Capítulo 26

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El despertador hice que me girase en la cama molesta, maldita sea no había podido dormir en toda la noche, había tenido la cabeza pensando en…mierda, ya esta se acabo, tema borrado y almacenado en una parte remota de mi cerebro.

Me levante de la cama para acercarme a la cama y sacar un pantalón de chándal negro con una sudadera azul y unos playeros del mismo color que la sudadera, me recogí el pelo en una coleta dejando el flequillo intacto y sin moverse, recogí la habitación antes de coger la mochila con todo lo necesario para aquel fin de semana en el que lo más probable es que terminase muerta de frio pero bueno, querían ir y yo no iba a negarme…

-¡Samantha levántate de una maldita vez!-oí los gritos de Devora desde la cocina, con un suspiro salí de mi habitación y baje las escaleras para encontrarme con una discusión de mi prima y Devora, les había tocado juntas o más bien habían elegido dormir en la misma tienda…no era justo, nada justo.

-Ya estoy-dije mientras las miraba intrigada-dejadme pensar, estas discutiendo por que se queda con el saco rojo, ¿no?

-No es un simple saco rojo-dijeron las dos al unísono.

-Es el saco-dijo mi prima mientras parecía que le brillaban los ojos como si fuese lo más valioso del mundo.

-Es el saco mas calentito y cómodo de todos, y solo será para una de nosotras dos-dijo Devora mirando de reojo a mi prima-ya lo sé, decides tu Sam.

-¿Qué?-pregunte sorprendida.

-Eres la única que será neutral así que tú decides-dijeron ambas antes de cruzarse de brazos, mierda de esta no me salvaba…eran estos momentos en los que me gustaría que el pelirrojo apareciese de la nada y me sacase de estos líos…

-Pues….esto…em-dije pensativa-ya que va a ser el cumpleaños de Kyara veo justo que ella se quede con el…

-¡Toma!-dijo la aludida dando saltitos-te lo dije, si es que no se le puede negar nada a una cumpleañera.

-Venga será mejor que nos vayamos que los demás nos estarán esperando en el parque-dijo Devora con un suspiro de resignación mientras cogía sus cosas y salíamos de mi casa, me despedí de mi padre y de mi hermana antes de seguir a las demás hasta el parque y como habían dicho allí estaban los demás, Rosalya e Iris hablaban animadamente mientras Lysandro hablaba con un chico, sin pensármelo dos veces me acerque a Lys para taparle los ojos.

-¿Quién soy?-le susurre al oído riéndome.

-Mmm, ¿Castiel eres tú?-dijo sonriendo mientras se giraba y encontrarme con mi mirada-buenos días princesa.

-Buenos días-dije con dulzura-Estas mejor por lo que veo, he estado preocupada por ti.

-Lo sé me he entrado-dijo riéndose-siento no haberte avisado.

-No importa estabas malo-dije encogiéndome de hombros.

Oímos como el chico al lado de Lys tosía para llamar nuestra atención, me fije mas en él, su rostro me recordaba a de Lys pero su cabello era negro, una mirada fija y una piel pálida…no podía ser verdad…

-¿Leight?-pregunte sorprendida.

-Veo que me recuerdas-dijo riéndose mientras me saludaba tendiéndome la mano-has cambiado mucho en estos años.

-He crecido de altura si es a lo que te refieres-dije riéndome mientras le cogía la mano en un apretón-me alegro de verte Leight, espero que no armes ninguna en esta acampada.

-lo intentare-dijo riéndose-mira por ahí viene Castiel-dijo señalando al pelirrojo que venia escuchando música, muy típico en el.

-Y por allí viene Nathaniel-dijo Lysandro, me gire y pude ver como Nath venia sonriendo y se acercaba a saludar a todos, solo nos quedaba esperar a que viniesen los tres amigos de Iris, bueno cuanto más tardasen mejor para mí.

-Por allí vienen-dijo Iris sonriendo, el primero en llegar fue un chico de cabellos oscuros y ojos azules como los zafiros, se presento como Armin, santo cielo como estaba el Armin ese, Sam, por dios céntrate. Era bastante tímido por lo que se veía a primera vista, pobrecito, le comprendía a la perfección lo que era estar en un gran grupo donde no conocías a nadie.

El segundo en aparecer fue un chico de cabellos… ¿Azules?, claramente teñidos…, sus ojos marrones eran grandes y no necesitaba tener dos dedos de frente para saber que estaba como una cabra, si, me caería bien por lo que parecía a primera vista.

El tercer chico apareció y sentí como se me caía el alma a los pies, paso la vista por todos los presentes hasta pararse en la mía, mierda me había reconocido. Dio varios pasos hasta ponerse frente a mí, sus cabellos rubios habían crecido pero sus ojos verdes seguían siendo igual de hipnotizantes que la ultima vez, aquella en la que deje a mi cabeza de lado y me deje llevar por mi corazón, mierda, no podía estar aquí…

-Tu-dije en un susurro sin apartar mi mirada de la suya.- ¿Qué haces aquí?

-Pensé que me recibirías de otra forma-dijo riéndose-no has cambiado nada Sam.

-¿Ya se conocían?-preguntó Iris sonriendo.

-Tengo el gusto de conocer a esta belleza muy bien, ¿verdad?-dijo guiándome un ojo mientras sentía como mi pulso se aceleraba, mierda otra vez no.

-Dake, no empieces-le dije con tono neutro-y todavía no has contestado mi pregunta, ¿Qué haces aquí?

-Es muy sencillo-dijo sonriendo-te prometí que volvería, he venido a cumplir esa promesa.

Aquellas palabras hicieron que el tiempo se detuviese, el pasado no podía volver aparecer en mi presente y menos ahora, cuando por fin había creído que dejarlo todo atrás sería lo mejor para mi, algo cambia y hace que mi mundo se desmorone.

Mama, ¿Por qué no estás aquí para ayudarme a olvidar todo mi pasado, hacer que desaparezca para siempre?

Regreso a OwegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora