Capítulo 4

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Tic tic

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Tic tic. Tic tic. Tic tic. Tic tic. Tic tic. Tic tic.

Aquel sonido se adentró en los oídos de la muchacha como si fueran dagas ardientes. Aquel sonido le producía malestar , nerviosismo , incomodidad.
No le quedó más opción que abrir sus castaños ojos mientras soltaba un notable bufido , dispuesta a deshacerse de la alarma lo antes posible.

Estiró sus brazos y sus piernas sobre su cama. Durante aquel acto "gritaba" como si fuera la niña del exorcista. Cualquier persona que la viese la tacharía de enferma mental.
No fue hasta un par de segundos después que varios escalofríos pasaron por su cuerpo. Había una aura desconcertante , desconocida y siniestra en aquella habitación. Por un momento sus oscuros ojos recorrieron la habitación en busca de alguna araña , mosquito u otro insecto que estuviera al acecho. Pero la caza no salió como esperaba.

No había nada.

Decidió evitar la aura que tanto le era notoria de mil formas posibles con el pensamiento de alguna anterior pesadilla. Le dió tiempo a buscar la ropa del día de hoy , vestirse , ponerse los zapatos , peinarse frente a su gran espejo... Un espejo que era de casi el tamaño de la altura de la pared , su madre se lo había comprado cuando la castaña decidió practicar Gimnasia Rítmica. Deporte que a los pocos días decidió abandonar , así que el espejo era un dinero tirado.

Sus rasgados ojos se clavaron en su rostro  , para ser exactos en una espinilla que había decidido despertar justo en el centro de su nariz. Se acercó al espejo sin apartar la vista de su reflejo. Sin embargo tras acercarse tanto su mirada se levantó y topó de manera torpe con algo extraño.

Una persona.

O eso pensó ella durante esos segundos tras ver algo negro con una carita entristecida de color rojo. Pero esa cosa desapareció a los segundos.

Se quedó perpleja , analizando mentalmente lo que recién había visto : ¿Seguro que era una persona? ¿Y si era una máscara? Si era tan negra tendría que ser una persona ¿No? ¡O un demonio negro que la estaba observando! Pero ¿Por qué la observaría a ella? Ya lo sabía ¡Quería su alma! ; Muchas preguntas rondaban a la misma velocidad por la cabeza de la adolescente , como si no tuviera complejos suficientes ya podría pensar que está loca.

——Tonterías , serán imaginaciones mías , siempre confundo las cosas...

Y no era mentira , muchas veces cuando andaba distraída confundía objetos con personas. Por ejemplo , una vez al entrar a su clase la maceta del fondo de la habitación la confundió con una persona , es por eso que un pequeño gemido de sorpresa se le escapó durante esa hora y había atraído las burlonas risas de sus compañeros.

Sacudió su cabeza para despejarse de aquel recuerdo que le sacó una diminuta sonrisa , al fin y al cabo fue algo gracioso, y acabó con la espinilla indeseada.

——Más te vale no volver a salir , maldita.—— murmuró antes de colgar su mochila sobre su espalda para salir de su cuarto.

Pero de lo que no se había dado cuenta es que el aura que antes sintió seguía ahí , y estaba dispuesto a seguirla todo el día.

A todas horas.

A cada minuto.

A cada segundo.

Y si le era posible , toda la vida.

Para siempre.

Como romperle el corazón a un muerto. (Hoodie y tú) Where stories live. Discover now