Capítulo 30 [*]

2.5K 96 4
                                    

– Supongo que por esa expresión que acabas de poner, acabas de darte cuenta de que en realidad, ambos, somos iguales – él sonríe

Me acerco con una mirada asesina hacia él.

– No me compares contigo, yo no soy como tú, y jamás lo seré – dicho esto me doy la vuelta – traeré a alguien

Salgo de la mansión y en un cerrar y abrir de ojos desaparezco, odio admitirlo pero es cierto que será muy difícil encontrar a un inmortal cansado de serlo.

Me detengo en el punto más alto de la ciudad, cierro los ojos y me concentro.

Me encuentro en un lugar poco habitado por humanos pero lleno de inmortales, a veces cuando nuestro trabajo ha terminado pero no podemos volver a nuestro mundo o simplemente no queremos venimos aquí.

Encuentro a alguien prometedor, puedo sentir a uno de mis hermanos, sufriendo. ¿Cómo lo puedo saber? Los demonios pueden detectar los sentimientos de otro demonio si ellos lo han sentido anteriormente.

Esto lo saben pocos ya que la inmensa mayoría jamás sienten algo.

– ¿Problemas con el amor ? – digo apareciendo tras él

El chico seca sus lágrimas y suspira.

– ¿Cómo lo sabes?

– ¿Te gustaría vivir una vida normal con ella?

– Si, pero es imposible

Perfecto, es mi oportunidad. No sabe que se puede dejar de ser inmortal si le das tu capacidad a otra persona.

– Yo puedo hacerte mortal, bueno, más bien un amigo puede hacerte mortal – no me importa estar mintiendo, lo hago por ella

– ¿De verdad? ¡Eso es genial! Iré a avisar a mi chica – desaparece de mi vista por unos segundos y vuelve con ella

Esa muchacha no me trae buenas vibraciones, parece sospechar algo de mí y a la vez me mira como si quisiera violarme.

– Cielo, quiero hablar con él a solas un momento, por favor

Él hace caso, besa sus labios y se va.

– Sé lo egoistas que podéis ser los de tu especie, no le harías esa proposición a un desconocido si no sacaras nada a cambio – mierda, es lista – no diré nada con una condición

– Dime

– Mira, yo solo estoy con él por sexo, es impresionante, pero no puedo dejar que él sea inmortal mientras yo envejezco – lame sus labios – ¿cuánto podrás hacerle inmortal?

– En unos tres días – digo sin más

Ella, a pesar de ser mortal, es la peor de los demonios.

– Bien , mi condición para no decir nada es – hace una pausa y se acerca a mí – ten sexo conmigo, el primero que no pueda aguantar más pierde, es decir, si tú no aguantas iré a decírselo todo a él, si yo soy la que no aguanta entonces tendrás vía libre para llevártelo – pone su mano sobre mi miembro y me alejo un poco

Ese lugar es solo de Yui.

– Me niego a tener sexo contigo

– Pues no habrá otra opción

– Te propondré algo

Me alegra que ella aceptara.

Mi condición para tener "sexo" con ella fue que estuviéramos en un lugar oscuro.

En realidad no pensaba darle mi miembro, era solo de mi Yui, en la oscuridad será fácil engañarla.

La chica me lleva a una habitación oscura, si Yui pudiera ver esto, me mataría. Pero lo hago por ella.

– Bien, empecemos – se quita la ropa y separa sus piernas

– Claro


AVISO: PARTE HOT

Cojo dos grandes consoladores y la miro. Ella es una maldita viciosa, la haré sentir como nadie lo hizo.

Estos consoladores son incluso más grandes que mi miembro.

– Te meteré un consolador – ella asiente y mueve sus caderas ansiosa

Bien es estúpida. Funcionará.

Meto uno de ellos en su culo con fuerza y sin piedad, ni siquiera espero un segundo a que se adapte. Da un grito desgarrador de dolor y me pide que lo saque pero no lo hago.

Meto el otro en su vagina, atravesando su útero.

La cojo de las caderas como si acabara de meterle mi miembro y presiono los consoladores con mi pelvis hundiéndolos en su interior.

– Dios, Sebastian, la tienes tan grande – comienza a gemir y agarro su clítoris con fuerza – ahhhh – su primer orgasmo

Sigo así, mi miembro se está poniendo duro pero trato de mantenerme a raya.

– Métela más profundo, Sebastian – gime

Presiono más fuerte y me sorprende lo abierta que es. Esta pervertida debe de estar teniendo sexo más tiempo que dormir o comer.

– Mueve tus caderas más rápido, voy a terminar ya – hago caso y la embisto con fuerza

Otro orgasmo.

– Sebastian, m-más fuerte, siento que voy a desfallecer – empujo tan fuerte que por cada embestida se sumerge en un profundo orgasmo

Obvio, voy a ganar.

– Sebastian ¿me amas? – dice en otro orgasmo

Frunzo el ceño. Jamás.

La empujo contra la pared y lo hago con tanta fuerza que comienza a hacerle daño, y a la vez no deja de venirse.

Un gran orgasmo se apodera de su cuerpo, después, cae al suelo desmayada.

– Eres una pervertida – sonrío – mereces un castigo

La ato de manos y piernas a una tabla de madera, después enciendo los vibradores y pongo otro en su clítoris.

– Aquí nadie te escuchará – río – cuando las pilas se acaben habrás muerto de placer o desearás no hacerlo nunca más

Salgo de esa habitación y miro al sol.

Hemos estado aproximadamente veinte horas ahí dentro, gasté unas dos buscando a alguien y media más llegando y hablando con mi tío.

Ella está a punto de llegar. Perfecto. 

Sentimientos prohibidos [Sebastian Michaelis]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora