Capítulo 11

64 3 0
                                    

Eric


Han pasado cinco días desde la última vez que vi a Zafiro. Estoy preocupado. He intentado en repetidas ocasiones acercarme a su casa, pero siempre me encontraba con Alan, esperándome. Algo no iba bien. Teníamos que hacer algo.


- Chicos, esto no me gusta nada. No se le ha visto el pelo desde hace cinco días. Algo malo debe estar pasando. 

- Eric, relájate. Así no la ayudas. Necesitamos entrar en esa casa. - respondió Diamante.

- Va a ser imposible entrar. Sus padres han vuelto ayer. No pueden saber que estamos aquí. Será mejor esperar a que salga. - dijo con voz suave Lucas.

- ¿¡Estás loco!? No podemos dejar esto así. No podemos dejarla a su suerte. - replicó Eric.

- ¡Cálmate! Debido a la situación, esto es lo mejor, créeme.

- Bueno, esperemos que mañana venga a clase. - dijo con esperanza Rubí.


A la mañana siguiente Zafiro apareció, sin embargo, estaba distinta. Se había teñido el pelo de color rubio platino y estaba más pálida de lo normal,aunque no se notaba demasiado pues la habían maquillado a conciencia. Por otro lado, llevaba unos tacones de 15 cm con los que no se manejaba muy bien; parecía intentar mantener el equilibrio todo el tiempo. 

Al verla, Eric fue junto a ella.

- Zafiro, ¿te encuentras bien?

- ¿Quién eres tú? - dijo ella con cara de asco.

- ¿No me recuerdas?

- ¿Acaso debería? - acto seguido empezó a reírse hipócritamente.


Sus amigos permanecieron sorprendidos mientras analizaban la actitud de Zafiro. Había cambiado de una manera brusca. Su forma de hablar, de caminar...Parecía otra persona.

- Zafiro, escúchame. - dijo Lucas pausadamente. - Reconoces a alguno de los aquí presentes?

- No, ni un solo. ¿Por qué? ¿Sois alguna persona importante?

- Piénsalo bien. ¿No nos conoces ni un poco?

- Madre mía, qué aburridos sois, de verdad. No os conozco ni un poquito. ¿Contentos? ¿Me puedo ir?

- ¡No! - intervino Diamante. - Rubí, pégale.

- ¿Qué? - exclamó Rubí aterrada. - ¿Cómo dices?

- Peléate con ella. Lo haría yo, pero con quién ya se ha peleado es contigo.

- ¿De qué habláis? - intervino Zafiro.


Rubí suspiró e, inmediatamente después, se abalanzó sobre Zafiro.

Ambas se enzarzaron en una pelea violenta; Zafiro insultaba a Rubí y la cogía del pelo con desdén mientras que Rubí simplemente se defendía de los ataques. Fue en ese momento cuando, de repente, Zafiro empujó a Rubí mientras se quedaba un rato con la mirada pensativa.

Sus amigos se quedaron observándola sin saber muy bien qué hacer. Ella los miraba extrañada sin saber muy bien qué decir. Acto seguido, se agarró la cabeza y comenzó a gemir de dolor.


- Zafiro, ¿te encuentras bien? - dijo Eric mientras se acercaba a ella.

- Ay, ah... - ella no escuchaba. Sentía un dolor punzante e insoportable en la cabeza. Se estaba enfadando.

- ¿Zafiro? - cuestionó Diamante. 

Zafiro explotó. - ¡Largáos! ¡Dejadme en paz!

- Zafiro, escucha. Tienes que venir con nosotros.

- No lo haré.

- Si vienes a ver una cosa, te dejaremos en paz.

Poco a poco el dolor se iba calmando, así que aceptó.

Todos fueron al piso de Eric, el cual vivía con Lucas, para mostrarle a Zafiro vídeo, imágenes, mensajes...cualquier cosa que pudiera hacerla volver en sí.

- Puedes sentarte ahí si quieres. - dijo Eric señalando el sofá.

- Tengo prisa.

- Dijiste que lo verías. No hay un tiempo establecido.

- ¿Tenéis algo para comer en esta casa?

- Tenemos rollitos de primavera del otro día.

- No me gustan.

- Sí que te gustan.

Esta los miró con cara de asco, pero finalmente fue a la nevera y cogió los rollitos de primavera, los calentó y los comió. Así, de esa forma, parecía que nada había cambiado. Parecía feliz.

- Ven. - le indicó Cristian, quién llevaba un largo rato en silencio.

Todos se sentaron en el sofá sin hacer nada, en silencio. Al cabo de un rato Zafiro se molestó.

- Dijistéis que me ibais a enseñar algo. No tengo todo el día.

- Zafiro, ¿te importaría leer esto? - dijo Cristian mientras le tendía una hoja de papel escrita.

- ¿Qué es esto? 

- Algo que me diste como seguro, por si volvía a pasar esto.

- ¿Qué? - Zafiro parecía un poco más ella; más calmada y con mayor confianza.

Esta cogió el papel y lo leyó en voz alta. Nadie sabia el contenido de aquella carta salvo Cristian y ella.

Querida Zafiro:


Si estás leyendo esto debes saber que lo has vuelto a olvida todo, puede que incluso ocurriera algo peor, puede que te hubieras perdido a ti misma. ¿Cómo es posible que te sea tan fácil olvidar los buenos momentos? Esto me da vergüenza, espero que a ti también. Aunque tampoco puedo reprocharte nada, no puedes controlar algo que ni siquiera sabes cómo ocurre. 

Acuérdate de todo, incluso de lo malo. Tus padres no son tus padres, ¿sabes? Espero que te acuerdes de esto al menos, porque aquellas personas que "conviven" contigo son unos monstruos. Alan, tu "prometido" parecerá amigable pero otras veces será un verdugo. Seguro que ahora mismo crees que es tu mejor amigo, más bien es un enemigo. Siento, bueno, sentimos, pena de él. Estaría bien poder algún día llevarse bien y sabes por qué hace todo esto. No lo entiendo. ¿Y tú?


¿Te has olvidado de Eric, de Lucas, Diamante, Rubí y Cristian? Esto sí que no te lo perdono. Siempre te has sentido sola y ahora que por fin te sientes querida, ¿lo olvidas? Por favor, por ti, por mí, por las dos. Recuerda. Recuérdalo todo. Todos te quieren. No los abandones.


Tienes que recordar. Tienes que descubrir que está pasando. Diles que te muestren fotos, que te cuenten cosas... Debes recordar.


Sin saber por qué, Zafiro estaba llorando.


Mi primer beso (II)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon