Apoyo

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—¡Qué bonitos estos zapatos!— chilló Jess observando un estante con diferentes zapatos como muestra.
Apenas eran las doce y quince cuando Jessica, Angela y Bella estaban buscando zapatos diferentes en la primera zapatería que vieron al entrar en el centro comercial.
Yo simplemente estaba sentada en una silla observando como perdían su tiempo buscando zapatos.
—¿Y si mejor hacemos algo más que ver zapatos?— cuestione mientras me cruzaba de brazos.
—Si, no es mala idea— concordó Bella.
—¿Vamos a almorzar?— preguntó Angela.
  Nosotras asentimos levemente y salimos de la zapatería. Nos dirigimos al área se comida, donde habían varios puestos de diferentes tipos de comida.
  Antes que nada íbamos a buscar una mesa vacía para poder almorzar, pero habían muchas mesas ocupadas. Empezamos a buscar una mesa para cuatro personas, buscamos por unos minutos la mesa hasta que Bella nos avisó que había encontrado una mesa de cuatro personas vacía en medio del lugar.
  Ángela y Jessica se sentaron en la mesa a esperar a que Bella y yo volviéramos con nuestra comida, y luego ellas dos irían a buscar su comida.
  Encontré un puesto de comida mexicana, la cual era muy deliciosa, así que pedí una orden de tacos al pastor y un té natural como bebida.
  Después de haber pagado y recibido mi comida regrese a la mesa, donde ya se encontraba Bella comiendo una ensalada y una botella llena de agua.
  Me senté al lado contrario de donde ella estaba sentada, tenía mucha hambre así que empece a comer.
  —Buen provecho— me dijo Bella después de beber un sorbo de su agua.
  —También para ti— baje la mirada y pude notar algo en la mano de Bella.
  Bella tenía puesto un anillo, y no parecía un anillo cualquiera, sino un anillo de compromiso.
  —Bella, una pregunta— comencé a decir—. ¿Y ese anillo?— señale el objeto y probé otro bocado de mi comida.
  —Ah, si, antes de que rompiéramos Edward me había propuesto matrimonio.
  Al escuchar eso sentí que me atragantaba con el bocado que tenía en la boca, tosí un par de veces y bebí un sorbo del té.
  —Pero, ahora ¿por qué aún lo tienes?— pregunte confundida.
  —Pues, no se sí se le olvidó a él, porque a mi sí se me olvido por completo.
  Me sentí incómoda con su respuesta, así que mejor seguí almorzando. Y unos pocos minutos después regresaron Jessica y Ángela.
  —Oye, Bella ¿aún quieres ir a la Universidad de Alaska?— le preguntó Angela.
  —Con todo lo que ha pasado, he decidido buscar otra universidad, pero cerca de aquí— respondió Bella.
  —¡Qué bien! Porque en mi opinión esa universidad es no es buena— dijo Jessica.
  Ese comentario proveniente de mi hermana no me agrado, porque simplemente recordé una promesa que habíamos hecho de pequeñas.
  —Jess, pero nosotras habíamos hecho una promesa ¿recuerdas? Iríamos juntas a la Universidad de Alaska, porque nos gustaba de niñas, y ahora no te gusta— le recordé.
  —Exacto "nos gustaba de niñas" y no siempre se cumplen las promesas— bufó Jessica—. Y sabes Bella, al menos tuviste tu primer novio a los diecisiete, o sea Edward, quien no tuvo novio o primer beso a esa edad, no es una chica normal— cambio de tema.
  Ya, ya estaba cansada.
  Jessica es a quien le cuento casi todo ¿y me critica cuando apoya a Bella? Puede que su primer comentario no me haya dolido tanto como el segundo. "Quien no tuvo novio o primer beso a esa edad, no es una chica normal".
  Agarre mi almuerzo y me levanté enojada de la mesa, volteé y empece a caminar sin saber a donde iba. Pude ver a lo lejos una mesa vacía, así que decidí ir a sentarme en ella.
  Seguí comiendo los tacos, poniendo mi completa atención en ello, tratando de olvidar los comentarios de Jessica.
  —¿_____?
  Levanté la mirada y ahí estaba Alice con un par de bolsas de compras en las manos, tenía una expresión llena de preocupación.
  —Hola, supongo que sabes— le dije seca.
  —No, en realidad no.
  Una chica de cabello rubio con unas bolsas de compras en las manos apareció junto a ella, la cual me dirigió una mirada agradable y una sonrisa dulce.
  —_____, te presento a Rosalie Hale, la hermana de mi novio, Rose, ella es _____ Stanley, mi otra mejor amiga— dijo Alice.
  —Hola, _____, es un gusto por fin conocerte— saludó Rosalie.
  —Igualmente, es un gusto— esboce una sonrisa torcida.
  —¿Quieres que te acompañemos?— preguntó Alice en un tono tranquilizante.
  Asentí y ellas se sentaron en las sillas vacías enfrente de mi.
  —¿Te sucede algo, _____?— me preguntó Rosalie.
  —Unos comentarios malos que dijo mi hermana— explique antes de beber un poco de mi bebida.
  —¿Qué te dijo?— cuestionó Alice.
  Tragué duro, intente tranquilizarme y suspire.
  —Puedes contar siempre con nosotras— Rosalie sonrió poniendo su mano sobre mi mano libre. Su piel estaba igual de helada que la de Alice y Edward.
  —Dijo que la universidad que yo quería ir era muy mala, también que las promesas no siempre se cumplen— suspire—. Y también que las chicas que no han tenido el primer beso o un novio a los diecisiete años era anormal.
  —Tranquila, _____— dijeron las chicas al unísono.
  Alice también colocó su mano sobre la de Rosalie y la mía, en señal de apoyo, ellas esbozaron una dulce sonrisa. Después de unos segundos ambas chicas movieron sus manos y termine de comer mi almuerzo.
  —Tengo una idea— dijo Alice—. Pasemos el resto del día juntas, nosotras tres.
  —Si, es una buena idea— la apoyó Rosalie.
  —Esta bien, gracias, Alice, gracias, Rosalie— les sonreí.
  —Sólo dime Rose, si quieres.
  Sonreímos y nos levantamos de la mesa, agarre el plato desechable y la botella, lo coloque en el cesto de la basura y seguí mi camino junto a Alice y Rose.

  Llegamos a la casa de los Cullen, Alice estacionó el auto en la cochera y entramos en la casa.
  Como era costumbre- para mi- no había ninguna persona en la casa. Subimos a la habitación de Alice, la cual seguía como siempre, los muebles en el mismo lugar, pero sin cama.
Empezamos a hablar sobre diferentes cosas, luego Alice y Rose me enseñaron lo que habían comprado en el centro comercial para después seguir hablando sobre nosotras.
  —Aún no puedo creer que llevamos sólo tres horas hablando y ya somos mejores amigas— se emocionó Rose.
  —Ni yo, es increíble— coincidí.
  —Tengo una idea— anunció Alice—. Vengan desde temprano, haremos un día de mejores amigas ¿quieren?
  —¡Claro, gran idea!— exclamó Rosalie.
  —Si, hagamoslo— coincidí.

La hermana de Jessica (Edward Cullen y tu)Where stories live. Discover now