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Nuestras narices heladas volvieron a juntarse en cuanto Yoongi cerró la puerta de la habitación con su pie, pegándome a la pared que se sentía más cálida que mi propio cuerpo. Los besos que nos dimos dentro de la alberca no parecieron escalar lo suficiente para lo que nuestras manos necesitaban del otro. Sus dedos pasaron de rodearme la cintura a aferrarse a mis mejillas cuando solté un diminuto carraspeo con los dientes castañeándome. A pesar de que el frío que tomé fuera había pasado a ser irrelevante para mi consciencia, para mi cuerpo físico aún era un tema importante a tratar.

Yoongi se separó de mis labios por un momento, liberando una de sus risas cortas y casi burlescas mientras dejaba pequeños besos sobre mi barbilla y mi mandíbula.

—Deberías bañarte —susurró contra mi piel, volviendo a colocar sus manos contra mi cintura para apretarla con suavidad.

—¿Con agua caliente? —suspiré con la cabeza recargada contra la pared. Min asintió con un sonido gutural, alzándome la blusa lo necesario para adentrar sus puntas gélidas bajo la misma—. Tú también.

—Lo sé.

La tensión cómplice en el ambiente me hizo sonreír. Bajé de abrazarle tras el cuello a tomar sus brazos rodeándome y nos separé de la pared para caminar en reversa por la enorme y lujosa habitación en dirección al baño. No estaba muy acostumbrada al espacio así que estuve a punto de tropezar un par de veces con algunos muebles y nuestras mochilas, pero Yoongi aferró con fuerza su agarre para no dejarme caer.

Sin dejar de besarle y con la mano torcida hacia atrás giré la perilla de la puerta del baño en cuanto sentí que mi espalda topó con la madera, abriéndonos paso hacia el espacioso y reluciente baño estilo minimalista. No sólo contaba con la típica ducha sino que, además, tenía una bañera bastante grande en la que entrábamos los dos sin problema.

Me le separé un momento y me relamí los labios yendo a sentarme en el borde de la misma. Yoongi sonrió de medio lado y sin necesidad de decir una sola palabra se inclinó hacia adelante para abrir el grifo del agua caliente, comenzando a llenarla. Mis dedos se escurrieron por su playera húmeda pasando de tocar su abdomen plano hacia su pecho firme hasta detenerme ahí, dejando sólo el dedo índice mientras le sonreía como si acabase de recordar algo de suma importancia.

—No vamos a follar —murmuré en un canturreo, anexando un movimiento de cabeza para reafirmar mis palabras. Entrecerré los ojos para poner mi mejor cara de mala leche ante lo que Yoongi rió hasta mostrar sus encías rosadas.

—¿No? —pegó su frente a la mía. Volví a negar con la cabeza mirando sus orbes perdidamente, todavía afectada por el alcohol en mis venas—. Vale.

Me pasé la lengua por los labios ante su gesto, porque era obvio que no se había tragado ni pizca de mis palabras aún con mi cara pseudo amenazante (y es que, para qué mentir, yo tampoco lo había hecho), y Yoongi no tardó en volver a poseer mis labios tomándome de las mejillas; él de pie mientras yo me mantenía sentada en el borde de cerámica de la bañera.

No íbamos a follar, pero mi piel ardía por su tacto. No íbamos a follar, pero mi garganta se cerraba en suspiros necesitados por nuestra cercanía. No íbamos a follar, pero no le detuve y ni siquiera pensé en hacerlo cuando llevó sus dedos al borde de mi blusa, levantándola lenta y cuidadosamente hasta sacármela por encima de la cabeza.

El vapor que acompañaba el chorro del grifo comenzaba a expandirse por la habitación cerrada ayudó a que no muriese congelada ante el primer segundo de la piel de mi espalda en contacto con el aire. Un suspiro se ahogó en el entorno cuando a la niebla se agregó la compañía de sus manos que de mis mejillas bajaron por mi cintura hasta rozar el botón de mi pantalón.

staged » bts; myg.Where stories live. Discover now