— si no nos movemos a lo mejor se vuelve a dormir

Dijo algo esperanzada la rubia, Lexa gruñó, una vez despertada la bestia, difícil era que se volviera a dormir, así pues, se separó de Clarke y se dispuso a levantarse. La ojiazul, comportándose de la manera menos adulta posible comenzó a patalear entre pucheros. Lexa fue a coger la parte de arriba del pijama cuando la rubia reaccionó estirando el brazo:

— Ni se te ocurra ponértelo

Lexa miró sorprendida a Clarke:

— No voy a coger al niño en plan comando— Clarke se colocó la toalla nuevamente y se levantó corriendo para quitarle la prenda de la mano— no quiero que se confunda y quiera mamar donde no es

— No— Dijo Clarke poniendo los ojos en blanco— que te pongas otro del cajón— le enseñó el pijama que le había quitado de la mano— Yo ahora mismo voy a poner quita manchas a este y lo voy a meter en la lavadora

— Oh mio dio

Musitó Lexa mientras había el cajón de la cómoda y sacó la primera camiseta que había a mano, mientras que Clarke cuan hada de la limpieza en toalla salía corriendo de la habitación. Entre murmullos Lexa sacó a Aden de la cuna, olió su pañal e incluso lo separó un poco para comprobar que seguía limpio, sabía que no era la hora de la comida, así que posiblemente se había despertado porque había tenido un mal sueño, lo llevó a la cama y lo sentó junto a ella:

— Te pareces demasiado a tu madre, Aden— El niño que tenía las mejillas húmedas y los ojos un poco enrojecidos la miró sin comprender— No sé quién es tu papá biológico, espero que sea mucho más tranquilo— aunque luego que lo pensó, recordó que era toda una joyita, le cogió de las axilas y se le quedó mirando— bueno, espero que tus tíos te eduquen bien y no seas todo un alma perdida de la fiesta colega— le susurró como si le estuviera diciendo una confidencia— y lo más importante, no te cases a lo loco en las vegas

— Has caso a tu madre putativa— dijo Clarke mientras entraba a la habitación y volvía a sentarse en la cama junto a Lexa y el niño, la cara que puso la italiana al escuchar "madre putativa" fue todo un poema, incluso un escalofrió le recorrió por la espina dorsal— es lo que hizo y por casi pierde— se señaló así misma— a esta atractiva rubia— le quitó al niño de las manos— no le agarres así que no es un cachorro, le vas a hacer daño

Lexa se cruzó de brazos e hizo gestos de burla. Sí, todo estaba siendo tan maduro:

— En teoría es un cachorro humano

Clarke miró fijamente a Aden mientras que lo sentaba en su regazo:

— Será mejor que te lleve en cuanto antes a Massachussets antes de que esta loca del vino te enloquezca con sus locuras— El labio inferior del niño tembló y su gesto se arrugó amenazando con romper a llorar— No, no, no— dijo rápidamente Clarke mientras que lo mecía intentando calmarlo, pero fue en vano, Aden comenzó a berrear, la rubia arrugó la frente molesta— ¿Qué hice mal?

Lexa entre risas le quitó al niño y lo acunó en sus brazos, en esta ocasión de manera correcta, pegado a su pecho y lo meció de manera suave, no tan histéricamente como lo había hecho Clarke:

— Te metiste con la italiana enrollada— le respondió la morena— y claro el solo me defiende

— Ya, claro

Musitó Clarke molesta antes de levantarse y poner el pijama junto a la cómoda, justo dando la espalda a la italiana y al niño llorón. En definitiva, Aden era el claro ejemplo de que no estaban preparadas para ser madres, o al menos hasta el momento todo indicaba a que no habían conectado con su lado maternal. Estaba terminando de ponerse el pantalón del pijama rosita, cuando Lexa comenzó a tararear lo que parecían unas notas de una nana, Clarke levantó la mirada y observó a través en el reflejo del espejo como el niño acunado en los brazos de Lexa comenzaba a tranquilizarse y dibujar una sonrisa:

Solo por cinco díasOnde as histórias ganham vida. Descobre agora