Viviendo con los Dalfa

3» Machistas golpeados, chicas idiotas ¡y no ganaste!

— ¿Qué no piensan limpiar? —Pregunté irónica, indicando el desastroso lugar.

Una casa tan grande, además de genial y hermosa, arruinada con basura de fiesta.

Un notorio quejido salió de los labios de Francisco y Nick tomó mi valija.

—Sam no empieces a quejarte tan pronto, subiré tus cosas a una de las habitaciones restantes. —Informó y le agradecí con una sonrisa.

— ¿Por qué no lo haces tú? —Inquirió Devon cruzándose de brazos y acercándose a mí.

—Porque yo no estuve en esa fiesta.

— ¿Cómo sabes que fue una fiesta? —Alzó una ceja desafiante y rodé los ojos.

—Es obvio que fue una fiesta, además de que solo ustedes hacen innecesarias fiestas todos los fines de semana.

— ¿Innecesarias? —Preguntó desorientado Logan y asentí varias veces— ¡Es muy necesario! —Ahora él se cruzó de brazos junto a Devon, ambos frente a mí.

— ¿Cómo en qué? —Desafié.

—En ligar con chicas. —Contesto sonriendo—. Aunque es una lástima que no has estado en ninguna de ellas —guiñó el ojo.

—Esas pequeñas demostraciones de tus gestos no sirven conmigo Logan —le dediqué una mirada exhaustiva.

—Que sexy se escucha mi nombre salir de tus labios —Puse los ojos en blanco.

—Ajá, ¿piensan limpiar o no? —Interrogué de una vez, ¿Por qué el tema se había desviado tanto? —Ellos intercambiaron miradas para luego verme fijamente, Devon sonrió.

—Hazlo tú, eres mujer —Dijo.

Logan y Francisco rieron.

Oh no, no lo dijo.

Muy bien sabía que eran egocéntricos, arrogantes e idiotas pero ¿machistas? ¡Cartón lleno! Me he ganado el premio de cinco criaturas indeseables.

Desafortunadamente, no hay devolución.

— ¿Quieres decir que porque soy mujer tengo que limpiar? ¿Qué sigue, cocinar, lavar su ropa? —Ironicé y su sonrisa se amplió.

—Bueno, ahora que lo dices... eso no estaría nada mal.

—Eres un idiota, machista e idiota.

—Y tú quisquillosa.

Abrí mis ojos como platos, seguido de mi boca, ¿Qué soy qué?

¡No soy quisquillosa!

Y en vez de responder con un insulto muy ingenioso, mi puño fue a parar a su estomago luego de un notorio y satisfactorio gemido de dolor, me dirigí a las escaleras.

—Y espero que hayas aprendido, idiota. —Dije para luego subir las escaleras, vi a Nick en una de las tantas habitaciones y me dirigí allí.

Entré por la puerta de esa habitación y era algo más espaciosa de lo necesario pero muy linda, tenía un claro color de amarillo algo seco, una cama para una persona, un estante lo bastante grande como para poner mis libros, un escritorio y un armario.

—Bien, te dejare ordenar tus cosas —señaló mi valija — Luego me cuentas el porqué te expulsaron —alzó una ceja y solo reí, asintiendo.

Nick siempre fue así, a pesar de que es un año mayor que yo siempre fuimos muy unidos... pero no es que hablemos todo el tiempo o nos abracemos, es solo que nos agradamos además de las típicas burlas y peleas entre hermanos.