VII

274 45 10
                                    

Cada noche lloraba, lloraba a mares pensando que te había perdido.

No quería creerlo, quería seguir pensando que eras mi pequeño.

Ese que cuidaba de mi, que se acordaba de todo, que vivía abrazado a mi...

Ese que me dijo que me quería.

Eran las 11 de la noche y no podía más. Me vestí y salí de mi casa en camino a la tuya. Te llamé por teléfono pero no respondías, comencé a preocuparme.

Al llegar toqué a la puerta. Unos segundos pasaron pero no me abriste. Volví a tocar y nada.

Apoyé la oreja en la madera de la puerta y oí tu voz. Estabas gritando, se oía hueco.

Comence a temblar, y si te había pasado algo malo?

Traté de abrir la puerta por mi cuenta y resultó que estaba sin llave. Mis sospechas de que alguien había entrado comenzaron a hacerse más grandes.

Caminé hacia tu dormitorio y tu voz se hizo más clara.

No estabas gritando, estabas gimiendo.

Abrí ligeramente la puerta, lo suficiente para que no me vieses.

Entonces te vi.

Estabas con él, los dos estabais sin ropa y tu estabas debajo suya gimiendo mientras él se movía.

Sin darme cuenta comencé a llorar y antes de empezar a hacer ruido me fui de allí, cerrando con cuidado. Caminé por la calle con las manos en los bolsillos mientras miraba al suelo y lloraba desconsoladamente.

Qué tiene él que yo no tenga?

𝐻𝑢𝑟𝑡𝑠 𝐿𝑖𝑘𝑒 𝐻𝑒𝑙𝑙 || ʀᴇɴʟᴇWhere stories live. Discover now