Capítulo 25 - Pequeña Victoria

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(T/N) no tenía la más remota idea de cuánto rato había pasado hasta que por alguna gracia divina logró distinguir un reloj de pared dentro de una de las habitaciones por las que pasó de largo como un bólido seguida de una horda de treinta y pico infectados.
Y ya estaban a punto de acabarse sus cinco minutos.

Decidiendo no celebrar todavía, corrió una vuelta más al campo de fútbol antes de enrumbar hacia la salida acordada. Sentía su vaso matándola, la mano sosteniendo la linterna pálida por el frío y la poca sangre que debía llegarle estando levantada mientras el resto del cuerpo ejercitaba; eso por no mencionar lo mucho que le ardían los ductos de la garganta y los pulmones por forzarlos tanto. Si no se conociera a ella misma y supiera que se le podían venir canciones a la cabeza en los momentos más extraños, juraría que alguien estaba reproduciendo Euphoria y Pandemie Inverse al mismo tiempo por los parlantes del resort.
Eso o se estaba volviendo loca, pero la última vez que revisó no tenía problemas como esos, sino una maldita horda de abominaciones a unos diez metros de su trasero.

Dejó atrás la zona deportiva para volver al área de la plaza principal del lugar, donde se encontraba la fuente en la que había almorzado hace unos días. Saltó por encima para hacer que los infectados tras ella pierdan más tiempo y corrió en la dirección general de la entrada. De detrás de la edificación a su derecha podía escuchar otra muchedumbre, y no fue mucho antes de que Romeo apareciera por un lado con una veintena de abominaciones pisándole los talones.

La (nacionalidad) verificó el camino frente a ella antes de regresar su atención al italiano en apuros. Alzó su linterna y, con la mejor puntería que pudo obtener en ese momento, catapultó el aparato hacia los infectados más cerca de él.
Le dio a uno de lleno en la cara, y ese mismo se cayó hacia atrás sobre otros dos. Se creó una pequeña confusión que duró lo suficiente para poner unos siete metros más decentes entre el joven y los infectados.

Romeo se las arregló para soltar un "gracias" entre su respiración agitada por correr y ella asintió apresurada, avanzando a su lado hacia la entrada.

En el camino se les unió Arthur, y entre los tres se las arreglaron para trepar la reja que habían logrado volver a levantar los demás esperando fuera. Una vez ellos hubieran pasado, un grupo a cada lado de la salida empujó montones de cosas que habían apilado de antemano como base para la barricada, y los demás se pasaron troncos y sillas para terminar la barrera.

En cuanto se veía lo suficientemente resistente, los quince que vinieron al rescate se organizaron con los que se habían quedado en el resort para movilizar a los rescatados hacia la ciudad.

-Aún no sé como lo hicieron, pero gracias. -suspiró cansado Vladimir, caminando entre el grupo de la (nacionalidad) al final de la pequeña formación.

-¿Qué pasó, exactamente? -preguntó Elise, confundida y preocupada, pero mucho más calmada de lo que estaba cuando llegaron. (T/N) le agradeció mentalmente por preguntar eso, ya que ella misma no tenía las fuerzas para hacer mucho más que caminar como reflejo.

-No lo sabemos. -sacudió su cabeza Toris, cargando a un niño dormido que la joven reconoció como el hermano menor de Vladimir. Bueno, el otro se veía un poco cansado por defender el anfiteatro, así que era comprensible que le entregase su hermano a alguien más.- Comenzamos a escuchar movimientos alrededor del resort durante la primera noche... y bueno...

-Al día siguiente nos habían rodeado y tiraron abajo todas las entradas. -continuó Vladimir, mirando hacia un costado y aferrándose a su estaca de madera.- A partir de ahí fue una carrera desesperada por reunir a todos en el anfiteatro y esperar a que llegaran ustedes luego de que Feliciano y los otros dos escaparan.

Hubo silencio mientras caminaban por la oscura carretera. Las seis carnadas avanzaban al final y en el centro, puesto que no tenían fuerzas como para defender al grupo en caso aparecieran más infectados. Los flancos y los bordes de la formación eran los que estaban en mejor estado para pelear, seguidos de los médicos y cualquiera que quisiera ayudar.

La (nacionalidad) se dedicó a observar a los que caminaban cerca de ella. Vladimir estaba alerta, caminando cerca de Toris y su hermano, al parecer consciente de que no podían relajarse hasta que estuvieran tras las barricadas de la ciudad. Elise sostenía un rodillo de cocina con serenidad, y (T/N) tenía que admitir que se veía mucho más madura a comparación con la chica cuyo hermano había salvado de casualidad. Sadik, Romeo y Arthur estaban los tres exhaustos, pero el inglés sacaba fuerzas de quién sabe dónde para sostener a su hermano entre sus brazos y calmar sus miedos.
¿Cómo sería el ambiente si hubieran fallado en salvar a los que estaban dentro del anfiteatro?
(T/N) decidió no pensar en eso.

Y aunque hubiera querido, algo cayendo sobre su cabeza detuvo cualquier proceso mental que hubiera estado teniendo en el momento.
Había sido una gota de agua.

Estaba lloviendo.

La marcha no se detuvo, pero el descenso de velocidad fue un indicador claro que todos estuvieron a punto de detenerse a pensar en lo que podía significar eso.

¿Qué pasaría ahora con los infectados?


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Hey! Sé que este cap es algo corto, pero estuve algo enferma los últimos días así que no tenía fuerzas ni para salir de la cama lol

Pero ahora estoy mejor! Yay!

Para los cuirosos, las canciones en las que pensó la rayita son del OST the HOME, y se llaman tal cual como fueron mencionadas.

Si las quieren buscar, las pueden encontrar en youtube buscando "euphoria ost home" y "pandemie inverse ost home".

Le doy ochenta galletitas al que sepa qué es HOME

Nos vemos el siguiente martes ^^7

Les loveo <3

-Gray

Vivieron [Hetalia]Where stories live. Discover now