CAPÍTULO 18

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Hace un rato Jayden vino a mi casa, termine tareas, decidí que podía aplazar un rato mi repaso mientras merendaba, las comidas son importantísimas, no tiene nada que ver con que quiera pasar tiempo con Jay. O eso me digo a mí misma.

Incluso si mañana debo estudiar todo el día, recordaré la expresión en el rostro de Jayden justo ahora y no me arrepentiré de nada, es casi caricaturesco lo abierta que está su boca y sus ojos, hasta podría decir que palideció un poco.

—Estoy totalmente anonadado —me dice Jay mientras nos sentamos en el comedor a merendar.

Creo que tengo una nueva tradición: merendar con Jayden. Algunas veces por mis quehaceres o los suyos es más como un aperitivo nocturno, pero desde que prometió que traería siempre una dona, no ha fallado ni un solo día, y desde que le prometí que yo pondría la leche, tampoco he fallado. Todos los días Jay trae una dona para cada uno, yo doy los vasos con leche achocolatada, dos o tres veces a la semana le trae una dona a papá, quien bromea sobre traerme alguna fruta en lugar de dulce. No, papá, no.

Desde que prometió que traería siempre una dona, no ha fallado ni un solo día, y desde que le dije que yo me encargaría de la leche, tampoco he fallado; se ha convertido en esas cosas que considero seguras en mi vida, como mis viernes en casa de los chicos, trotar los fines de semana, ir a Wonderland en nuestros tiempos libres o ver películas y series con papá los domingos, el único día que se desconecta de todo y todos y me dedica 100% a mí.

Hace poco me consternó darme cuenta de que en verdad espero el momento en el que Jay llegue pues reímos un montón y me relajo por completo, ni siquiera sus coqueteos me asustan o tensan, tan sólo entro un poco en precaución, pero no va más allá de una pequeña alarme que si quisiera podría ignorar. Cuando caí en cuenta de esto, estuve a punto de entrar en pánico, sin embargo, no pasó.

¿Por qué? Fácil, porque mi felicidad por tener a Jayden nuevamente junto a mí es mayor que mi temor. Por mucho tiempo lo extrañé, hasta que no volvió y lo vi nuevamente no supe cuánto, y ahora está nuevamente en mi vida y lo siento más cercano que nunca, tanto así que ya tenemos algo, nuestro algo. Por inercia el pensamiento me hace sonreír.

—No puedo creer que sonrías —las palabras de Jayden me sacan de mis pensamientos, volteo a mirarlo y su expresión de boca y ojos muy abiertos me devuelve a nuestra conversación.

—El final original es fabuloso...

—Claro que no —me es inevitable reír a causa de lo aguda que sale esa declaración, cosa que parece sorprenderlo aún más pues su cara se distorsiona otro poco, entonces yo rio otra vez. Él suelta un chillido gracioso y yo podría rodar en el piso y reír—. ¡No me creo que estés riendo sobre esto!

—No es por la película sino por tu reacción ante mi opinión.

—¡Ríes sobre mis sentimientos!

—El drama es de familia, ¿eh?

—Como si tú no fueras dramática. Tu gusto en finales de películas lo demuestra.

Termino de masticar el trozo de dona para responderle.

—Que me guste ese final no tiene nada que ver con mi amor por el drama, simplemente es más realista.

—¡Nada en Soy Leyenda es realista! ¡El final no tendría por qué serlo!

—No es algo tan alejado de la realidad, ya sabes, sí podría pasar. Y encuentro demasiado irreal que todos escapen en una situación así, no es una película de fantasía, la trama no da para finales Disney.

Más Allá de los Temores (PC #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora