RECAÍDA

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Me he vuelto prisionero del silencio por tanto tiempo que las ganas de alzar la voz destruyen con fiereza los canales de mi cordura y queman a más no poder mi garganta. Maldigo la férrea necesidad de aferrarme al vacío mientras la tormenta quiebra mi calma y carcome el sentido común.

El veneno me abraza con una familiaridad escalofriante como el prisionero rendido a la idea de un hogar en su celda.

Jamás las ganas de saltar fuera de mi cuerpo fueron tan avasallantes como la insensibilidad de vivir; y la necesidad de encontrar un culpable se lleva cualquier pensamiento coherente, como tú.

Pero he de asumir las consecuencias de un juego cruel del que decidí hacerme participe y espere, ilusamente ganar, sin caer en cuenta de la experiencia que posee un titán frente a sus olímpicos.

Sin embargo no has logrado remover los cimientos de mi seguridad en donde recae el peso de la convicción con la que espero vencer; porque tú eres nada y eso no puede con mi todo.

Ahora que mi garganta se ha roto y el silencio forma parte de las ruinas de mi coraza, me consuelo como niño a la idea de gritar, de atacar, de despojar el torbellino en mi centro sin represiones.

A estas alturas he perdido el sentido, entre la fuerza magnética de un campo que ha roto todas y cada una de mis brújulas, mientras tanteo a ciegas quién soy; qué busco y por qué lo he perdido. Una luz se abre paso entre las ruinas y me consuela, mientras me hago a la idea de que la verdad me haga libre.

Los sentidos perdieron terreno en esta guerra ciega y desmedida tal cual aquellos gritos de miseria al salir de tus labios. Un error capaz de convulsionar las defensas y borrar mi identidad, cuestionándolo todo a su paso.

Acabaste con la paz que arrullaba mis demonios, encendiendo la chispa que abrazó el infierno, antes frío y durmiente, y ahora con una única misión: incinerar mi esencia.

Me balanceo entre la fuerza de parar este fuego y dejarme consumir por sus llamas, me propongo extinguirte a punta de lágrimas saladas y una tempestad de rencor, arropada por este mar profundo de odio.

Te has hecho con la habilidad de evaporar la lluvia que roza tus llamas y sobrepasar el mar con la ligereza de tus brasas, aquellas hechas de mis ruinas; entre tanto te haces inmune a mis ataques, te instalas para calentar los trozos de mi corazón y ganarme.

Entonces dime cómo es que te olvido cuando ya has tomado todo de mí y lo has envenenado a tal punto que el odio compite con el amor en una carrera desenfrenada; dispuestos a llevarse mi gaveta rebelde donde guardo tus restos de cuando eras Ángel y no Demonio.

Mi única salida se ha vuelto adaptarme a ti, aprender de tus habilidades y perfeccionar tus mentiras para usarlas contra ti, yendo contra mis instintos, reformando mis creencias; siendo demonio de tu infierno y acabarte de una vez por todas.

Deseo ser eso que jamás puedas vencer, tu reto más grande, tu miedo más oscuro, quiero ser ese todo que no puedas alcanzar y a la vez el único que te haga cambiar.

Pero la verdad sea dicha, mis esperanzas hacia ti serán fundadas sólo el día en que logremos contar en su totalidad las estrellas, mirar al sol sin derretirnos y atrapar la luna entre los dedos; del resto, eres un caso perdido que solo conduce a mis recaídas.

Como canta el corazónTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang