Apartas tu cara para mirarme, miras hacia arriba y me encuentras. Parecías triste, como un constante dolor. Dolores de cabeza que no se quitan ni con pastillas. Así era lo nuestro.

Alcanzas mi mejilla con tu mano, me acaricias tan suave, lo más suave que había sentido en mi vida. Te aguanto la mano y me la llevo a mis labios, los presiono suave, dejándolos ahí, veo que hasta ese simple acto te hace temblar. Te acercas, tu frente pegada a la mía. A veces pienso que no hablamos porque no queremos cagarla con nuestras palabras. Te respiro, rozando mi nariz con la tuya. Suspiro porque te tengo.

"Ven" me susurras, te muerdes el labio por dentro. Me coges la mano y me llevas hacia un banco que estaba a unos metros. Me siento y con una pequeña sonrisa tiro de tu mano para que te pongas encima. Te pones de lado, rodeo mis brazos por tu torso, apoyas el lado de tu cabeza en mi frente. Hacía puto frío, pero yo me refugiaba en ti, mi rostro en tu cuello. Te inhalo, hueles como aquella noche y al café. Cierro mis ojos y pego mi cara a tu cuello, veo que tiemblas y tu mano en mi mejilla acariciándome.

"Hueles a café" murmuro en tu piel, rozo mis labios, mi nariz por tu cuello. Te dejo besos pausados y tú te remueves por lo que te hago sentir. Era todo tan lento y suave que me mareaba.

"¿Te gusta?" dices con una sonrisa. Yo afirmo con la cabeza en tu cuello.Me aguantas las mejillas con las manos para presionarme contra el. Sueltas un suspiro cuando trazo mi lengua por toda tu piel, cuando cierro mis labios cada vez más despacio.

"Por favor nunca pares de ser así de suave" me suplicas y yo te lo concedo. Te miro y mis labios se van a ti. Por tu cara, me paso tiempo arrastrando mis labios por tu mejilla dejando un camino húmedo. Me voy a tu mandíbula, me detengo a succionarte, a pasar mi lengua para dejar mi rastro. Te muerdo, arrastro mis dientes y escucho como gimes. No era sexual, era tan inexplicable. Te miro y sólo pienso en una cosa. Si te digo que te quiero ¿Qué dirías?

Tu mano enterrada en mi pelo, jugando con el. Me miras y te sonrío. Y a ti se te pega mi felicidad porque haces lo mismo. Veo que tienes frío porque te refugias en mi, te encoges. Agarro el gorro de tu abrigo y te lo pongo. Eras preciosa, sobre todo cuando sonreías para mi.

Chocas tu nariz torpemente contra la mía y alcanzas mis labios, me besas, te presionas, abres tus labios para acoger todo de mi. Llevo mi mano a la tuya y las entrelazo, te aprieto fuerte. Haría lo que fuera por sujetar tu mano para siempre.

Trazas tu lengua por el borde de mis labios, sentí lo cálida que eras. Contigo entro en calor aunque no acompañe el clima. Te capturo la lengua entre mis labios, los cierro una y otra vez en ella acariciándote. Te pegas más y yo te succiono con más ansias pero suave. Termino lamiendo tus labios de arriba a abajo y dejándote un sonoro beso.

"No sabes lo que me haces sentir" me dices en mis labios.

Te miro a cero centímetros, a ti te cuesta respirar normal y yo sigo con mis mareos. Haces que la cabeza me de vueltas, quiero besarte todas las horas de mis días. Te siento que estás tan para mi, te juro. Quiero decir que eres mía aunque suene ignorante. Pero es que te sentía así.

"Dímelo" Dime todo lo que te ocurre conmigo, dime que quieres mi ropa tirada por tu habitación, dime que quieres mi cepillo de dientes en tu baño, dime que quieres tenerme al otro lado de la cama por el resto de tus días.

Te mantuve cerca de mi, mi mano acariciando tu mejilla esperando tus palabras.

"Lo he dejado" me dices más seria. No sé porque estabas así, no podías ni mirarme a la cara. Escondes tu cara en mi cuello y yo te dejo un rato. Noto tu respiración, tu aliento golpeando mi cuello y a mi me entran los escalofríos.

"Es la primera vez desde que te conozco que me siento tranquila" te digo con dolor. Levantas tu cabeza para mirarme, me preguntas con tus ojos. Y yo siento que lloro por dentro. Del alivio, de lo increíble que se siente.

"Perdón" me dices con el mismo dolor. Me pones la mano temblorosa en la mejilla y te acercas a tocar mis labios con los tuyos, yo no me muevo sólo te siento. Te presionas varias veces y yo por una puta vez siento que no te estoy compartiendo. Que tu cuerpo, que tus labios, que tus manos sólo están para mi. Que no te estoy compartiendo con un hijo de puta.

"Sé que lo he hecho tarde. Pero ya está, ya somos sólo tú y yo." Te miro toda la cara y no me lo creo. Quiero gritarte que te quiero, quiero sentir tus te quieros en mi boca mientras me besas. Quiero dormir contigo. Darte besos de buenas noches entre tus piernas. Quiero despertarte y trazar mis labios por tu espalda desnuda.

"¿Cómo ha pasado? ¿Te ha hecho daño?" Mis manos en tu cara, preocupada. Y de repente pienso en como habría sido estos últimos días con ese hijo de puta. Te juro que lo mato si te pone una mano encima, soy capaz de cometer cualquier delito por ti.

"Me estaba engañando con otra, de alguna forma ya lo sabía. A veces ni llegaba por la noche." De un momento a otro todo puede cambiar. Se me cae el mundo encima cuando te escucho decir esto. No fui yo la razón.

"Entonces lo has dejado porque te estaba engañando, no por mi" Te digo tragando fuerte, esperando a que me dijeras lo contrario, pero a la vez la verdad.

Tú frunciste el ceño negando con tu cabeza, me cogiste la cara con tus dos manos con urgencia. Te acercas y pegas tu frente a la mía. Sigues negando levemente, ves mi dolor, lo intentas borrar. Cierras los ojos suspirando, frustrada ¿Quieres decir algo? ¿Qué te cuesta darme una explicación?

Me miras, veo que te cuesta tragar y que las palabras se te atragantan.

"Dime algo Alba" te suplico. Necesito al menos una razón, una excusa para quedarme contigo. Es que si te quedas callada me tendré que ir. Tampoco voy a ser gilipollas.

"Me muero si piensas que lo hice por eso" Me dices con un dolor que ni yo sé explicar. Aquí muertas del frío. Tus manos tiemblan en mis mejillas, tus labios agrietados del puto frío.

"¿Por qué?" Te susurré. Mi frente pegada a la tuya.

"Porque estoy enamorada de ti" Y de repente siento ese calor en mi cuerpo, me embriaga. Me aparto un poco para mirarte, mi pulso se descontrola, ya ni se respirar. Tú estás igual, vi miedo en tus ojos al ver mi shock. Quiero llorar porque no sé manejar todo lo que siento, esto es demasiado bueno.

Te acaricio la cara, te rozo con mis yemas. Acerco la mía cerrando los ojos y te respiro profundamente. Pego mi nariz en tu mejilla chocándola con suavidad. Tus manos detrás de mi cuello, tus dedos hundidos en mi piel.

"Yo también. Estoy enamorada de ti. No sé como se siente estarlo, pero joder...algo me dice que lo estoy." Te murmuro con un dolor en el pecho. Y es que no sé porque se siente dolor si el amor debería ser lo opuesto. Lo siento, soy nueva en esto.

Me mueves la cara con tu mano en mi mandíbula, pegando tu frente a la mía. Me miras con tu intensidad y me regalas una pequeña sonrisa ¿Alguna vez has mirado a alguien y sentir como te derrites poco a poco? Me miras feliz, te muerdes el labio para contenerte, pero ya no tienes que hacerlo. No te contengas.

"Te quiero" Lo dices tan normal, como si fueras dicho 'hola'. Y mi sonrisa aparece poco a poco, te juro que nunca me iba a cansar de escucharte.

Paso mi mano por detrás de tu cuello y te atraigo hacia mi. Te capturo entre mis labios y cojo aire a la vez. No me hacía a la idea de que sólo los iba a besar yo. Acaricio tu labio inferior con mi lengua mientras te succiono y me pegas más, chocando tu nariz con la mía.

"Duerme conmigo" te murmuro entre tus labios.

Hoy he sido buena y he hecho por primera vez un capítulo que no sale nada mal entre ellas. Todo feliz.

Sobran las palabrasWhere stories live. Discover now