《¿Me permite grabar cada parte de su cuerpo?》

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- Se-señor ah~Adrien~.










La azabache estaba postrada arriba del escritorio con el Peli-Rubio entre sus piernas, quien con sus manos recorría el cuerpo femenino, dejando un caminó de caricias, todo mientras ambos devoraban sus bocas, escurriendo un hilo de saliva por sus labios.

El sonido de jadeos y chasquidos eran ahogados en sus bocas, la falta de aire se hizo presenté, provocando que ambos se separarán con la respiración agitada.

Adrien recarga su frente en el cuello de la azabache, aspirando el dulce aroma de su secretaria, encantado por ello, va dejando un recorrido de besos húmedos, mientras sus grandes y palidas manos se adentraban al vestido, acariciando y apretando sus glúteos.
El ambiente cada vez subía más temperatura.
La azabache sentía su cuerpo arder en llamas, sin duda el calor la estaba consumiendo, Adrien sonríe notando la desesperación en sus ojos, sin más sus manos viajaron a su espalda, dando con su objetivo, "el cierre" jalando de esté hacia bajo, sus manos bajaron el vestido únicamente la parte superior dejando al descubierto la fina piel de la azabache, observando con detalle la prenda negra que cubría los pechos de ella, quien sonrojada al estar expuesta suelta un suspiro al sentir un poco de alivio.

-Adrien...- musita su nombre, sintiéndose avergonzada al sentir la mirada fija de su jefe, sin esperar más sostiene su vestido con su manos, dando la intención de cubrir, sin embargo Adrien le impide, agarrando sus manos.

-No te cubras -ordena con voz ronca.
Provocando un jadeo en la azabache. quien con desesperación buscaba los labios del Rubio, pero este se apartaba.

-Eres un tonto - finaliza, jalando la corbata negra de Adrien, juntando así sus bocas.

Marinette lleva sus manos a la nuca del Rubio, profundizando el beso. La saliva estaba de más y los chasquidos se habían convertido en una melodía.

Las manos de la Oji-azul descendieron por el fuerte pecho del Rubio, para quitar con desesperación la cobarta, la cual cayó en alguna parte de la oscura oficina.
Mientras Adrien succionaba y mordía sus labios, la azabache desabotonaba la camisa blanca, dejando descubierto el marcado abdomen. En ese momento los besos habían cesado y la azabache admiraba hipnotizada cada detalle del abdomen del Rubio.

Adrien acaricia con delicadeza la mejilla carmis de la azabache, acercando sus labios, iniciando un beso lento y dulce.

Los dos olvidaron todo no les importaba nada en ese momento mas que saborear y memorizar cada parte...

Solo eran ellos dos.

-Yo nu-nunca lo he hecho-susurro a lo bajo.

En ese momento una sonrisa se reflejo en el rostro del Rubio.

-Señorita Marinette - le llamo, mientras lame su oreja - Olvidé, hay que olvidar que soy su jefe y usted mi empleada - la azabache se sonroja
-Permítame ser el primero, déjeme marcarla....Quiero recorrer cada parte de su cuerpo hasta memorizarlo, saborear sus labios........Yo......Quiero
corromperla....... ¿Usted me podría dar ese honor?.

La azabache quien sin importar que se abalanzó a besar, dándole una clara respuesta a su querido jefe quien sin desaprovechar el momento la cargó y con pasos lentos se dirigió a un mueble lo suficiente grande, el cual se situaba alado, recostando con cuidado a la Oji-azul, abriendo sus piernas, colocándose en medio de ellas sin llegar aplastarla, besándola, mordiendo, saboreando sus labios.




La ropa fue desapareciendo quedando ambos cuerpos al descubierto.











- Por fa-favor ~~ lágrimas de dolor recorrían en la mejilla de la azabache - Duele Ah~







La azabache soltaba gemidos de dolor y placer, rasguñando la espalda del Oji-verde, provocando más excitación en él, aumentando sus movimiento.







-Me encantas ah~ - dice entre jadeos, sin perder el ritmo de su sona pélvica, haciendo los movimientos lentos pero profundos.










-Ma~maas~....A~adrien~ aahh~ ah~ si~












Sonido de sus pieles chocando, los chasquidos de sus besos, el sudor recorriendo por sus frentes y el placer que sentían ambos....los dos estaban hundidos en ellos. Llegando juntos al orgasmo, la azabache cansada luchando para que sus ojos no se cierren.

- Adrien...

El mencionado solo de dedicó a repartir caricias, besos en la pequeña frente de la azabache, quien se quedó dormida.
Cinco minutos después el Rubio se levantó con cuidado de no despertarla, cubriendo con una cobija el cuerpo desnudo de la azabache.

El Oji-verde se colocó su ropa, para luego disponerse a sentar en su escritorio, mirando hacia la gran ventana.....

-Esto no debió pasar.....fue un error.... Un grandisimo error -mencionaba Adrien mientras se agarraba el cabello con frustración- Diablos.








Lágrimas silenciosas escaparon de los ojos cristalinos de la azabache quien se encontraba "dormida".





No significo nada, fue un error para él
en cambio ella entregó su virginidad. Entregó todo al hombre equivocado.
Ahora solo queda derramar lágrimas.











Perdón la demoraaa pero las clases en línea me están violando T~T.

Hiro Agreste.



I Love My Secretary Where stories live. Discover now