Cinco

1.1K 136 24
                                    

SophiaCuatro

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Sophia
Cuatro... tres... dos... uno. Exhalé e inhalé con gran fuerza colocando una mano en mi abdomen y otra en mi frente sintiendo la transpiración que no paraba.

Era sábado, el día de la mascarada en honor a nuestro ex director: Fernando. Por tal motivo, nuestro ensayo fue cancelado así que debía cubrir mi rutina diaria de ejercicios. Muchos pensaban que el simple hecho de bailar, no quemaba calorías o era contado como esfuerzo físico, tal parece que nunca habían bailado el tiempo suficiente para que supieran el agotamiento que este deja en el cuerpo.

A veces el gimnasio era un buen pasatiempo, pero lo había dejado después de un tiempo debido a que todo lo que necesitaba hacer, lo hacía sin necesidad de máquinas. Mis piernas se tonificaron por el ballet, al igual que la fuerza de mi abdomen al necesitar tensarlo constantemente por los saltos y la postura; además, el baile era el cardio suficiente que mi cuerpo resistía, sin embargo, a veces me daba ciertos gustos con dulces, bebidas o comidas que me exigían más esfuerzo físico del acostumbrado, por lo que estaba aquí, haciendo sentadillas y abdominales después de haber corrido una media hora por la cuadra para compensar el ejercicio del ensayo que por hoy estaba perdido.

Me levanté del piso de mi habitación y terminé mi botella de agua mientras llegaba a la cocina y sacaba a descongelar las pechugas de pollo. Cuando recién había iniciado a independizarme, el agua se me quemaba e incluso las cosas en microondas se me pasaban; mi familia siempre había sido dependiente de la gente de servicio por lo que nunca tuve una madre amorosa que horneaba galletas o me enseñara a cocinar algo decente.

Irving por otro lado, sabía hacer de todo, e incluso me ayudó a aprender y racionar la comida en base a mi dieta.

Me senté en el pequeño comedor escuchando solo el tic tac del reloj de pared que hace mucho había comprado. Observé la mesa de vidrio donde manteles individuales se encontraban frente a cada silla, resoplé mientras los quitaba y me iba a sentar en el mesón, no queriendo sentirme más sola. Aún así, no podía evitar ver la mesa de cuatro sillas que tal vez nunca llenaría, ni tendría una plática mientras comiera.

Irving solía decir que no era lo suficientemente social, o si no tendría más amigos. El problema era, que no sabía quien se acercaba a mí con sinceridad.

 El problema era, que no sabía quien se acercaba a mí con sinceridad

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Ephemerality ©Where stories live. Discover now