Capítulo 1

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Narra Deadpool

Estaba demasiado aburrido. Miraba el techo del departamento. Una mancha marrón tenía una forma curiosa.

-*Si se mueve, incendiaré el edificio*

Me picaba un huevo, así que como todo bien hombre, me lo rasqué. Aquellos varones que estén leyendo esto, entenderán el placer que sentí después. Si tienes genitales femeninos... Por favor, NO TE LOS RASQUES. Sería malo para tu salud, y Wade (otsea, yo) se preocupa por tí.

Dejando los ovarios a un lado, me levanté pesadamente del sofá, para ir a la cocina a coger una cerveza fresquita.

Era verano, y me estaba literalmente muriendo de calor. Aún estando en calzoncillos, notaba como mi piel se derretía.

Lo bueno de vivir con una persona ciega, es que puedes ir por la casa en pelotas, que nadie te va a decir que te tapes.

Al encendió el televisor, mientras rebuscaba en la nevera por mi tan ansiada cerveza.

-...lo ha vuelto ha hacer. Tras ver como una casa se incendiaba, el superhéroe ah...

Cambió de canal, y puso la teletienda.

-¡Llame ahora al teléfono que aparece en pantalla y consiga dos por el precio de uno! ¡Y no solo eso! ¡Le regalaremos este kit completo de herramientas de jardinería! No se lo piense dos veces.

Escuché como Al revolvía cosas en el salón.

-¡¿Dónde está el teléfono?!

Llegué al salón con la cerveza en la mano.

-Tus compras compulsivas nos están arruinando.

-ME están arruinando. Es mi dinero. Consíguete un trabajo.

-Por estas cosas, tus hijos no te visitan.

-No tengo hijos.

-...Sí, quizás eso también sea un motivo...

-Vístete y dame el maldito teléfono.

-Vale, pero después no me vengas con... ¡Puedes verme!

Tapé mis vergüensitas como pude, pero hacía poco me había cortado una mano por error, y no era lo suficientemente grande. Sin embargo, la cerveza sí lo era... Lo malo, es que me congeló hasta el ombligo.

-Te conozco, idiota.

Extendió la mano, esperando a que le entregase el teléfono.

-Luego no me pidas dinero.

-Nunca tienes.

Me sentía indignado.

-No es tan fácil que te den un trabajo con esta cara.

-Haz como yo, y cobra la pensión de tu marido muerto.

-Ya, bueno, me lo pensaré.

Tomé lo que quedaba de cerveza de un solo trago. Dejé la lata sobre la mesa de centro.

-Por cierto, antes vino Ally cuando te estabas duchando y preguntó por tí.

-¡¿Y qué le dijiste?!

-Que habías muerto.

Salí disparado hacia mi cuarto, y me vestí como pude.

Ally era una chica joven y guapa que había conocido en el bar de Weasel, rubia, y de poca expectativa en cuanto a una pareja.

Me calcé mientras bajaba en el ascensor. Solo esperaba que no estuviese tan lejos.

Nada más salir del portal, me choqué con ella.

Spideypool "Ven conmigo"Where stories live. Discover now