25» Una cita crucial, ¡Necesito ayuda! Sentimientos nada deseados y confusos

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— ¿Pasa algo...? —pregunté dudosa al ver que Will no respondía, nos encontrábamos en el frente a la casa y él suspiró.

—Sam... ¿Recuerdas... de lo que estábamos hablando ayer?

¿Ayer...? En el instituto, ¡Ah, Will me había dicho...! ¡Oh!

—Si... —desvié la mirada. Mierda, si es en lo que estoy pensando, no sé si quiero oírlo— Will... —pero él me interrumpió.

—Sam realmente... de verdad, creo que... ¿Podríamos volver a intentarlo? —y abrí mis ojos, sorprendida, genial. Esto era lo que pensaba, y no... no tengo la menor idea de que responder. Estoy en blanco.

—Yo... —apreté mis labios tratando de buscar alguna palabra en mi cabeza, ¡Porque diablos no se me ocurre nada!

— ¿No sabes verdad...? —parpadeé sorprendida pero solo asentí algo nerviosa— Lo suponía... —murmuró y fruncí el ceño. ¿Lo suponía? ¿Me conoce tanto?

—Lo siento... es que... la verdad no lo sé. —confesé, él hizo una pequeña sonrisa. Tomó aire y se acercó a mí para tomar mi mano— ¿Will?

—Tranquila Sam, se cómo eres —sonrió algo tranquila— y también se porque te sientes así —fruncí el ceño pero antes de preguntar él se adelanto—. Sam no te estoy obligando a que volvamos, soló... te pegunto si, ¿Crees que podríamos intentarlo?

— ¿A qué te refieres?

— ¿Quieres tener una cita conmigo? —y esa pregunta me dejo atónita.

— ¿Qué?

—Si me dices que si, intentémoslo, veamos cómo salé la cita pero... Si no aceptas, entenderé, de verdad —sonreí algo triste pero feliz de tener a alguien tan bueno y comprensivo como Will e instintivamente, lo abracé a lo que él correspondió— ¿Qué dices?

— ¿Me dejas pensarlo? —asintió con la cabeza y nos separamos.

—Dime cuando lo hayas pensado. —finalizo y se despidió, al momento que ya no lo pude ver, solté todo el aire contenido en mi cuerpo.

¿Qué? ¿¡Qué!?

¿Una cita con Will? ¡Tuve cientos de citas con Will! Pero... ahora no sabía que contestar... ¿Por qué? No entiendo... Y su pregunta... ¿Volver a intentarlo? Ni siquiera me lo he planteado y... ¿No quiero? ¡Dios ni yo me entiendo!

Lleve ambas manos a mi cabeza estresada y gruñí, ¡Dios! ¿Por qué tengo que pensar tanto? ¡Soló quiero dormir y olvidarme de todo!

Y cómo dije, di media vuelta y entré a la casa dirigiéndome hacia las escaleras pero antes de llegar cuatro cabezas me prohibieron el paso, cruzados de brazos.

— ¿Qué? —espeté apretando los dientes.

No estoy de humor, ¡No estoy para nada!

— ¿Con quién piensas ir a una cita? —espetó Nick y apreté mis dientes.

Lo quiero a Nick, vaya que si, ¡Pero soló quiero dormir! ¡No quiero responder preguntas!

—Nick, ahora no —dije seria—. Déjenme pasar. —pedí pero no se movieron.

—Sam, ¡Ni siquiera pienses en...! —y antes de que termine de hablar lo interrumpí.

— ¡Miren no se qué pensar! ¿¡Bien!? ¡Soló quiero dormir! —estallé gritando lo más fuerte que pude dejando a los cuatro pares de ojos atónitos e inmutables. Rugí y los empujé subiendo las escaleras encerrándome en la habitación.

Viviendo con los DalfaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt