Parte 4: Encuentros, citas y un triatlón Pokémon

363 11 38
                                    



Playa de Melemele...

Las vacaciones estaban resultando mucho más divertidas de lo que Misty o Serena se imaginaron. Más todavía con los amigos alolanos de Ash; con ellos tenían mucho más de qué hablar y cosas qué hacer, y además que les mostraran los lugares que podían visitar y con los cuales podían entretenerse. Así cubrían muchísimo más terreno, y no pasó mucho antes de que conocieran cada lugar de interés.

Aquella misma mañana, Serena y Misty habían visitado una joyería conocida como Alola Sunrise, por recomendación de Mallow y las otras. Ash casi se va para atrás cuando lo mencionaron, recordando cómo sus tres amigas alolanas lo arrastraron a la fuerza hacia ese lugar la primera vez que estuvo en la región.

Él no tenía nada que hacer allí, después de todo probarse joyas no era lo suyo, pero decidió soportarlo por Misty y Serena.

Las dos chicas estaban encantadas de ver y probarse todo lo que podían. De hecho, ahora mismo, llevaban puestos algunos de los artículos que consiguieron en oferta en ese lugar: Misty había comprado unos aretes en forma de concha marina, y Serena unos en forma de estrella, complementados con un dije y un sujetador para el cabello a juego con ellos.

Aunque no fuese lo suyo, Ash por dentro admitía que realmente les quedaban bien.

El grupo en aquel momento se encontraba en medio de un excitante partido de voleibol de playa. Estaban jugando Misty y Mallow contra Ash y Kiawe, mientras el resto observaba detenidamente. Se estaban divirtiendo tanto que constantemente cambiaban de bando cada vez que alguno de ellos lograba hacer una estupenda jugada.

- ¡Misty! – dijo Mallow, preparando una para Misty.

La pelirroja avanzó hacia la red y saltó. – ¡Ahí les va!

Y con un poderoso remate, el balón salió disparado directo a la cara de Ash, que apenas tuvo tiempo de poner las manos al frente y tratar de protegerse, pero el balón salió tan fuerte que lo hizo caer hacia atrás en la arena, y voló fuera de las líneas. Kiawe trató de lanzarse a atraparlo pero no lo logró, y con eso el partido quedó sentenciado. Mallow y Misty chocaron las manos.

- ¡Juego y partido para nosotras! – exclamó la peliverde.

- Uff... eso no fue justo. – dijo Ash poniéndose de pie y frotándose detrás de la cabeza. – Lo hiciste a propósito.

- No es mi culpa que tu cara estuviera en el camino. – dijo Misty, enrollándose un mechón de pelo entre el dedo.

Ash rodó los ojos, pero no se atrevió a replicarle. Misty seguía siendo tan fuerte como siempre y no desperdiciaba ninguna oportunidad de demostrarlo. En este partido no fue la excepción: cada vez que Misty hacía uno de sus remates mortales era punto seguro. El hecho de que Kiawe y Ash consiguieran ganarles un juego y tuvieran que ir a dos de tres para decidir fue un verdadero milagro, y en el último fue que Misty decidió ponerse seria y destrozarlos sin piedad.

- ¿Por qué no me dijiste que era así de fuerte, Ash? – preguntó Kiawe. – Es un milagro que hayamos resistido hasta el final.

- Tú deberías saberlo, esa es Misty para nosotros. – dijo Ash, suspirando de resignación y acercándose hacia la red. – Como sea, ya nos ganaron, ¿están contentas?

- Tú sabes que sí. – dijo Misty. – Y bien, ¿alguien más quiere retarnos?

Se dirigió hacia el cuarteto formado por Serena, Lana, Lillie y Sophocles que estaba sentado fuera de la cancha. Estos se miraron nerviosos, como pensando en una respuesta apropiada, aunque claramente era que ninguno de ellos se querría enfrentar a esos remates mortales de Misty.

Encrucijadas: Entre una Sirena y una PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora