Me maldije pues lo que más temía era que me vieran. No quería cruzarme con mi madre aún. Pero no tuve tiempo de quitarme el traje, los niños me vieron y me señalaron hablando sorprendidos. Cat Grant chistó sus dedos y sus guardias de seguridad se pusieron a nuestro alrededor para abrirnos paso. La seguimos por un pasillo largo y luego nos abrió una puerta que para mi sorpresa, era un ascensor. Entramos y le hizo un gesto a sus guardias para que se alejaran. Cuando entramos e indicó que íbamos al piso 2, se giró para verme con su mirada típica de reportera investigando.

"¿Qué eres de Supergirl?"

Directa al grano. Cat Gran jamás se iba con rodeos y eso era algo que siempre admiré de ella. Mamá me contó historias de cuando trabajaba como su asistente por lo que eso hizo que la idolatrara.

"Soy su hija."

Sabía que a Cat Grant no le gustaban las mentiras y no me importó que Imra me mirara con los ojos bien abiertos, preguntándose si algún tornillo se me había safado. El ascensor se abrió y nos hizo un gesto para que la siguiéramos. Seguimos el pasillo por la izquierda y cuando nos acercábamos a la puerta que tenía su nombre, Imra me hizo un gesto con los ojos bien abiertos. No le contesté, seguí a Cat. La cual abrió y nos hizo entrar para después cerrarla y cruzarse de brazos frente a las dos.

"¿Cómo es eso posible? Eres casi de su edad."

Imra quiso hablar pero le hice un gesto para que me dejara.

"Señora Grant, vengo del futuro. Y necesito su ayuda."

Le hablé sin rodeos y Cat me sonrió. Imra seguía callada y noté lo nerviosa que se puso cuando dije eso. No podía mentirle a Cat si iba a ayudarme, no podía.

***

Estaba dentro de la habitación de entrenamiento, sentado en medio de la habitación y meditando sobre todo lo que estaba pasando al mismo tiempo que buscaba en los recuerdos de mi padre para encontrar una forma de ayudar a esta chica, que aún no conocía. Sentí que la puerta se abría y no necesité abrir los ojos o usar mis poderes para saber quién era. Alex ingresó a la habitación y abrí los ojos cuando se sentó frente a mí.

"No sé cuánto tiempo pueda seguir haciendo esto, J'onn."

No dije nada ni hice ningún gesto, simplemente la miré.

"Arriesgo mi vida en cada misión, todos los días. Y cada día estoy en riesgo de que eso suceda. Y siento que no he tenido la oportunidad de vivir aún."

Suspiré, escuchando las palabras que me decía y no pude evitar pensar que había tomado la mejor decisión. Tenía una mano sobre cada rodilla y las acerqué para entrelazar mis dedos y mirarla con atención.

"Siento que si no hago algo pronto y no tomo control sobre mi futuro, sobre lo que mi corazón quiere... Entonces jamás seré realmente... feliz."

Agachó su rostro, bajando su mirada y no pude evitar sentir orgullo. Estaba realmente orgulloso de Alex y de haber tenido la oportunidad de guiarla y estar para ella como un padre. Quizás mis hijas hayan muerto en Marte, pero el destino me dio una oportunidad de redimirme.

"Así que eso es todo..." Dijo y levantó la mirada mientras podía ver en su mente lo que estaba tratando de decirme. "Voy a presentar mi renuncia... Para que pueda encontrar mi nuevo comienzo. Y pueda tener mi propia familia."

No me extrañaba en absoluto sus palabras, hacía días que sospechaba que esto podía pasar. Negué con la cabeza y la miré sonriéndole.

"Eres una heroína. Está en tu sangre, no puedes renunciar... Porque quiero ascenderte."

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