○29○

7.1K 754 631
                                    

Chat Noir

 Levantó su pistola y me apuntó directamente a la cabeza.

 Intenté recomponerme, haciendo el esfuerzo de mantenerme en pie con la poca energía que me quedaba. Lo encaré y lo miré amenazante esperando su siguiente movimiento.

No podían matarme. Si yo moría nadie podría evitar que entregasen a Marinette.

—Ni un milagro te va a salvar—dijo con una sonrisa triunfal en los labios—. Despídete de este mundo, porque tu tiempo se acaba aquí.

 —Entonces apunta bien, hijo de puta porque como falles te voy a hacer tragar esa pistola—lo amenacé mirándolo directamente a los ojos. 

  —No te preocupes, te aseguro que no voy a fallar—cerró un ojo  para afinar su puntería—¡A un lado hermano!—le dijo al capullo que estaba detrás de mí.—No quiero que te salpique. Estas cosas es mejor hacerlas rápido y sin pensarlo demasiado.—me sonrió con sorna—Ha sido un placer conocer al famoso Chat Noir. 

  Giró la pequeña ruedecita  de la pistola y tanteó el gatillo despacio para alargar más el momento. 

 Lo miré directamente a los ojos para dejar bien claro que no iba a intimidarme por una mierda de pistola.

  —¡Soltadme!—se escucharon unas coces a lo lejos—¡He dicho que me soltéis! ¿Qué pensáis hacer conmigo? 

  «Esa voz» 

 De repente la puerta se abrió de golpe y de ella entraron dos hombres que sujetaban a la fuerza a una persona. 

  —¡Eh! ¿Qué pasa?—preguntó el gilipollas que iba a dispararme.

 Fue en ese momento cuando la vi. 

  —Mira la sorpresita que nos hemos  encontramos husmeando por aquí—dijeron con diversión.

  Mis ojos se plasmaron en los suyos y nuestras miradas permanecieron fijas la una en la otra durante varios segundos.   

  —Chat...—sus labios se curvaron en esbozando un sollozo y sus  ojos repararon en mi cuerpo molido y repleto de golpes y moratones. 

  —¿Otra vez tú rondando por esta tierras, muñequita?—bajó la pistola inmediatamente y me dio la espalda para dirijirse hacia Marinette y  los tipos que la retenían. 

 —Hijos de puta... ¡¡No le pongáis las manos de encima!!—grité tirando con fuerza de las cadenas que me sujetaban.—¡¡Soltadla!! 

 —Chat... —sollozó Marinette mirándome con los ojos cristalizados.—Chat...—se giró bruscamente hacia los que la agarraban y se removió con fuerza para liberarse—¡¡Suéltame!! 

 Vi como la cogían del pelo y tiraban hacia atrás para inmovilizarla. Mi cuerpo se tensó al instante y mis nervios se dispararon. Sin tan solo pudiese soltarme... Si no tuviese estas cadenas les arrancaría la cabeza a estos cabrones. 

  —¡Te hemos dicho que te estés quietecita! Sino, no tendremos más remedio que hacerte daño y no queremos hacerlo, niña—la amenazaron. 

  Sin embargo, ella no les prestó ninguna atención. SE giró hacia mí y me miró. 

 —¿Qué te han hecho estos miserables?—preguntó Marinette  entre sollozos—Estás mal... 

—No te preocupes por mí—le dije intentando tranquilizarla.—¿Pero a ti como demonios se te ocurre venir hasta aquí sola?—intenté que sonasen severas, como recriminándola por haber sido tan idiota de meterse en un lugar como este.

©Ladrona de Corazones |SCR1| {Miraculous Ladybug}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora