Kara queda atrapada en una prisión psíquica alienígena cuando se interpone delante de Lena para salvarla. El ataque deja a Kara alucinando inconsciente donde sufre el dolor de la soledad y la idea de que nadie realmente la ama. La única forma de sac...
Miré a lo lejos y noté a esta chica Nia tratando de sacar fotocopias. Me acerqué lentamente y al notarme me sonrió.
"Disculpa que te moleste, Nia. Pero debo traer unos archivos del piso de arriba y voy a necesitar ayuda. ¿Te estoy robando tiempo preciado? Sino buscaré a alguien más."
Negó con la cabeza y sonrió de oreja a oreja.
"¡Por supuesto que no! ¡Yo la ayudo con gusto!"
"¡Lena! Deja que yo te ayudo con eso..."
Escuché la voz de Kara y la detuve con un gesto de mi mano.
"No te preocupes, Kara. Nia puede ayudarme, tú tienes que encargarte del reportaje ese que tienes pendiente."
Noté su gesto preocupado pero no nos siguió. Guié a Nia por el ascensor y fuimos a la sección de archivos. Una vez que entramos en la habitación encendí la luz y la hice pasar. Entró y comenzó a mirar para todos lados.
"Muy bien. ¿Qué archivos estamos buscando?"
Se adelantó unos pasos y fue cuando tuve la vista clara en su oreja izquierda. Reconocí el claro destello de luz proveniente de lo que simula una caravana. No lo era... sabía muy bien que ese era el mecanismo de invisibilidad. La delataba que en su oreja derecha era completamente diferente. ¡Esta chica usaba uno de mis inductores!
"¿Quién eres?"
Se giró y me miró sin entender. Entrecerró los ojos y di un paso adelante mientras ella uno hacia atrás.
"¿Qué? ¿De qué está hablando?"
"Tu oreja izquierda... tienes un inductor."
La vi tornarse pálida y tartamudear.
"Espera... puedo explicarlo."
"¡Comienza por explicar por qué tenías un anillo de la legión!"
Me crucé de brazos y ella cerró los ojos. Me miró resignada y sacó el anillo de su bolsillo, colocándoselo.
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"¿Eres un legionario?"
Le pregunté y negó con la cabeza. La vi estirar su brazo y apagar su inductor. En el instante en que lo hizo su cabello se tornó de negro a un rubio casi naranja y noté sus ojos verdes. ¡Era ella! ¡La chica que nos salvó cuando nos atacó la alienígena!
"¡Oh, por el amor de Dios! ¡No puede ser! ¡¡Eres ella!!"
Me asintió y luego presionó su anillo. En tanto lo hizo un traje comenzó a aparecer, reemplazando su ropa. Era una tecnología impresionante y era claramente del futuro. Su traje era bellísimo. Moderno y con los colores rojo y azul, el cinturón dorado... y el símbolo.
"¿Realmente eres Nia Nal?"
Negó con la cabeza y suspiró, muy nerviosa.
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