Aquella diferencia de temperatura provocó que los escalofríos que anteriormente sentí se volvieran aún más notorios.

Aspire aire fuertemente por la nariz mientras que exhalaba por la boca de manera rítmica...contrólate me decía a mi mismo.

Esto cada vez era más difícil, no podía descansar apropiadamente ya que siempre que trataba de conciliar el sueño todas aquellas imágenes venían una y otra vez a mi cabeza.

Erwin, Mike, Nanaba, Petra, Erd,Eren, Armin, Mikasa y ahora Hange.. todos ellos y más gente de la legión había muerto en más de una ocasión en mis pesadillas.

Esto no podía seguir así, tenía que encontrar la manera de asegurarme que esos sueños no iban a volver... Revivir la muerte de Isabel y Farlan con diferentes personas era el colmo.

Después de haber mantenido aquellas respiraciones por algunos minutos mi respiración comenzó a relajarse, mi corazón dejo de bombear como si mi vida dependiera de aquellos recuerdos.

No me moví, no tenía fuerzas para volver a tratar de dormir y aunque tampoco me apetecía hacer algún tipo de actividad tan temprano, creí que eso me ayudaría a despejar la mente.

No pensaba limpiar ahora mismo, probablemente algunos reclutas apenas estuviesen tratando de conciliar el sueño.

Lleve mis manos a mi cabello y comencé a jalar de el, de manera un poco salvaje.

Tres días... tres días llevaba sin poder dormir más de una hora por aquellos malditos sueños.

Estaba realmente cansado, físicamente, mentalmente... a este ritmo caería desmayado a mitad de algún entrenamiento por falta de descanso.

Desesperacion, era la palabra que mejor podía describir lo que sentía en estos momentos.

A pesar de que ya me encontraba completamente despierto los recuerdos de aquel sueño aún me hacían sufrir.

Hange en mi pesadilla ocupó el lugar de Isabel... su loca mirada ahora me seguía desde el suelo.

Sin brillo, la correa de cuero que sujetaba sus lentes se había roto a causa de la fuerza que había sufrido su cabeza al aterrizar en aquel terreno.

Los cristales estrellados y cubiertos por lodo y sangre se hallaban al lado izquierdo de su rostro.

Inservibles, nadie más volvería a usarlos... la persona para la que estaban hechos yacía muerta a un costado.

Las sensaciones que me inundaron al recordar aquellos detalles fueron demasiado.

Mi agotamiento era tal que mis ojos se humedecieron por algún motivo, no me detuve a pensar en cual fue la razón.

Simplemente seguí recordando, los truenos, aquella atmósfera llena de humedad gracias a la lluvia, el lodo bajo mis botas... caballos a mi alrededor relinchando asustados por la tormenta.

Y yo ahí de pie esperando que Hange me devolviera la mirada desde el suelo, sin respuesta alguna.

Suspiré, y si le contaba aquello a Erwin para ver si se animaba a ayudarme, y me noqueaba de una vez por todas o algo así...

Mientras consideraba aquella opción la puerta de mi habitación se abrió, el crujir de la madera bajo un par de pies desnudos se hizo presente en el lugar... seguido de la puerta cerrándose nuevamente.

Maravilloso, simplemente genial...

•¿Qué quieres? —pregunté molesto.

—Tampoco puedes dormir —no fue una pregunta, era una afirmación.

-Levihan- OneShots en EdiciónМесто, где живут истории. Откройте их для себя