Aquel chico le dijo al castaño qué debía esperar a su doctor, el cual lo atendería en un instante, Jimin se sentó en uno de los grandes sofás que se encontraban en aquel lugar. Él podía jurar que todas las miradas estaban en él, juzgándolo como si todos supieran su gran secreto.

Como si todos lo señalarán y le dijeran con sus miradas qué él tenía la culpa de la destrucción de su matrimonio.

Justo cuando Jimin no soportó más y se disponía a retirarse por esa puerta, su nombre fue mencionado. El hombre de recepción le dijo que era su turno y que podía entrar a la habitación.

Con un ligero temblor en sus piernas, el castaño se las arregló para entrar a una gran habitación con acabados de madera de color café oscuro. Desde que puso un pie en el lugar sintió como un ligero aire de tranquilidad lo rodeaba, con su vista examinó todo lo que pudo del lugar hasta qué se detuvo abruptamente al ver el cuerpo de un hombre sentado en la silla detrás del escritorio, el hombre que le daba la espalda siguió viendo hacia el gran ventanal.

El castaño pudo ver el perfil de aquel hombre, su piel era tan clara que Jimin se atrevía a decir que era la persona más pálida qué haya visto en su vida, su cabello de un negro tan oscuro hacia contraste su piel lechosa.

Notó como aquel hombre poseía unas grandes manos en las cuales recorrían venas lo suficientemente marcadas para ser vistas por el castaño desde esa distancia. Jimin tuvo que contener un suspiro puesto que siempre pensó que un hombre con manos grandes poseía cierto encanto indescriptible. Sin poder evitarlo el castaño dirigió su vista a sus propias manos, percatándose ahora más que nunca lo pequeñas que estas eran.

El pequeño destello de su anillo de matrimonio le recordó la razón del porque estaba en ese lugar, con uno de sus dedos empezó a trazar círculos imaginarios alrededor de su anillo, masajeándolo sutilmente como si de su matrimonio se tratase. Pero una voz grave lo hizo salir de sus propios pensamientos.

-Por favor, señor póngase cómodo. -Aquella voz nuevamente se hizo presente.

El castaño se apresuró a buscar un asiento, percatándose que en aquella habitación justo cerca de la puerta había un juego de sillones de color azul oscuro, en el centro había un gran escritorio con un par de sillas y al lado izquierdo cerca del gran ventanal reposaba un diván color rojo.

Por alguna razón, Jimin prefirió optar por el lugar más alejado de aquel hombre con manos encantadoras y voz sumamente seductora. ¡Porque si! Jimin había amado la voz de su doctor.

Lo que aquel castaño no vio venir, fue cuando el hombre de voz maravillosamente varonil se levantó de su escritorio para ahora sentarse justo frente a él, en aquel sillón azul.

El otro hombre vestía un traje de saco y corbata, totalmente de negro, Inclusive la camisa que portaba por dentro, así como los lentes de vista que se encontraban en su rostro.

En el poco tiempo que Jimin llevaba en aquel lugar se había percatado que aquel hombre tenía demasiadas buenas cualidades para ser verdad. Pensó que quizás lo había visto de más y por lo tanto ahora intentaba -fallando en el intento- apartar la vista de aquel hombre frente a él.

-Bien, Señor... -El doctor se detuvo un momento y luego siguió hablando- ¿Cómo debería llamarlo? ¿Con que apellido? ¿Jeon o Park? -El castaño intentó no estremecerse con el sonido de la rasposa y varonil voz de su doctor.

-Park. -Jimin nuevamente recordó la razón del porque se encontraba en el lugar.

-De acuerdo. Según su expediente está aquí por consejería matrimonial, pero no veo a su pareja.

CONSEJERO MATRIMONIAL [•Yoonmin•]Where stories live. Discover now