Capítulo 6

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Narra Eddie

Mi corazón no dejaba de latir. Al entregarle el teléfono, nuestras manos se habían rozado por unos segundos.

No entendía lo que me estaba pasando. Peter solo era... Un nerd, un empollón, un debilucho... Entonces, ¿por qué era yo quien se sentía tan débil a su lado?

Entré a la universidad, bastante deprimido. No entendía que era lo que estaba pasando conmigo. Lo mejor, era que no tenía más clases con Peter, y podría ocupar la mente en otras cosas.

-Bien, -el profesor comenzó a entregarnos un lote de folios grapados- recuerden que el viernes iremos a la sede de la Fundación Vida. Deberán estudiar lo que les acabo de entregar. Carlton Drake me los ha dado en persona. En estos papeles se explica qué hacen y cómo. Léanlos antes del viernes, y hagan todas las preguntas pertinentes al señor Drake. El lunes deberán entregarme un reporte.

Odiaba esa clase de trabajos, en los que básicamente tenías que escribir "lo que ellos te dictaban".

El profesor se paró frente a mí.

-No quiero escuchar una queja sobre usted.

Me entregó el lote de folios, y siguió repartiendo.

Varias veces, me había metido en algún que otro lío por hacer preguntas "impertinentes" o "poco adecuadas".

¿Para qué estaba estudiando sobre periodismo si no podría hacer un trabajo de mi gusto?

Ally me había liado hace un año para hacer la carrera con ella. Y total, para que cada uno cogiese una rama distinta. Ella pretendía que fuese su cámara o algo por el estilo, pero obviamente, a eso sí que me negué. No sería el secundón de nadie.

-Brock, lo veo disperso. Concéntrese en la clase.

Traté de poner toda mi atención en el gran pizarrón, pero me era imposible. Aquello era demasiado aburrido.

Comencé a escribir en un papel, algunas preguntas que me gustaría hacer en la Fundación Vida, y que obviamente no estarían explicadas en las hojas que nos habían dado.

Durante una hora, había dejado de pensar en Peter.

Narra Deadpool

Deambulé por los pasillos de la universidad, buscando algo con lo que entretenerme. Los pasillos estaban llenos de dibujos extraños de cámaras, y de murales que explicaban con gran detalle obras de arquitectura y otras cosas. Para ser periodista, debías entender de muchas cosas.

Llegué a la sección de artes de la universidad. Por fin mis ojos se deleitaron viendo cosas que sí sabía lo que eran.

-Oh, por fin.

-¿Eh?

Un hombre con una bata blanca me introdujo en una clase.

-Ya ha llegado el modelo, así que vayan sacando su material. Recuerden que deberá ser una pintura al óleo, lo más detallista posible.

El hombre se giró hacia mí.

-Señor, se equivoca, yo no...

-No se ponga tímido ahora. Desvístase.

-Ah, carai, eso sí me interesa.

Me despojé de las ropas que no eran mías.

-¿La ropa interior también?

-Obviamente, ¿cómo lo había hecho antes?

-Bueno, me tienen pedido de todo.

Me saqué la última prenda y me subí a la tarima.

-Píntame como una de tus mujeres francesas...

Me coloqué en una posición que me pareció sexy... Pero al cabo de un rato, no podía seguir manteniéndome en aquella postura.

-¿Se puede hacer un descanso?

-Solo lleva ahí dos minutos... Creí que era un profesional.

Petaron en la puerta, y entró un chico con un buzo azul.

-Vengo por lo del desnudo.

-Oh... Que... Incómodo...

El profesor me miró extrañado.

-¿Quién es usted?

Salté de la tarima y cogí mi ropa.

-Bueno, hasta nunquiii...

Salí del aula, paseándome desnudo por los pasillos.

Escuché unas voces, por lo que traté de vestirme deprisa. Esta vez, me puse el buzo al completo. Me sentaba bastante bien.

Dos chicas pasaron a mi lado.

-Wo, ¿has visto ese maquillaje? Cada día se superan...

-*Que ignorantes... Mi belleza es natural*

Llegué a un callejón sin salida. Traté de regresar por donde había venido, pero había varios caminos. Estaba perdido.

Narra Spiderman

No me había podido concentrar ni en la clase ni en acabar el trabajo, y ya era hora de la última clase. Solo esperaba que el profesor se olvidase.

-*Aún parece que voy al instituto...*

Y como si mis plegarias hubiesen sido escuchadas, vinieron a avisarnos de que el profesor no había venido.

-¿Qué? ¡Casi no he podido dormir por haber estado haciendo esta mierda!

Todo el mundo se quejaba, por lo que me sentía un poco mal por ser el único que estuviese feliz.

Lo único malo que había en aquello, es que yo no tenía coche, y debía esperar más de una hora para que viniese el bus.

Y lo peor de todo, es que hacía un calor de muerte.

-*Karma*

No, eso no era lo peor... Lo peor, era que en esa clase también estaba Ally. A la salida, se me acercó con esa aura de superioridad que siempre llevaba consigo.

-¿Qué pasa, Pet? ¿Eres tan pobre que no puedes comprarte un coche? Si quieres puedo llevarte... Bueno, mejor no, que si no me dejas el tufo de probetón que tienes.

Se alejó riéndose. ¿Cómo podía Wade soportarla? Además, el no parecía un mal chico tampoco. Entonces, ¿por qué?

Y hablando del rey de Roma...

-¡El exterior! ¡Por fin! ¡Alabado sea la salida del laberinto! Ah, hola, Peter.

Era lo último que necesitaba.

-¿Qué haces ahí? ¿No tienes casa?

-El profesor faltó... Estoy esperando el autobús.

-Si quieres, puedo llevarte.

-¿En serio? Muchas gracias.

No me dio tiempo a arrepentirme. Habíamos llegado al aparcamiento, y Wade me pasó un casco rosa.

-Se lo compré a Ally, pero espero que no te importe. Sube.

Suspiré.

-Pero no vayas muy rápido.

Recorrimos la ciudad en muy poco tiempo. Cuando bajé de la moto, mi corazón amenazaba con escapárseme por la boca.

-¡¿No sabes conducir despacio?! ¡La carretera tiene un límite de velocidad!

-Pero te he traído, ¿no? Pues no te quejes tanto.

Me saqué el casco y se lo tendí de vuelta.

-¿Y mi beso de despedida?

-Piérdete.

-¿Otra vez?

-Adios, Wade.

Con las piernas aún temblando por la velocidad, me interné en la casa.

No volvería a montarme con aquel lunático.

Spideypool "Ven conmigo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora