La Sonda

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Ya llevando casi tres días hospitalizada tuve que hacerme a la idea de que iban a optar por la sonda a pesar de que yo estuviera en negación como lo llamó mi papá.
El instante en que me pusieron la sonda fue terrible, jamas pensé que iba a ser tanto, lloraba y no podía parar, aparte me era imposible tragar, me ahogaba, tuve que estar escupiendo por mucho rato. En la cena me frustre y me sentí peor, porque quería comer todo pensando en que si lo hacia, la sonda se iría lo antes posible, pero no pude porque me producía náuseas seguir tragando.
Este mismo día antes de ingresar la sonda vino a verme la psicóloga, le pude contar todo, jamás me sentí tan aliviada y dispuesta a sacar todo lo que pasaba por mi mente. Le conté mi miedo a subir mucho de peso en tan poco tiempo, le dije que pensaba que iba a comer por 10 con la sonda más lo que me darían por boca, le mencioné los miedos que me acechaban y no me dejaban en paz, que para mi era mejor comer mucho por boca que estar con esa papilla. En la tarde ya con la sonda recién colocada le comenté lo mismo al doctor internista que estaba viéndome. El haber hablado con la psicóloga y el médico de verdad que me ayudó demasiado a comprender mejor como funcionaría todo, pero en especial me ayudó a tener la fuerza para enfrentar los miedos que de a poco comenzarán a desaparecer.

Gritando Mi Silencio (Real)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora