Capítulo 5

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Empecé a darle vueltas a todo. Estaba a punto de decirle a mis amigos lo que pasaba y llegó Alan para estropearlo.

Estaba claro que mis padres no debían descubrir que mis amigos estaban aquí. Tal como estaban las cosas podría ser un gran error.

Todavía mis padres no habían vuelto, así que me relajé dándome un baño antes de cenar y así meterme en cama.

A las doce de la noche fui a dormir y nada más apagar la luz escuché un ruido en la ventana, por lo que me asomé y vi a Eric lanzando piedras.

Abrí la ventana y le dije: - ¿Qué estás haciendo?

- Oh, Rapuncel, deja caer tu larga cabellera para que pueda subir a la torre y rescatarte.

- Estás loco.

- Loco por ti. - acto seguido vi como este intentaba subir la ventana por las piedras que sobresalían.

- Espera tonto, tengo una cuerda.

- Uff...menos mal. - y se rió.

Coloqué la cuerda y vi como Eric ascendía la cuerda hasta llegar a mi ventana y meterse dentro.

- Estás loco, no hay nadie en casa. Podría haberte abierto la puerta.

- Pero no hubiera sido divertido. - ambos reímos y seguidamente un silencio incómodo reinó en la estancia.

- Eric...yo quería...- antes de que pudiera terminar comenzó a besarme con necesidad y yo le seguí el beso.

Cuando nos detuvimos, todavía con los ojos cerrados, pegó su frente junto a la mía.

- No sabes cuanto te he echado de menos.

- Eric...déjame explicarte...

Él colocó un dedo encima de mi boca en señal de que no dijera nada. - No quiero que me expliques nada. Te he extrañado tanto...tu olor,-acercó su cara a mi cuello - tus labios,-me volvió a besar aunque fue uno corto. - tu pelo, - dijo acariciándolo. - tus ojos...- dijo sin quitar su vista de encima.

- Yo también te eché de menos,pero pensaba...

- No pienses en nada. - dijo mientras acariciaba mi cabello.

- Eric....yo necesito hablar contigo. No quiero tampoco que pienses que en tu ausencia busqué a otro ni que ya no te quiero....y hay cosas que tienes que saber.

- Hoy no me interesan. Hoy solo necesito que el mundo se pare y que solo tú y yo pensemos en nosotros.

- Yo...

- Zafiro, he esperado este momento como un adicto. He soñado tantas noches contigo... - depositó un beso en mi cuello. - he esperado mucho para volver a tenerte en mis brazos, para hacerte el amor y besar casa rincón de tu piel. No quiero perder esta noche hablando de los problemas. Tenemos tiempo suficiente para ello.

Sin dejarme responder comenzó a besarme apasionadamente. Sus labios sabían tan bien...lo había extrañado tanto que ya ni recordaba lo bien que me hacía sentir.

De un momento a otro me levantó y me agarré a él para no caer mientras lo seguí besando.

- ¿Te he dicho ya cuanta falta me hacías? - dijo Eric mientras besaba mi cuello.

- Tú también me hacías mucha falta.

Luego de darnos varios besos él me llevó a la cama y me acostó ahí con delicadeza, quedando yo debajo de él.

Nos seguimos besando algunas veces más y mientras tanto fuimos desvistiéndonos hasta quedar en ropa interior.

- Eres maravillosa. Te amo.

- Yo también te amo.

Esa noche hicimos el amor después de estar un tiempo separados y fue la mejor de mis noches. No fue ansioso, fue delicado y apasionado. Intentó alargar el tiempo lo máximo posible, grabando el momento en nuestra memoria.

Por la mañana desperté envuelta en los brazos de alguien. Mi cariño.

Al ver que estaba despierta, me besó en la mejilla.

- Buenos días.

- Buenos días.

- ¿Qué tal has dormido?

- Mejor que nunca y todo gracias a ti.

- No, todo es gracias a ti. Pensaba que estaba soñando otra vez, pero aquí estás. - dicho y hecho Eric me besó.

De repente escuché el ruido de la puerta de entrada.

- ¿Zafiro? - oh no, mis padres.

- Eric, tienes que irte ahora mismo.

- ¿Por qué?

- Mis padres acaban de llegar.

- ¿Y cuál es el problema?

- Eric ahora no te lo puedo explicar, por favor.

- Pero...quería estar más tiempo contigo.

- No va a poder ser. - estaba serio. - Ye te lo explicaré. Lo estoy haciendo por nuestro bien.

- Está bien.

Nos vestimos rápidamente y él bajo por la cuerda. En cuanto pisó tierra, la saqué y la escondí.

- ¿Zafiro? ¿Sigues dormida? Tu prometido a venido a verte.

- Estoy en camisón.

- Es tu prometido. Te verá con menos ropa algún día. ¡Baja de una vez!

Al final bajé con el camisón y la bata y vi a Alan sonriéndome.

- ¿Qué tal ayer? ¿Te vinieron a suplicar que los perdonaras? - dijo burlón.

Yo, en un acto reflejo, le tapé la boca con la mano y él aprovechó para cogerme cual saco de patatas y subir a mi habitación.

- Pasadlo bien. - gritó mi padre desde abajo.

Lo tenían planeado.

Al llegar a mi habitación me dejó en la cama y él se quedó delante de la puerta, bloqueándola.

- ¿Qué quieres?

- Nada. Hablar.

- Seguro.

- Aquí tus padres no nos escucharán.

- Bueno...podrían tener alguna cámara oculta instalada.

- La tienen pero les pedí que la desactivaran y me encargué de ello.

- ¿Cómo? O sea, tú sabes todo lo que tienen planeado, ¿no?

- Todo no. Solo lo que me concierne a mí.

- ¿Y los ayudas?

- Tampoco.

- ¿Cómo que no?

- No los ayudo. Me pareciste interesante y pensé que, fuera lo que fuera que estaba pasando, podría echarte un cable. Soy...una especie de infiltrado.

- Me besaste y pegaste a mi novio.

- Es que sí que quería besarte y pensaba cortejarte. - dicho eso se acercó a mí e intentó besarme pero lo aparté.

- Será mejor que te vayas.

- ¡Vamos! Tú novio te dejó.

- Él dice que es mentira y yo le creo.

- ¿Tanta confianza tienes en él?

- Sí.

- Entonces yo tenía razón.

- ¿Razón en qué?

- Tus padres falsificaron la carta.

- ¿Qué?

- Zafiro, debes tener cuidado.

- ¿Qué es lo que sabes?

- Te lo diré en otro momento. Debo irme. - no quise insistir y antes de irse, me besó en la mejilla y se despidió.

¿Qué era lo que él sabía?

Mi primer beso (II)On viuen les histories. Descobreix ara