Todos creen que el amor entre Taehyung y Jungkook es intocable, un amor tan íntimo que nadie entiende pero se ve; de un día para otro, todo se derrumba cuando Jungkook anuncia la gran noticia que está esperando un bebé. El mundo del pelinegro cae al...
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Hola amores❤ solo vengo a dejarles esto y me voy lentamente ahre..
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Jungkook salió de su apartamento con Jeongin tomado de su mano, tenía tiempo extra para dejar a su hijo con Youngmi y hablar un poco con ella. Desde el jueves no tuvo una plática fluida, estaba cansado e estar en tienda en tienda en busca de un traje para la dichosa fiesta de plata.
Jeongin saltaba por el corto camino al elevador donde la señora Mindy ya estaba esperando por la cabina e ir por el correo. Bueno, que al parecer ya había ido por él.
―Buenos días―Jungkook le obsequio una de sus sonrisas, siendo amable como todos los días.
―Hola―Jeongin chillo moviendo su mano hacia los lados, teniendo un brazo enredado en la pierna del pelinegro mayor.
Jungkook presiono el botón de llamando al ascensor y giro hacia la mujer que le devolvía el gesto.
― ¿Cómo amaneciste cariño? ―pregunto suavemente, se inclinó para acariciar el rostro delicado de Jeongin, que inmediatamente río por las cosquillas.
―Fresco como una lechuga, como los días―el pelinegro río alzando sus hombros, dio un vistazo al ver que la maquina llegaba a su piso.
―Oh, esta juventud de ahora―reprocho Mindy rodando los ojos, rebusco en las cartas cuando recordó. ―Jungkook, creo que alguien olvido que tu hijo se llama Jeongin y boto esta carta en la basura.
Jungkook se permitió ver el sobre arrugado, con su uña rompió el papel y saco la hoja leyendo el nombre de su hijo. Realmente su respiración se atoro cuando se percató que era unos exámenes de ADN, donde hacia compatibilidad con Kim Taehyung. Todo alrededor comenzó a dar vueltas tan rápido como su boca se secó, apretó el papel en sus manos y el sonido de las puertas metálicas abriéndose, se oía muy lejos como si fuera amortiguado bajo el agua. Sintió la mano de su pequeño tirar de su pantalón, pero no era suficiente para traerlo a la realidad que su corazón frenético le permitía.
― ¿Estas bien? ―su vecina de pasillo le toco el hombro, el debió lucir pálido por la mueca de preocupación que expreso Mindy al verlo.
―Sí, estoy bien―mintió. Trago aire que saliva y tomo la muñeca de Jeongin, quien lloriqueo por la fuerza que aplico sin apropósito. ―Bebé, perdóname. No fue mi intención―volvió a la cruda realidad cuando el pequeño castaño extendió los brazos hacia él, Jungkook lo cargo despidiéndose de la antes de entrar.
