Capítulo 1 Citas a ciegas

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No se permite adaptaciones de esta historia.

Clarke estaba sentada en la silla, apoyada en la mesa del pequeño comedor y mientras se mordía las uñas observaba la invitación. No podía creérselo, su hermana se iba a casar, ¡Su hermana pequeña! De tan solo diecinueve años. Pero claro, de las dos siempre había sido la más rebelde, con notas más bajas y para colmo, ahí viene lo "mejor" de todo es que se había prometido con su primer y único novio.

Harper Griffin y Finn Collins les complace invitar a Clarke Griffin más acompañante en el día de su boda que se celebrará el 15 de Marzo del 2017.

Para colmo la avisan una semana con antelación ¿eso que era? Se notaba que Harper y ella nunca se habían llevado bien, tampoco mal, tan solo que no tenían suficiente relación. Todo culpa de los padres que siempre andaban comparándolas. Así pasaba, que empezó las competencias. ¡Con Finn! Eso era, no sabía cómo sentirse, vale que después de él ha tenido varias relaciones, estaba Bellamy y Niylah. Pero desde que su primer novio le había puesto los cuernos, como que ya no tenía esa confianza de antaño y se notaba en sus otras relaciones, aunque Niylah siempre fue un royo pasajero. En el fondo siempre acababa comparándolos con Finn Collins y eso, como que hace mella, nadie les gusta que les comparen, era algo que no podía controlar.

Más acompañante, ella no tenía acompañante y ¿Cómo sacarlo en tan poco tiempo? Pensó en ponerse en contacto con Bellamy, pero muy lista ella que después de dejarlo lo emparejó con su amiga Echo ¿Si se lo pedía prestado por una semana? Ni loca lo haría, bien sabía que Bell se pilló mucho por Clarke y le costó un mundo y parte de otro alternativo sacársela de la cabeza. Niylah, bueno era mujer y eso causaría revuelo, eso no le desagradaría tanto a Clarke, pero no, Green odiaba ese tipo de eventos. Se tapó la cara con las manos y lloriqueó:

- ¿Qué hago?

No quería parecer la hermana solterona cuyo trabajo es la enfermería geriátrica, que vive sola con un gato que la ignora y solo aparece para comer, dormir y se vuelve a ir. Agarró el móvil que estaba junto al florero que estaba en el centro de la mesa y marcó uno de los pocos números que se conocía de memoria, esperó hasta que se escuchó como descolgaban, no dio tiempo a contestar cuando ya había pedido con toda su faces:

- Necesito que me prestes a tu novio una semana

No, no llamó a Echo como muchas pensaréis:

- Cariño, mi novio no es como un coche al que puedo estar dejando_ dijo Octavia al otro lado del teléfono_ ¿para qué lo necesitas?

- Mi hermana se casa y no tengo acompañante.

- Ojalá pudiera solidarizarme más contigo, pero Lincoln está descartado ¿no conoces a nadie más? ¿Qué me dices del tal Lesmes? Me dijiste que tuviste una cita con él.

Clarke negó con la cabeza, como si Octavia pudiera ver ese gesto:

- No, demasiado manazas- Torció los labios y se miró en el espejo que había encima de la chimenea- ¿Si invento que estoy enferma?

- Es la boda de tu hermana.

- Con mi ex novio.

Dijo demasiado nerviosa, bueno puede que influyera los dos cafés que se había bebido, le había tocado trabajar el turno de noche y el encontrarse la invitación no la ayudaba a reconciliar el sueño, eso sin mencionar que sus vecinos eran unos soletes, no entendían lo que era hablar con un tono normal y cuando la niña regresaba del colegio sus berreos eran capaces de traspasar los tapones que usaba para dormir. Así estaba de demacrada y ojerosa. Otro punto en contra para encontrar un acompañante:

- ¿cuál? Porque mi hermano no es.

- Con Finn, mi primer novio.

- ¿El que te puso los cuernos?- se escuchó una risita- pues menudo partidazo para tu hermanita- Clarke se volvió a sentar abatida en el sillón- siempre puedes hacer como Pretty Woman, contratas a un hombre o una mujer, como te dé la cosa.

Solo por cinco díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora