Capítulo 4

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Sebastian: No, nunca he sentido nada, y tampoco tengo intención de sentir alguna emoción, eso solo me volvería débil y no sería digno de ser el mayordomo de mi amo

Yui: ¿Qué dices? Eso no es así, si de verdad crees que tener sentimientos te vuelve débil e indigno entonces yo no podría serle nunca de ayuda

El mayordomo me mira por un momento y puedo percibir algo de sorpresa.

Sebastian: Tonterías — ríe — estoy hablando de mi caso, tú podrás ser perféctamente digna a pesar de tener emociones

En realidad no me ha sentado bien saber que Sebastian no es capaz de tener sentimientos, no es como si me gustara, es porque no me imagino como de aburrida voy a estar con alguien sin emociones. Sí, obviamente es eso.

Narra Sebastian

Después de que le dijera aquello no volvió a dirigirme la palabra. ¿Acaso le dije algo que no le gustara?... ¡Espera! ¿Me estoy preocupando por ella? Tranquilízate Sebastian, solo son los nervios por estar con una chica y... Vale ¿Nervios por estar con una chica? Me he vuelto loco, se supone que sin importar el género no debo sentir nada en absoluto.

La miro disimuládamente, está dando de comer a aquella rata voladora que tanto molesta a mis queridos gatos

Aw, ella es tan bonita, esos preciosos ojos esmeralda me recuerdan a los ojos de una preciosa nekita, además ese sensual conjunto que he hecho para ella hace que quiera hacer todo tipo de travesuras.

Me doy una bofetada mental.

¡Sebastian, mierda, relájate!

Yui: Sebastian-san, he terminado — se acerca demasiado a mí y mira lo que cocino — ahhh huele realmente bien ¿Qué es?

Sebastian: De primero el mejor solomillo de cerdo importado con una deliciosa y exótica salsa de naranja acompañado con el dulce aroma de las trufas silvestres. De segundo cigalas salteadas con crema de langosta, unas huevas de salmón de acompañamiento y un toque de hierva buena. El postre será simple, un delicioso pastel de nueces y frambuesas, un toque de limón y algo de azucar glass. Sin olvidarnos por supuesto de un Chateau de 1997 conservado durante años en una de nuestras mejores bodegas — digo sin titubear en ni una sola palabra

Yui: Wow... Impresionante Sebastian, eso es impresionante

Sin darme cuenta mis mejillas se tornan de un leve color atardecer.

Yui: ¿Te sonrojastes?

Sebastian: Claro que no, será por el calor

Yui: Ahm, vale

Termino de preparar el postre, solo hace falta que los demás platos se hagan.

Sebastian: ¿Debería prepararle algo a usted?

Yui: Yo estoy bien — en ese momento su estómago ruge

Sebastian: ¿Qué fue eso?

Yui: ¡Nada! ¡Por favor olvida eso! — ahhh ¿Por qué tuvo que notarlo?

Sebastian: Perdón, cuando trabajo pierdo la vista de todo lo demás — voy hacia el frigorífico y saco algo — el amo no pudo probar la comida puesto que lo tenían secuestrado, puede comerlo

Yui: ¡Arigato! — lo caliento y luego se lo dejo sobre una mesa mientras tanto sigo esperando que estén listos los platos — Sebastian-san, increible, es delicioso

De nuevo siento ese calor en mis mejillas y mi corazón late rápidamente. ¿Estaré enfermo?

Yui: ¿Sucede algo?

Sebastian: No es nada

Yui: ¿Los demonios pueden enfermar?

Sebastian: No, claro que no

Yui: Pensé que quizás tenías fiebre — toma otro bocado y sus ojos resplandecen ante aquel banquete — ¡Delicioso!

Su rostro es tan hermoso... Ver aquellos rosados y suaves mofletes llenarse con la comida que he preparado es una sensación muy placentera. Y su rostro en el momento que sus papilas gustativas hacen contacto con el sabor de la comida, quisiera ver ese rostro por el resto de mis días.

¡Sebastian, de nuevo pensando cosas incorrectas!

Sebastian: Creo que la comida del amo esta lista — las coloco en unos precioso platos de porcelana y los decoro

Yui: Adelantate, te alcanzaré — comienza a comer rápido y se mancha una mejilla

No puedo evitar sentir cierta ternura por esa imagen. Mi corazón late cálidamente.

Sebastian: No se perocupe, el amo puede esperar — ¿Pero qué acabo de decir? Me siento en frente suya

Yui: Hai — a pesar de eso sigue comiendo rápidamente, cuando termina bebe de un golpe el vaso de agua — ¡Todo delicioso! — se levanta apresurádamente

Sebastian: Jajaja — me levanto — te ves adorable, justo como una nekita

No puedo evitar decir eso aún sabiendo que es vergonzoso para ambos. Hoy me siento extráñamente feliz, a decir verdad desde que nací mis expresiones nunca cambiaron por sentimientos verdaderos, solo analizaba la situación para saber que rostro debía poner.

Pero ahora, sonrío de verdad. Podría incluso decirse que soy un poquito feliz. Y todo debido a mi adorada neko-chan.

Yui: Sebastian vamos, Ciel se enojará — está agitada y nerviosa ¡Adorable!

Sebastian: Hai — me acerco a ella y elevo tiernamente su barbilla con mi mano — se ha manchado un poco, my lady — lamo la mancha que hay en su mejilla y a mitad del proceso puedo notar un cambio de temperatura, su mejilla se torna cálida

Sentimientos prohibidos [Sebastian Michaelis]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora