Lincoln

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"Lincoln"



N.África

Despertó lentamente con un dolor en las muñecas insoportable.

Miró delante suyo y ahí había un terrestre mirándola.

Movió sus muñecas y se dió cuenta que estaba atada. Las movió y le dolían, así que dejó de hacerlo.

Se dió cuenta de que esas cadenas no tenían acónito, por lo tanto cuando no le dolieran las muñecas (sería en un par de minutos) las podría romper fácilmente.

Volvió a mirar al terrestre y le dió curiosidad.

–¿Y tú quién eres? ¿Porque estoy aquí? ¿Tu me salvaste del ácido? Bueno, no hubiera muerto, igualmente. ¿Eres terrestre? Porque pregunto eso, obvio lo es. ¿Cómo te llamas? ¿Cuántos años tienes? Emm... Ns que más preguntar... ¡A sí! Que idiota soy, ¿Acaso sabes mi idioma? –preguntó tan rápido que se dió una colleja mentalmente porque por mucho que hablara su idioma no la entendería.

A veces hablaba muy rápido y sin vocalizar, era difícil que la entendieran cuando lo hacía y se frustraba.

–Vale, hablé demasiado rápido –murmuró, aunque el terrestre la había escuchado igualmente y luchó por no reír, pues a pesar de lo rápido que había hablado la había entendido, lo había entendido todo lo que dijo.

Pero sin embargo no dijo nada. Quería que ella creyera que no hablaba su idioma, porque así si los terrestres se enteraban de que tenía a uno de los cien en su casa pensarían que la había capturado para sacarle información, sería mejor que si ella supiera que el la entendía.

Ellos creerían que simplemente la había secuestrado y no lo tomarían por traidor.

–Hay por favor, ni siquiera habla mi idioma, como pudimos ser todos tan malditamente idiotas creyendo que los terrestres nos entendían –dijo suspirando.

Después de un rato volvió a hablar, pero esta vez dijo algo que sorprendió muchísimo al terrestre.

–Vale, cuando vuelva le explicaré a Clarke que ellos no hablan nuestro idioma y luego intentaré que haya paz entre ellos y nosotros –murmuró por la bajo ordenando sus ideas creyendo que el no había escuchado nada.

Suspiró de nuevo y apoyo su cabeza contra la pared donde estaba.

Pero se dió cuento que sus garras empezaban a salir y sentía una pequeña molestia en la cabeza.

Miró sus manos y gruñó por lo bajo con molestia.

–Mierda, hoy hay luna llena –dijo con un leve gemido de dolor y seguido otro leve gruñido.

El terrestre que estaba haciendo otras cosas ya (dibujando en su cuaderno negro), la miró al escuchar su leve gruñido. Vió como apretaba sus manos mientras murmuraba cosas que el ya no podía escuchar y de repente vió también que de apretar tanto sus puños le caía un poco de sangre.

África intentaba controlarse a base del dolor, era lo que le habían enseñado arriba, que cuando hay luna llena debía concentrarse en el dolor porque el la hacia humana.

–El dolor te hace humano, el dolor te hace humano. El dolor te hace humano, el dolor te hace humano –murmuraba apretando sus puños cada vez más y pudo notar la sangre caer.

Cuando pudo controlar todo, paro de apretar y suspiró pesadamente. Por un momento habia creído que se descontrolaria y acabaría matando al terrestre que la había salvado del ácido.

–Respira, concentrate, el dolor te hace humano, tranquila África, controlate, no mates a nadie –se decía a sí misma África.

El terrestre la miraba aún más curioso que antes tras escuchar sus últimas palabras.

De golpe África escuchó un aullido de lejos y se empezó a retorcer porque sentía que ese aullido era de su Alfa, desconocía quién pero lo sentía.

No podía dejar paso a la transformación, pero ese aullido había hecho que empezará a hacerlo y no podía dejarlo pasar. Simplemente no podía.

Pero finalmente la transformación la venció y rompió la cadena de un estirón alarmando al terrestre quién se levantó de golpe.

–Alejate, no... P-puedo contro... Controlarlo... N-no quiero hacerte daño –habló África fría mirando al suelo olvidando que el no la entendía (según ella creía).

El la miró entrañado y aún después de escuchar eso no se alejó.

Ella, con frustración porque él no cesaba, levantó y lo miró directo a los ojos.

El vio sus ojos amarillos de beta y lo comprendió, ella era una mujer lobo y había escuchado el aullido de su Alfa quién la había hecho transformarse y no lo podía controlar.

–Por favor, no quiero dañarte –dijo de nuevo fríamente avanzando un paso hacia el.

El sabía lo que hacer para que lo controlara, había un muchacho en su aldea que era hombre lobo y el Alfa era Lexa, la comandante, por lo tanto sabía que debía hacer y sin más lo hizo.

Cubrió la nariz de la chica en un movimiento rápido sin dejarla siquiera poder reaccionar. La cubrió con flor de acónito violeta, el qual si no era inyectado, simplemente mareaba y desmallaba a los hombres lobo.

Suspiró y esta vez la ató echando en las cadenas acónito para que cuando intentara romperlas le escocieran las muñecas al punto de quemar su piel mínimamente, pues sanaría rápido si dejaba de moverlas.








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Jeje lo sé CAP un poco corto pero no tenía mucha inspiración, sorry.

Cuando termine de escribir el siguiente capítulo lo pasare aquí y lo colgaré. No creo que tarde mucho pero no lo sé.

Espero que les guste xd❤

Warrior (the 100) Where stories live. Discover now