Me lo diste y yo intenté rozar mis dedos con los tuyos, se rozaron y tu me miraste enseguida. La combinación de tu roce y de tus ojos hicieron que sintiera un escalofrío por todo el cuerpo.

Decidí fumarme uno, pero me fui unos metros más lejos, quería darte tu espacio. No te veía con cara de amigos. Te miraba de reojo. Cada vez que soltabas el humo yo tragaba fuerte, eras demasiado para mi.

Me miraste por primera vez en ese rato y yo en ese momento ya te miraba. Soltaste una sonrisa y alzaste las cejas. En ese momento pensé 'por favor no pares de sonreírme así', pero después me di cuenta que lo hacías porque habías notado mi mirada fija en ti.

"Sueles mirar mucho a la gente ¿no?" No, sólo a ti. Esa era mi respuesta para mi misma, pero ahora necesitaba una para ti. Mierda ¿Y ahora que coño te iba a decir?

"¿Tu crees?"

"Me siento un poco observada contigo la verdad" Joder además de borde eras creída.

"Ah, que además de borde eres creída" Solté sin darme cuenta. Mierda ahora si que me vas a odiar.

"Mira, no sé ni como te llamas, no sé nada de ti, ni tu de mi, así que guárdate tu mierda de opinión" te fumas la última calada y tiras el filtro con brusquedad. Te diste la vuelta dirigiéndote hacia la puerta trasera. Te había alterado en tu descanso.

"Me llamo Natalia" te digo antes de que abrieras la puerta. No sabías nada de mi, pues ya sabes algo.

Me miras por última vez con la mano en el pomo de la puerta, un buen rato. No te podía descifrar, eras tan misteriosa  ¿Por qué estabas tan a la defensiva? ¿Quién te había hecho daño?

Te juro que creía que ibas a decir algo, abriste la boca y rápido la cerraste. Soltaste un suspiro y te metiste dentro.

Joder, soy una mierda. No podría haber empezado peor, ahora vas a creer que soy una gilipollas. Aunque yo pienso lo mismo de ti.

Pasa otro y otro día. No voy a verte, simplemente porque tenía un conflicto mental. Pero hoy se me ha pasado todo, especialmente el enfado que tenía desde aquella noche.

Voy a la misma hora, a las 7, ya es de noche. Estoy de camino. Me gusta parar cuando el semáforo está en rojo, así me paro a ver la ciudad que era bastante movidita, con música triste de fondo. Yo misma me creaba las emociones inestables.

A veces se me acaba la paciencia y aprovecho para correr cuando los coches están lejos del cruce. Y cruzo y te veo a través del cristal. Entro y me miras directamente, vaya cara de borde. Yo ni te sonrío, no vaya a ser que te lo tomes a mal.

Me acerco al mostrador y tu ahí en frente mia, joder que guapa hoy 'Alba', te leo el cartel.

Saco la cartera mientras te digo mi frase, la que siempre te digo.

"Cafe latte m-" Y me terminas la frase.

"¿mediano?" dijiste con un tono de vacile. Mientras ya tenías el vaso mediano en tu mano.

"Así que si sabes algo de mi"

Soltaste una risa cínica.

"Se llama memoria" Gilipollas.

Me ibas a decir '2.85', lo sabía porque era rutina, se te veía de venir. Pero antes de que lo soltaras te puse el dinero en el mostrador de malas ganas. Joder como me enfadabas, pero después alzaba la mirada y cuando te veía se me pasaba todo. Como podías ser tan preciosa y a la vez tan niñata.

Me pillaste otra vez mirándote, como me mordía el labio por dentro. Me miras mientras coges el dinero, creo que lo haces de la misma forma, hasta que dices 'siguiente' desviando tu mirada hacia el otro cliente.

Me negué para mi misma, dándome la vuelta para irme a la zona de recoger las bebidas. Te juro que sentí tu mirada ardiendo en mi espalda.

Me dio el cafe una chica y me fije que ponía mi nombre y una carita feliz, nunca me habías escrito nada en el vaso. Te miré intentando buscar tu mirada, pero tu ibas a lo tuyo.

Estuve unas horas, haciendo cosas de la universidad, como siempre. Como siempre te miraba en ocasiones. Cuando soltabas una risa por un comentario absurdo de tu compañera, cuando te acercabas a limpiar las otras mesas, cuando me devolvías la mirada. Había algo inexplicable en ella y yo quería descifrarla.

Era más o menos la hora de tu descanso, igual que el otro día. Tu me hiciste una señal como si estuvieras encendiendo un mechero, querías que te lo prestara otra vez. Cuando te confirmé, te fuiste fuera directamente. Yo fui por el otro lado y te encontré.

Me acerqué a ti dándotelo.

"Gracias...se me había olvidado comprar uno" dijiste mientras te lo encendías. Inhalaste y expulsaste con los ojos entrecerrados. Dios, que ángel.

"No me importa prestártelo. Bueno...me voy dentro"

"Espera" me sujetaste el brazo, antes de que me diera la vuelta entera. Sólo me giré, esperando a que dijeras algo más.

Te vi, me miras con dudas ¿Qué querías decirme?

"Toma" Me diste el mechero en la mano que me sujetabas. Joder Alba ¿Eso era todo?

Te regalé una media sonrisa, intenté que no fuera triste. Pero fue inevitable. Le di la vuelta a la esquina que estaba a unos metros y me paré ahí. Apoyada en la pared, presionando mi cabeza fuerte en ella. Justo después te escuché decir 'Joder', lo dijiste con frustración.

Bueno aquí va la segunda historia. Espero que os guste igual o incluso más que la otra. Comentad las primeras impresiones, las sensaciones que tenéis, me interesaría mucho saberlo.

Sobran las palabrasWhere stories live. Discover now