Capítulo 9: Una de la mañana

6.5K 754 188
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Días antes de la fiesta de las pulseras

Rodrigo Bosh intentaba almorzar tranquilamente mientras dos de sus amigos se lanzaban comida entre ellos y otro llegaba para calmarlos.

—¡Hey! Imbéciles, no somos animales —dijo Calvin —Sí, así mejor —finalizó cuando los dos revoltosos comenzaron a comer.

—¿Por qué tardaste tanto? —preguntó Rodrigo mientras masticaba sus tallarines —¿Algún problema en clases?

—No —dijo —Estaba consiguiendo algo.

—¿Qué cosa?

—Dame tu teléfono.

—¿Para qué?

—Que me lo des —agregó con una risita, mientras le tomaba el móvil a Rodrigo y escribía un número de teléfono —Ten, ya puedes hablarle.

—¿A quién?

—A Ethan, te conseguí el número.

—¡¿Qué?! ¿Dónde?

—Se cuenta el milagro, no el santo, Rodrigo, o le hablas tú o entonces me meto yo al asunto, soy buen amigo, si no supiera que te gusta no te lo estaría regalando.

—Hablas como si él fuera un objeto.

—Se dice gracias, imbécil.

***

Travis le golpeó suavemente la puerta a Camilo, su amigo no tardó en abrirla, el rubio entró y tomó asiento en la cama mientras Camilo tomaba la botella de whisky y buscaba algo que ver en la televisión.

—¿A qué hora tenemos que estar mañana?

—Scott dijo que a las diez —murmuró Travis mientras le daba un sorbo a la botella. Eran las 9 de la noche del domingo, el lunes Travis y Camilo tenían que ir con aquel sujeto llamado Scott, él les vendía las pastillas a los chicos, mientras se hacía millonario con aquel negocio, se encargaba de repartirlas a una gran cantidad de Universidades en el país.

—Pues no bebas mucho entonces, no te quiero con resaca mañana.

—Sabes bien que el whisky con suerte solo me hace dormir —sonrió orgulloso Travis, dándole otro sorbo a la botella y pasándosela a Camilo para que también bebiera —¿Cuánto es lo que vamos a comprar mañana? Vine acá para sacar cuentas, no a emborracharme —Camilo rio y sacó una libreta que guardaba en su mesita de noche, él se encargaba de administrar el dinero y sacar las cuentas al final del día.

Una vez que todo estaba claro y que la botella de whisky vacía, el rubio se puso de pie y sintiendo una paz interior gracias al alcohol, salió del edificio de Camilo y empezó a caminar hacia su cuarto.

Hice Algo MaloWhere stories live. Discover now