No podía soñar con una vida feliz con una criminal, una notoria asesina en serie.

En el fondo sabía que no eran ella, pero también había una pequeña parte de mí que gritaba que podía ser Lauren la asesina.

¿Qué pasaría si Aaron tuviera razón sobre que Lauren era un maestra manipuladora?

Si eso era cierto, entonces Lauren era buena actriz.

Una mujer encantadora, jugando bien sus cartas, una psicópata que sabía cómo hacer que la gente hiciera lo que quería mientras mantenía una fachada inocente, pero por dentro se ríe de nosotros por ser tan tontos y ciegos al no ver a la verdadera mujer que era.

Encendí la pequeña televisión antigua apoyada en la mesa.

Unos minutos más tarde, escuché que se cerraba la ducha y Lauren salió del baño humeante con una toalla alrededor de su cuerpo.

Su pelo estaba empapado.

Mi mirada viajó hacia abajo y casi nunca había notado el buen cuerpo que tenía.

Lo más triste fue que me atrapó mirándola fijamente.

- Camz, si quieres puedo dejar caer la toalla -

Mis mejillas se colorearon.

Me lancé a mi mochila. - Me iré a bañar -

Ella se rió. - Adelante -

Cuando salí de la ducha después de veinte minutos (después de restregar extensamente cada parte de mi cuerpo, por si acaso), encontré a Lauren a su lado de la cama, sus ojos cerrados y roncando ligeramente.

Suspiré sintiéndome un poco decepcionada.

Apagué la luz y me acosté de lado.

Estaba cerrando mis ojos.

- Camz, ¿estás despierta? - su voz era ronca y baja.

Mis ojos se abrieron de golpe. - Sí -

- ¿Puedo pedirte que me prometas algo? - preguntó, su tono era de duda, como si fuera a rechazar la idea de prometerle algo.

- ¿Qué es? -

- Cuando vuelvas a casa, ¿me prometes que te mantendrás a salvo? -

- Te lo prometo - dije y esta vez me volví para mirarla en la cama, mi aliento quedó atrapado en mi garganta cuando me di cuenta de lo cerca que estaba su cuerpo del mío.

El calor de su cuerpo me estaba calentando de una manera que no sabía que era posible. El olor de su perfume estaba debilitando mis rodillas.

Sus ojos me miraban fijamente.

Ella llevó su mano a mi cara y suavemente apartó mi cabello.

Algo brilló en sus ojos.

Algo tan apasionado y poderoso.

- Te extrañaré, Camz -

Fui yo quien se lanzó hacia delante y mi boca contra la suya. Vi como sus ojos se abrían con sorpresa una vez antes de que me devolviera el beso con la boca abierta como un animal hambriento con una invitación para continuar con lo que estaba haciendo.

Cuando hundió su lengua profundamente en mi boca, gemí con fuerza y ​​agarré los mechones de su cabello oscuro. Dejó mi boca para arrastrar besos por mi mandíbula y clavícula.

Sus ojos se encontraron con los míos. - ¿Estás segura de esto? -

Le di un asentimiento. - Estoy segura -

Mental Asylum Место, где живут истории. Откройте их для себя