I'll find you » Shawn Mendes©

Capítulo 17

XVII: 6,348

Shawn estaba frente a mí, finalmente lo que tanto había deseado se había cumplido, mis días de esfuerzo y tortura no habían sido en vano, porque él estaba ahí, parado a unos cuantos metros míos; estaba sano, no tenía ni un solo rasguño y me observaba con una media sonrisa que me derretía el alma, podía notar en sus ojos que me veía con agradecimiento, mi corazón quería salirse de mi pecho y simplemente no podía creer que por fin había llegado al destino final del mapa, había encontrado al tesoro perdido.

— ¡Blake!

Escuchar como gritaban mi apellido y un fuerte estruendo cerca de mi oído me hizo abrir los ojos de golpe, de inmediato tomé una postura derecha en mi pupitre y peiné mi cabello quitándolo de mi rostro, dándome cuenta de que todos mis compañeros me observaban y el profesor que estaba a un lado mío no estaba feliz, acababa de golpear la paleta de madera con su regla de metal en mano.

— ¿De nuevo? —Cuestionó, refiriéndose a que me había quedado dormida más veces en su clase, pero era algo inevitable, eran muchas horas de matemáticas al día y además la clase era demasiado aburrida siempre, sumándole que desde que intentaba encontrar a Shawn casi no podía cerrar los ojos por las noches.— Tal vez tendré que citar a su madre, y hablar en junta con el director.

— ¡No! —Grité exaltada en cuanto mencionó a Christine, mi madre solía ser un poco exagerada en cuanto se trataba de la escuela, en toda mi vida sola una vez la habían llamado y fue para decirle que me había hecho pipí en los pantalones, estaba en primer grado, y la maestra no me dejó salir al baño, Christine se molestó conmigo y no con la profesora.— es decir, no es necesario, profesor Matthews.

— No me digas algo que no te pregunté —Me contestó mirándome incrédulo y después comenzó a avanzar hacia el frente dándome la espalda. Las risas entre dientes de mis compañeros comenzaron y solo los miré mal, como suelo hacerlo todos los días.

Miré mi libreta e hice una mueca de disgusto y vergüenza hacia mí misma al ver que había mojado una parte de mis apuntes de saliva, odiaba babear al quedarme dormida, y lo peor de eso era soñar algo lindo como encontrar a Shawn y luego tener que despertarme.

Tenía que admitir que el asunto de Shawn me mantenía fuera de este planeta, probablemente fuera del universo o en otra dimensión, y era algo que no podía controlar, de un momento a otro ya me encontraba pensando en él y en todo lo que había sucedido hasta ese momento, y aunque Shawn ocupaba mi mente, también Fred lo hacía, admitirlo me causaba fastidio, pero era la verdad, ese chico también me robaba los pensamientos de vez en cuando, pero para nada se merecía aparecer por mi mente o por mi corazón, desgraciadamente este no entiende de razones, ni siquiera piensa, y mi mente... bueno, no entendía porque mi mente seguía recordándomelo de esa manera.

Miré al asiento vacío a un lado mío, Fred no había asistido a clases. Antes solía sentirme sola cuando él no venía al colegio, pero desde que lo escuché hablando con Kelsey en las gradas y me di cuenta de que solo me estaba utilizando para su conveniencia eso cambió, aunque el rubio estuviera a un lado mío me sentía sola, podría decirme cualquier cosa romántica, como siempre lo hacía o demostrarme su apoyo, y seguía sintiéndome sola, porque sabía que todo lo que provenía de él era falsedad e hipocresía; era horrible saber que mi primer "novio" era un asco de persona y que en realidad no me quería, y peor aún, sabiendo la verdad, tener que mantenerme a su lado, para poder lograr algo que realmente me haría feliz.

Después de unos eternos minutos en los que presté atención a la pizarra y a la explicación del profesor la campana resonó por los pasillos de la institución, indicando que las clases ya habían finalizado. Miré al techo agradecida con Dios, y rápidamente comencé a guardar mis cosas, debía salir del aula tan rápido como pudiera para evitar que el maestro me llamara para decirme algo por haberme quedado dormida por... perdí la cuenta de cuántas veces me había quedado dormida en su clase; y así lo hice, fui de las primera en ayudar a vaciar el aula de estudiantes y como si el diablo estuviera persiguiendo mi alma, ya me encontraba saliendo del colegio.