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Chat Noir 

 Empujé a Lila al interior de la cabaña y cerré la puerta con fuerza. Estaba cabreado por la situación, jamás llegué a imaginar a Marinette peleándose de esa forma con alguien. También sabía lo calienta pollas que podía ser Lila, y estaba seguro que había sido ella la que la había provocado. 

  —¡¿Has visto?!—exclamó Lila señalando su mejilla derecha, que tenía la perfecta marca de las uñas de Marinette señaladas—¡Esa maldita zorra me ha marcado la cara! 

 —¿Qué le has hecho?—pregunté apoyándome de brazos cruzados sobre la pared. 

  —¿Cómo que qué le he hecho?—inquirió caminando furiosa hacia mí—Creo que has invertido los papeles en este asunto ¿No crees? 

  —Vamos Lila—dije esbozando una mueca—.La conozco a ella, y te conozco así. Tú te has metido en este tipo de peleas antes, y ella viene de un mundo donde eso no está visto. 

  —¿Me estás echando a mí la culpa de algo, cariño mío?—se acercó a mí contorneando sus caderas exageradamente. Colocó una mano sobre mi mejilla y me acarició con el pulgar. 

  —Solo digo, que te avisé—Agarré su manos y con cuidado la aparté de mi cara—.Te dije que no te acercases a ella. 

  —Fue un encuentro fortuito, no era mi intención toparme con ella—aseguró—. Es normal encontrarnos, ahora que la dejas pasearse libremente por todos lados. 

  Maldije para mis adentros y me separé de ella caminando de un lado a otro. 

  —Mira, lo que yo haga o deje de hacer con mi prisionera, es asunto mío—dije.—Y solo yo decidido que hacer con ella. 

  —Eso está muy bien, querido—dijo siguiéndome de cerca. Se colocó detrás de mí y comenzó a masajearme los hombros—. Pero no puedo evitar sentirme... desplazada.

 Enarqué una deja y me giré hacia ella. 

 —Así que... te sientes desplazada—esbocé una sonrisa ladeada y la agarré bruscamente de la cintura, atraiéndola hacia mí. Ella se sobresaltó ante mi repentino movimiento, pero enseguida apareció una sonrisa satisfactoria en su rostro—¿De verdad te sientes así? 

  —No te imaginas cuanto...—susurró con una voz provocativa que activó todos mis sentidos.—Necesito tu atención,..—se acercó a mi boca y pude sentir su frío aliento sobre mis labios— necesito que me toques...—recorrió mi rostro con sus ojos repletos de deseo y lujuria—echo de menos que me hagas gritar de placer. 

 En ese mismo instante, la agarré de los muslos cogiéndola en brazos y ella respondió enrollando sus piernas alrededor de mis caderas. 

  Comenzamos a besarnos con una intensidad desmedida, salvaje y brusca, solo como nosotros sabíamos hacer. De esa forma, la llevé hasta la habitación y sin ningún cuidado la arrojé a la cama. Enseguida comenzó a deshacerse de su vestido, queriendo estar dispuesta solo para mí. No le di tiempo a terminar, porque enseguida me abalancé hacia ella y comencé a besar y morder su cuello con deseo y lujuria. 

  Lila soltó un fuerte gemido de placer, como si estuviese soltando todo lo que había contenido durante tanto tiempo. Le mordí el lóbulo de la oreja mientras que con mis manos rasgaba el escote de su vestido para dejar al descubierto sus pechos. Se mordió el labio inferior con deseo y me miró de arriba abajo esperando mi siguiente movimiento. 

©Ladrona de Corazones |SCR1| {Miraculous Ladybug}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora