es la ley, aquí las respetamos.— Jungkook acercándose más a él para no tener la necesidad de hablar fuerte por la distancia.

y  .. ¿de verdad te hace feliz?— Taehyung cuestionando.

¿no dijiste que no habías escuchado?— Jeon evadiendo.

tal vez sí escuché un poco.— Kim se rió un poco. —pero quisiera que me respondieras, ¿te hace feliz?— intrigado sobre la respuesta.

Jungkook no pudo mentir, se quedó callado y Taehyung lo supo entender.

es una completa pena que no seas feliz, eres alguien que merece serlo, siempre tan complaciente con todos, al menos por una vez deberías complacerte a ti.— Kim dijo sin pena o traba alguna, siempre dice lo que quiere.

siendo un miembro de la realeza las opciones no existen y el deber es la única realidad que tenemos.— Jungkook respondió al instante.

sabes que no estoy de acuerdo con ese pensamiento, nosotros podríamos hacer que tener el apellido que tenemos no sea una condena.— Taehyung.

—¿cómo?—

—haciendo lo que deseas hacer.—

Jungkook se rió de lado, le parecía una barbaridad tan sólo imaginarlo, algo completamente imposible, su padre jamás permitiría que se dirigieran por la vida a placer.

Taehyung observó cómo se rió y siguió hablando; —digo, ¿tienes algo que perder? no quiero ofenderte ni nada por el estilo pero, ya no serás rey, al menos podrías disfrutar de la vida.—

Jeon dejó de sonreír al escucharlo.

Llegó un guardia del castillo y se dirigió a Taehyung; —la carroza está lista.— se retiró enseguida.

Taehyung pasó al lado de Jungkook pero no sin antes detenerse a decirle en voz baja. —deberías considerarlo, nos vemos después.— se marchó, Namjoon había pedido una carroza para que lo llevase a su reino de vuelta.

Jungkook decidió sacar aquella idea de su cabeza y concentrarse en su libro, se dirigió a su cuarto, se sentó en su escritorio, tratando de leer pero su mente era ruidosa nuevamente.

Aquella idea de tener esperanza para alcanzar la felicidad se había metido en su cabeza, Taehyung la había metido ahí, cuestionando si tenía algo que perder y no, no lo tenía. Toda su vida se preparó, estudió y se esforzó por ser rey, por cambiar a su reino y levantarlo, ahora esa ya no era una posibilidad, ya no lo sería y por lo tanto no veía más razones por las cuales seguir el ritmo que llevaba.

Lo entristecía el hecho de no ser rey, lo anhelaba con todo su ser y de repente fue arrebatado de sus manos, no tenía otra meta en su cabeza y eso sin duda lo hacía cuestionar todo lo demás.

Dejó de leer porque las palabras comenzaban a revolverse en su cabeza y no lo disfrutaba, se recargó en su silla, solamente pensando en aquella charla, en aquel chico, tratando de descifrarlo a él también, tan libre que Jeon no lograba saber cómo podía comportarse de la manera en la que lo hacía sin tener represalias.

Admirado.

Tocaron la puerta y él salió de su trance de pensamientos, permitiendo el paso.

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