🎄Uno🎄

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Hola addictoners!!! Bienvenidos a esta pequeña historia de Navidad!!

¿Saben? Mi corazón es de grinch 😂😂😂 pero este año me gano el espíritu navideño, así que espero disfruten de esta historia.

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No podía dejar de caminar de un lado hacia otro, en algún punto iba a terminar creando una zanja en medio del suelo. Pero simplemente no podía parar, mis nervios estaban a flor de piel y lo peor de todo es que yo sabía que estaba siendo exagerado. Me lleve las manos al cabello mientras lo tiraba ligeramente, era precisamente por eso que solía dejarlo crecer a la altura de mis hombros, para poder tirar de él en momentos de desesperación como aquel.

Giré la vista hacia una de las paredes y cuando mia ojos se toparon con el calendario y el circulo rojo que rodeaba al día veinticinco...solté un grito de frustración poco masculino.

—¿Podrías dejar de moverte? Estas mareándome. —La voz de mi amigo vino desde el sofá en donde estaba tendido viendo un juego de futbol americano.

—¡No puedo!— le grité retomando de nuevo mi andar nervioso. — Tú no lo entiendes.

—La verdad es que no — Se incorporó quedando sentado y clavando sus desinteresados ojos verdes sobre mi. —Estas actuando como alguien que esta listo para ir al manicomio...¿quieres que vaya por la camisa de fuerza?

Le lancé una mirada molesta y seguí con mi desquiciado caminar. Tayler y yo eramos amigos desde hacia exactamente dos años. En realidad habiamos estudiado en las mismas escuelas desde el Kinder, pero fue hasta dos años atrás, cuando entramos a la universidad, cuando por fin nos volvimos cercanos. Compartiamos apartamento, aunque a veces me sentía como un aprovechado ya que yo no pagaba renta.

El apartamento era de Tyler, su padre se lo había regalado y el me había ofrecido asilo cuando me di cuenta de que las residencias de la universidad eran como un mundo salvaje en el que debías sobrevivir de alguna o de otra manera. Así que el precio a pagar por un lugar en aquel apartamento era ser el cocinero personal de Tyler, porque debo decirlo: al chico se le quemaba hasta las tostada...las cuales ya había quemado previamente. Seh, así de malo.

Pero bueno, en esos dos años que llevabamla compartiendo piso, me di cuenta de que Tyler era un chico un tanto peculiar. Tenía ese tipo de personalidad tan apatica que solo prestaba atención a lo que le llamaba la atención y consideraba interesante. Así que si no le agradabas, simplemente te ignoraria como si no existieras. El en realidad no tenía muchos amigos reales a pesar de ser uno de los chicos más populares de la universidad.

—Entonces...—Le colocó silencio a la Tv y poso su verdosa y distante mirada sobre mi. A veces sua ojos me parecian demasido intensos y quizá eso tenía mucho que ver con el color negro de su cabello, que hacia resaltar sus orbes aún más —¿Por qué actuas como hamster estresado?

—No me digas hamster...

—Pero pareces uno, tus mofletes me dan la razón.

Lleve las manos a mis mejillas y las cubrí sintiéndome algo avergonzado. Se supone que los mofletes de bebé desaparecen a medida que creces ¿no? pues los mios estaban ahí aun cuando recién había cumplido los veintiun años. Era francamente vergonzoso.

Fue Aquella NavidadWhere stories live. Discover now