Capítulo 20 | Juntos

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KEVIN

Recuerdo aquella sensación que sentí cuando desperté de aquella pesadilla que pensé que nunca me libraría. Era lo mismo que estaba sintiendo ahora. Es dejar de sentir una carga, librarme del dolor y de las preocupaciones, es como ser alguien nuevo. Pero sigo sin sentirme completo.

Trato de levantarme de la cama, pero mis músculos de la espalda me siguen doliendo, por lo que permanezco en la cama intacto como una pluma. Sin embargo, pregunto y pregunto a todos los que se adentran a mi cuarto del hospital si saben algo de Casey, pero recibo la misma respuesta.

—Fue llevada a la comisaria—Contestó una enfermera que se dedicaba a cambiarme el suero.

— ¿Pero por qué? —Preguntaba confundido— Ella me salvó, mi esposa no merece estar tras las rejas.

—Ya pasaron tres horas desde que llegó aquí, puede que tal vez en el amanecer la dejen ir—Sonrió—, tiene que descansar. Su ropa nueva se encuentra en el armario, el doctor vendrá a verlo para avisarle cuando lo demos de alta.

Me abriga con las mantas de la cama como si fuera un niño pequeño hablando con su madre para después retirarse como debe ser.

Seguía molesto y confundido. Apenas puedo recordar cómo llegó a parar Casey a mí en el edificio. Sigo sin saber si se encuentra bien o mal.

La preocupación me estaba matando, debía mantenerme distraído, por lo que opté encender la televisión que se encontraba frente a mí.

Al encenderla, el canal de noticias fue lo primero en aparecer, y toda mi atención se dirigió al canal cuando apareció Elena en la pantalla.

—La chica Elena Johansson o, su nombre real, Yolanda Perk—Indica el noticiero estadounidense—, fue arrestada por las defensas de la policía de Francia por los cargos de secuestro, maltrato e intento de  asesinato por parte de la chica Casey Cook. No obstante, la policía nos ha informado que la señorita Yolana no recuerda nada en lo absoluto de lo sucedido. El médico forense explica que pudo haber sufrido algún golpe directo en la cabeza para que sucedieran estos hechos. Más tarde, daremos otros informes—Apagué la televisión.

Me era difícil procesar cada dato, incluso sigo sorprendido ante la revelación de su real nombre y el hecho de no recordar nada. Puede que la Droga Edipto hizo lo suyo para causar esto. Aunque, sé algo con claridad; todo se terminó.

Los rayos del sol empezaban a alumbrar la ventana, captando toda mi atención y pensando sobre una cosa.

—Si Casey pudo escapar de un hospital ¿Por qué yo no? —Susurré con una sonrisa victoriosa en mi rostro para después levantarme de la cama.

...

CASEY

Estaba sentada, observando la pequeña habitación donde colocan a los sospechosos para interrogarlos hasta sacarles la verdad. La luz brillaba directamente a mi rostro, estaba siendo observada por muchos oficiales a través de ese cristal donde veo mi reflejo.

Me miro por un momento, viendo aquellos moretones que habitan en mi rostro. Mi labio inferior se encuentra sangrando un poco, mi mejilla izquierda resalta con el toque morado y rojo, mi nariz cuenta con sangre seca en su interior y mi frente se encuentra pálida y cubierta de sudor. Mi cabello se encuentra más alborotado que en una mañana de un domingo. A ciertas personas les desagradaría verse así, pero a mí no. Incluso no pude evitar sonreír.

— ¿Hay algo divertido? —Habla firme el detective West frente a mí.

Dirigí la mirada a él, borrando la sonrisa que apenas pude formar en mis labios.

—No—Mencione con voz frágil y débil—, me alegra de que todo haya terminado.

Solté un suspiro de alivio al decir una verdad que esperaba con ansias gritar.

—Sabe usted que ha cometido dos infracciones—Sigue con su voz seria y firme—. Escapa del hospital sin autorización del doctor y no respeta la indicación que le di.

—Tenía que salvar a Kevin.

—Ese era mi trabajo—Eleva la voz—, pudo correr un gran riesgo al enfrentarse a la señorita Johansson.

— ¡Pero todo termino como debía de ser! —Me esforcé por gritar—. Nadie murió, Kevin está a salvo al igual que yo. Sólo hice lo que una esposa debe de hacer.

Se mantuvo callado al no saber que responder. Pude sentirme victoriosa en ese momento, pero oculté la sonrisa.

—Por ahora no hay cargos en su contra—Informa el Detective—, el caso quedó resuelto. Creo que puede retirarse, y le sugeriría que fuera a un hospital.

Su voz se volvió serena y calmada, tal vez su enojo se esfumó por completo.

—Ahora vaya a ver a su esposo—Me sonríe—. Es una mujer fuerte, señorita Cook.

Me levante de mi lugar, devolviéndole la sonrisa.

—Soy la señora Wendell.

Caminé directamente a la puerta, disponiéndome a salir. Me adentré a la sala de reportes, mismo lugar donde estaba con David cuando llegamos con el detective West por primera vez.

—Disculpe—Me acerqué con el oficial que atendía—, ¿Me permite realizar una llamada?

KEVIN

Al vestirme por completo con la ropa que me trajo la enfermera—Una camisa de botones verde junto con unos pantalones de traje negro y un saco del mismo color—, me dispuse a salir de la habitación, siendo precavido en cada momento.

Bajaba la cabeza al caminar entre los pasillos, inclusive me camuflaba entre los demás visitantes vestidos de igual que yo. Al llegar a la sala de espera, veo a mi enfermera en el mostrador atendiendo una llamada, por lo que trato de acercarme sin mirarla fijamente.

—Señorita Casey...sí, él se encuentra en su cuarto—mira al pasillo—, iré a verlo para ver si se encuentra despierto. No cuelgue—deja el teléfono encima de la mesa para retirarse.

Los nervios crecen, por lo que decido actuar ahora. Al ver que nadie se encontraba en el mostrador, tome el teléfono de inmediato.

—Casey, soy yo—Mire a mis alrededores para estar precavido—. No hay tiempo de hablar, tenemos que vernos...

— ¿Kevin? ¿Estás bien?

—Mejor que nunca al oír tu voz—sonreí—, pero ese no es el caso. Nos vemos en...—pensé un poco hasta que hablé sin dudar— en casa de tu tía. Ahora mismo. Te amo—colgué la llamada.

Noté la mirada de algunas personas hacia mí, aquellos nervios parecían muy notables al ver que mi respiración se volvía agitada. A paso rápido, hice mi hazaña o tal vez una locura nunca antes hecha. Escapé del hospital.

...

La mañana se encontraba fresca, a pesar del frío que sentía en mis pies, no me detuve. Seguía caminando frente a las casas, a pocas calles para llegar a la casa de la tía de Casey.

Al llegar entre las demás casas y caminar en la acera, vi a una chica a lo lejos de espaldas. Al dar unos cuantos pasos, se volteó a mi dirección.

—Casey—Mis ojos se cristalizaron.

Corrí a su dirección, de igual forma ella me imitó y, justo a pocos pasos, nos envolvimos en un abrazo que ambos anhelábamos por hacer.

Las lágrimas resbalaron mis mejillas y mis brazos se aferraban a sus hombros.

—Kevin—Susurró con voz afligida—, yo también te amo.

Una Parte De Mí | Segunda temporadaWhere stories live. Discover now