Capítulo 1: Un amante para Chester Reineck.

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Max

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Max.

《Querido diario:

¿Cómo lo conocí?
Sé que he intentado responder esta pregunta mil veces en entradas anteriores, pero me es complicado explicarlo. Incluso es confuso para mí.
Porque no comprendo cómo llegué a sentir lo que siento. Me arrepiento de que nuestra historia haya empezado de la manera en que lo hizo, porque sé que le voy a hacer daño, inevitablemente.
Pero bueno, quizás la mejor manera de entender mis sentimientos y acciones sea empezar a contar por el principio.
Lo conocí... no de la mejor manera. No de la forma en la que se conocen las parejas de hoy. Y mucho menos de una forma romántica o cliché.
Él es hijo del jefe de los Dark Blood... un lío. Una relación imposible que solo tendría que ser de odio.
Mi jefe, (en aquel entonces) el señor Milton, quería eliminar de una vez por todas a la competencia (los Dark Blood), y empezó a elaborar el plan definitivo. Lo primero que necesitábamos era adelantarnos a ellos. Saber lo que harían, dónde estarían y cómo lo harían, antes de que suceda. Porque sí, éramos dos grupos muy poderosos en disputa de un mismo territorio. Es decir, necesitábamos un informante.
Entonces, al señor Milton le surgió un dilema. ¿Cómo infiltrar a alguien en la mafia de los Dark Blood? Un grupo inteligente, ya desconfiado por naturaleza.
La respuesta la obtuvo sin esfuerzo. Necesitábamos encontrar al miembro más débil de los Dark Blood, al más tímido, inocente e introvertido; y atacarlo con algo que no pueda manejar: pasión.
Un amante para el niño mimado de los Reineck... Un amante para Chester Reineck.》

—¿Qué escribes? —una cabeza aparece de repente y se mete de lleno en mi diario.

—¡Hey! Quita pedazo de mugre. —empuja el rostro de mi amigo George y casi que lo tiro hacia mi cama.

—Andaaa... Estoy aburrido. ¿Para qué me invitas a tu casa si te vas a poner a escribir cuentitos?

—No son cuentitos, imbecil.

George toma mi almohada y empieza a rodar por la cama.

—Mínimo publica un libro, sino es tinta desperdiciada.

—Déjame en paz. —vuelvo a concentrarme en las palabras escritas.

"El amante del niño mimado..."

No me gusta denominarme a mí mismo así... ¿Por qué? Si eso es todo lo que soy.

Aunque pensándolo bien, ¿puede decirse que soy su amante si lo hago solo por conveniencia?

Le echo una mirada rápida a George, quien está concentrado mirando su móvil, y vuelvo a mi diario.

《Cuando el plan del señor Milton comenzó, yo estuve dos semanas enteras sin saber cómo arrancar. Y el jefe me presionaba para que le dé mi informe del progreso del plan. Pero yo no me había acercado ni 10 metros a Chester Reineck.
Empecé contactándolo por las redes sociales, ya que era demasiado inútil para ligar con chicos. Soy heterosexual después de todo. El señor Milton me escogió a mí porque era el único que no tenía problemas en mantener relaciones con un hombre (eso no me quita la heterosexualidad... ¿o sí? Yo no me siento gay). La orientación sexual de Chester era una información que solo unos pocos tenían; y por algún motivo, había llegado a nuestros oídos. Por supuesto que sus familiares más cercanos no lo saben, sería una deshonra para el nombre de la familia.
Volviendo entonces al tema... me cree una cuenta en una aplicación gay y... por supuesto que lo encontré.
Chester sabe que soy de los Dark Shadows, por lo que desconfió desde el segundo uno en el que vio mi mensaje privado que decía algo así como "lindo culo" (¿Es así como los gays coquetean?) Pero le dije que venía en son de paz, algo casual, nada serio. Sin meter nuestras diferencias en medio, sin importar que nuestros bandos se odien a muerte. Y bueno... hablamos hasta que se dio. Pasaron varios meses ya de eso (perdí la cuenta, para qué mentir) y debo decir que el plan funcionaba a la perfección. Nos adelantábamos a todos sus movimientos y les robábamos clientes importantes. En unas pocas semanas, la reputación de los Dark Blood había caído drasticamente. Y sé que el plan no pararía hasta que ellos estén totalmente fuera de juego. Pero... ¿nadie pensó en que pasaría conmigo o con los sentimientos de Chester una vez terminado todo? Porque estoy seguro que Chester siente algo. Bueno, no me importa si lo lastimo, ¿verdad? Después de todo, es solo algo casual. Y Chester no me gusta en lo más mínimo; hasta puedo decir que me cae mal.

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