera y toma un gran trago de una botella de agua.

—Shawn ¿Estas...

—¡No! No estoy bien. No me importan los rumores, no me importa lo que diga o piense la gente por estar con la gente que quiero ¡A la mierda con lo que dijeron esas estúpidas! Me gustas porque eres real ¿Ahora no voy a poder salir con mi amiga solos? ¡A quien mierda le importa lo que yo haga en mi vida privada!— Agarra mis mejillas con sus grandes manos mojadas por la humedad de la botella.— Necesito que me cuentes todas las mentiras que te digan, necesito que los ignores, no puedes dejar que te cambien ¿Me escuchaste?—Sus ojos se van a la bolsa que cuelga de mi mano izquierda. Me la arrebata y saca el delicado vestido.— ¿Por qué? Madie, dime que no te afectó lo que dijeron.

Under the same stars ||Shawn Mendes||Where stories live. Discover now